El golpe de Estado en Chile en 1973 empujó a miles de sus ciudadanos al exilio o a emigrar de manera forzada, como la familia de Pilar Aguilera y Miriam Cabello, dos chilenas que llegaron a Australia de pequeñas con sus respectivas familias como consecuencia directa del terror perpetrado por el régimen militar.
“Yo llegué acá de cinco años casi por cumplirlos con mi familia en noviembre de 1976,” cuenta a SBS Spanish, Pilar Aguilera, gerente de producción de la editorial, Melbourne University Publishing.
Tengo recuerdos de niña muy pequeña de los militares irrumpiendo en nuestra casa, supuestamente buscando armas, pero no había armas, sino que hacían eso con todas las casas para intimidar, para crear miedo.Pilar Aguilera
El 11 de septiembre, el general Augusto Pinochet tomó el poder en Chile derrocando al presidente Salvador Allende, quien se suicidó poco después. Desde ese día, los padres de Pilar comenzaron a pensar en alternativas para el futuro de su familia joven, lejos del peligro y terror que significaba para ellos, vivir bajo la junta militar.
“Mis padres no llegaron como refugiados ni exiliados, pero una causa directa de su inmigración fue la dictadura militar en Chile [porque llevábamos] tres años viviendo bajo la dictadura, que fue muy brutal… y claro también mis padres pensaron que podríamos tener un mejor futuro acá en Australia, como muchas otras familias que llegaron en esa época”, agrega Pilar.
Las amenazas para Miriam Cabello y su familia comenzaron a surgir antes del golpe de 1973.
Un pariente del lado de su madre le avisó a la familia que por tener miembros que apoyaban a Allende y pertenecían a varios sindicatos de trabajadores, entre ellos el propio padre de Mirian, su familia podría terminar en la lista de personas a detener, porque “tenían presentimiento que algo no estaba bien”, señala a SBS Spanish la artista interdisciplinaria chilena-australiana.
Miriam Cabello, artista visual. Aquí con una de sus obras que elaboró en torno al 11 de septiembre de 1973. Credit: Supplied
"Llegué a los cuatro años, mi hermana tenía cinco y llegamos antes del golpe, en el ´71, y llegamos porque mis parientes tenían presentimiento de que algo no estaba bien y que las políticas se podrían poner muy difíciles y peligrosas, entonces hicieron los trámites y se vinieron a Australia”.
La libertad de expresión durante los 17 años de dictadura fue una lucha que significó censura y muerte para quienes no obedecían las reglas.
“Por el lado de mi madre, mi tío apoyaba a Allende y era parte del partido. Él pertenecía a un grupo de ocho amigos y los mataron a todos”.
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“La única razón por la que mi tío se escapó fue porque recibió una advertencia de que iban a ir a las casas y los iban a detener a todos, entonces él no regresó a su casa. Mi abuelita [la madre del tío] le dijo que no regresara. Entonces tuvo que escapar con lo que tenía puesto, con su esposa. Se escaparon a Argentina”, explica Miriam.
La familia de Miriam también sufrió un golpe adicional porque uno de sus tíos paternos, quien estaba destinado en el Regimiento Tacna, había sido parte del régimen militar que perpetró actos para “aterrorizar a la gente… fue parte de eso también”, asegura Miriam.
Cuando regresó a Chile de adulta, informada sobre el pasado de su tío, Miriam explica que no lo quería ver.
“Para mí personalmente fue un dolor muy grande saber eso. [Por esta razón] no quería tener nada que ver con él o ese lado de la familia de mi padre”.
“Creo que esa clase de divisiones en Chile crea el problema… esa generación que ya está en los 70 y ha tenido hijos y nietos, para muchos, es preferible olvidar y no sacar esos dolores... yo descubrí esto muy tarde, nadie me quiso hablar".
El silencio de no querer hablar [de lo que pasó] por miedo, o también para proteger las futuras generaciones, afecta.Miriam Cabello
Las víctimas y heridas son difíciles de sanar
Aunque aún existen discrepancias sobre la cifra exacta de víctimas de la represión del régimen, se estima que hubo unas 2.300 personas ejecutadas y más de 28.000 encarceladas y torturadas. Pero todavía se desconoce el paradero de más de 1.500 desaparecidos, cuya búsqueda recién asumió el Estado chileno.
Durante la dictadura, el gobierno del entonces primer ministro laborista de Australia, Gough Whitlam, con apoyo bipartidista, creó un programa especial para refugiados chilenos, tras reconocer que muchos necesitaban escapar del peligro en su país.
En el comienzo del plan, en 1974, unos 6.000 chilenos fueron acogidos por Australia, y hacia finales del programa en 1981, había más de 20.000 refugiados chilenos viviendo en el país.
En una Australia que pasó por tres gobiernos en ese período; el gobierno laborista de Whitlam, seguido por el gobierno liberal de Malcolm Fraser y hacia el final, el gobierno laborista de Bob Hawk, la muerte del presidente chileno Salvador Allende conmocionó a la izquierda australiana que apoyaba la igualdad social, el igualitarismo y la inmigración.
“Acá [en Australia] se crearon redes de solidaridad, incluso a nivel internacional con Chile, para apoyar a la gente que quedó allí”, señala Pilar, quien también fue una de las organizadoras del evento en Melbourne, CHILE: 50 años de solidaridad y lucha, realizado en la sede del Victorian Trades Hall Council, el hogar del movimiento sindicalista de Victoria.
“Desde aquí se apoyaba la lucha y se creó un movimiento, por ejemplo, uno de los sindicatos (los marítimos) tuvieron el bloqueo más grande en la historia de Australia contra los aviones y barcos chilenos, porque estaban en contra de la dictadura. Entonces se creó un movimiento de solidaridad internacional muy importante, y eso también es lo que en parte significa esta conmemoración de los 50 años; recordar lo que motivó una lucha internacional por cambiar y sacar la dictadura de Chile”, explica Pilar.
"Día del recuerdo”
El exilio o inmigración forzada de chilenos a países como Australia fue un hecho que generó profundas secuelas psicológicas.
Los expertos en psicología califican el exilio o la inmigración forzada como “traumas sociales” que generan nostalgia, debido a la privación de un entorno seguro y acogedor en el que una persona puede continuar su vida, según un estudio realizado por Ruth M. Lijtamaer, del centro de psicoanálisis y psicoterapia de Nueva Jersey.
Cuando la migración es voluntaria la nostalgia puede ayudar a la persona a lidiar con las perdidas, que, aunque están conectadas con la tristeza, provienen de sentimientos positivos, como la alegría y la gratitud, afirma el estudio.
Pero cuando se trata de migración forzada o exilio, la nostalgia no puede evolucionar. El estudio señala que para afrontar estas experiencias dolorosas la persona recurre a crear vínculos con fenómenos que le ayuden a seguir teniendo contacto con el pasado, mientras se adapta a su nuevo entorno.
Comunidad chilena reunida en Melbourne, 11 de septiembre de 2023. Credit: Supplied
“Es difícil, por eso que es tan importante visitar [Chile] también, porque mirar [lo que pasa en Chile] desde otro país es muy fácil… pero también hay que reconocer lo que pasó”, puntualiza Miriam.
“Porque hay mucha gente que todavía no tiene respuesta, hay mucha gente que todavía está desaparecida... Otros países y otras generaciones [protegen] la memoria, el recuerdo para no olvidar y para que no se [vuelvan a cometer las mismas atrocidades].”
Los más jóvenes y la memoria
El 70 por ciento de los casi 20 millones de chilenos nació después del golpe, y según la encuestadora Activa Research, el 60 por ciento de los jóvenes nacidos en democracia se expresa negativamente sobre Pinochet, contra el 12 por ciento que tiene una opinión favorable.
Banderas chilena y mapuche a media asta en el Victorian Trades Hall, en Melbourne. Credit: Supplied
Creo que [esta fecha] divide a los chilenos porque tiene una relación directa con la política.Abraham Barahona
Según la encuesta, la mayoría de los habitantes chilenos está en contra del golpe y piensa que es injustificable, pero existe un fuerte desinterés en la conmemoración de los 50 años del golpe de 1973, mayormente por la percepción de que divide a los chilenos.
"Yo creo que [esta fecha] divide a los chilenos porque tiene una relación directa con la política”, dice a SBS Spanish, Abraham Barahona, de 32 años y productor del podcast Cachai Australia.
“Quizás pensábamos que esta vez iba a haber algo donde podíamos avanzar todos juntos, pero al parecer todavía estamos pegados en las mismas cosas y en la misma discusión de siempre.”
“Tal vez también nos divide porque pasaron atrocidades que son parte de nuestra historia y que no hemos podido ser capaces o inteligentes de sanar. Pero aun así creo que, hablando desde la perspectiva de la gente más joven que yo me rodeo, [los 50 años del golpe] no es un tema”, agrega.
Abraham pertenece a la generación de personas que nacieron en plena democracia en Chile, y cuyas familias no fueron impactadas de manera psicológica o física por la brutalidad del régimen militar que gobernó el país por casi dos décadas.
También pertenece a la más reciente ola de inmigrantes chilenos que llegaron a Australia para estudiar y explorar oportunidades laborales.
“Yo vine solo a fines del 2016 por decisión personal a trabajar, a viajar y a aprender inglés…busco acá un futuro mejor”.
Justamente fueron los jóvenes los que sacudieron a Chile en 2019 con protestas multitudinarias para demandar la igualdad, la educación gratuita y el rechazo de políticas neoliberales impuestas por el régimen de Pinochet que siguen vigentes.
Lo cierto es que los jóvenes como Abraham que llegaron a Australia hace menos de diez años, tienen otras perspectivas sobre lo que significa la conmemoración de los 50 años del golpe en Chile.
“A diferencia de generaciones pasadas que vivieron o tuvieron una relación más cercana al golpe, para mí, significa algo que es parte de nuestra historia… y entiendo que lo que ha pasado influye en el presente, pero miro [lo que ocurrió] con menos sentimientos porque no tengo ese apego con la experiencia... creo que nuestra generación más joven lo ve así”.
A pesar de la diferencia generacional, Abraham coincide en que el futuro para una vida mejor comienza reconociendo los hechos del pasado.
"Hay que reconocer para perdonar y luego sanar", señala
La memoria colectiva de lo que ocurrió hace 50 años
Para Pilar Aguilera y Miriam Cabello la conmemoración del aniversario de los 50 años del golpe lleva un significado importante que las ayuda a cerrar y sanar un capítulo importante en sus vidas.
“Para mí es súper importante la memoria histórica… [porque] la historia informa el presente y el futuro”, dice Pilar.
La comunidad chilena en Melbourne se reunió en el Victorian Trades Hall para conmemorar los 50 años del golpe militar. Credit: Supplied
Miriam Cabello concuerda que “este año es mucho más importante”.
“Ahora están revelando los documentos, la evidencia de que [el golpe] fue respaldado por Estados Unidos, Inglaterra y Australia, los motivos detrás de por qué hubo un golpe, y por qué bombardearon brutalmente el palacio de La Moneda y toda la destrucción que causaron”.
Reunión en el Victorian Trades Hall, en Melbourne. Credit: Supplied
"¿Por qué eliminar la cultura? Lo que le hicieron a Víctor Jara, a Pablo Neruda, para nombrar solamente a dos artistas que me vienen en la mente".
"Por eso para mí, el aniversario de los 50 años es tan importante”, afirma la artista multidisciplinaria, Miriam Cabello.
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