Puntos destacados:
- La mayoría de las recientes encuestas muestran un escaso interés por parte de la ciudadanía en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.
- El académico Jorge Saavedra considera que Chile esta lejos de ser un país en reconciliación y espera que este aniversario propicie una reflexión profunda de lo que ocurrió tras el golpe de Estado.
- El analista político Roberto Munita señala que los chilenos tienen que asumir que hay distintas visiones y tal vez nunca se pueda llegar a una verdad común.
El golpe de Estado militar que ocurrió el 11 de septiembre de 1973 aún sigue dividendo a la sociedad chilena. Un sector de la población continúa reivindicando al régimen pinochetista y su legado, además de relativizar los crímenes cometidos en ese período. Del otro lado están aquellos que sufrieron —en carne propia o alguno de sus familiares— detenciones, torturas y desapariciones, y que aún esperan justicia. A cinco décadas del golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende, Chile parece no haberse reconciliado aún y las grietas del pasado continúan socavando el futuro.
En 1973 una junta militar liderada por Augusto Pinochet y apoyada por diversos partidos políticos — mayormente de derecha y de centro derecha— derrocó violentamente al primer proyecto socialista elegido democráticamente en el mundo después de tres años de su instauración.
Augusto Pinochet y la junta militar en 1973. Source: AP
Los años dictadura dejaron cerca de 3.200 muertos, y aproximadamente 1.162 detenidos desaparecidos, además de decenas de miles de personas que sufrieron detenciones arbitrarias, torturas y el exilio.
En 1989 Chile logró finalmente recuperar la democracia a través de un plebiscito en el que los ciudadanos votaron por poner fin al gobierno militar.
Investigación especial:
El otro 11 de septiembre
A medio siglo del aquel golpe militar, en el Chile contemporáneo aún no existe un consenso sobre los hechos del pasado, y las disputas entre diferentes facciones políticas y sociales —las cuáles defienden tanto el legado del gobierno allendista como el pinochetista— han revivido los viejos fantasmas de la confrontación ideológica.
Allendistas y pinochetistas defienden su verdad
Hoy en Chile gobierna una izquierda que reivindica el legado allendista a través de políticas que promueven el aumento del gasto del Estado en bienestar social.
El actual presidente, Gabriel Boric, es un admirador declarado de Salvador Allende, y junto a sus aliados socialistas y comunistas, no han dudado en criticar duramente la violencia y las reformas neoliberales impuestas durante la dictadura de Pinochet.
Ciudadanos participan en una manifestación para recordar a las víctimas de los 50 años del golpe de Estado contra el gobierno democrático de Salvador Allende, en Santiago de Chile, el 10 de septiembre de 2023. Source: AAP / Adriana Thomasa/EPA
Por su parte, en los últimos meses, los partidos de derecha y ultraderecha han aumentado su apoyo entre los ciudadanos, a través de sonados triunfos en las urnas. Con esto, el país también ha sido testigo de un aumento en la admiración por el gobierno pinochetista, y con ello la justificación del golpe de Estado y la posterior dictadura militar.
El estallido social de 2019 y el posterior fracaso en la aprobación de la propuesta constitucional realizada por una asamblea dominada por izquierdistas, han encendido los debates por el rumbo que debe tomar Chile en el futuro.
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A pesar de las recientes disputas entre políticos e intelectuales por las causas y consecuencias del golpe de Estado de 1973, la mayoría de las encuestas muestran un escaso interés por parte de la ciudadanía en esta conmemoración; a la cual, además, un gran porcentaje de personas lo considera como un hito que más que reconciliar, vuelve a dividir a los chilenos.
A 50 años existen muy pocas instancias de reflexión
En entrevista con SBS Audio Australia en Español, el académico de la Universidad Diego Portales, Jorge Saavedra, considera que el aniversario 50 de este hecho histórico encuentra a un Chile tensionado, principalmente por la intención de los sectores políticos de querer establecer lo que cada uno considera su “verdad” histórica.
“Los 50 años pillan a Chile tensionado. No en una perspectiva de conflicto, pero sí tensionado desde la posición de querer manifestar una narrativa coherente con la historia”.
Memorial del Presidente Salvador Allende (1970-1973) en el Cementerio General de Santiago de Chile. Ciudadanos participan, en la tradicional peregrinación al cementerio general de Santiago, en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile. Source: AAP / SOPA Images/Sipa USA.
“Esta es una narrativa poco exitosa”, señala el Dr. en Comunicación Política. “Chile no es el país más progresista del mundo, pero sí hay un consenso de lo que fue un golpe de Estado, que fue un golpe a la democracia”.
Por otro lado, expone Saavedra, “desde las izquierdas se trata de instalar una narrativa de que el quiebre a la democracia es algo intolerable, de que el atentado a los derechos humanos es algo intolerable. Pero se oculta un poco, en un sentido que es más o menos permanente, lo que significó el gobierno de Allende”.
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Para el analista político Roberto Munita existen muy pocas instancias de reflexión con respecto a esta fecha y asegura que en este aniversario se está viviendo un clima particularmente crispado y polarizado.
“Se nota mucha rivalidad y muy pocas instancias de reflexión con respecto a esa fecha”, señala el analista.
La reconciliación entre los chilenos aún no ha llegado
Chile ha vivido numerosos procesos electorales y plebiscitos en los últimos años. Y lo que se asoma es una creciente polarización política entre los sectores de izquierda y derecha, incluso entre partidos de ideologías similares.
La posibilidad de realizar una reflexión política sobre las causas del derrocamiento del gobierno de la Unidad Popular, liderado por Salvador Allende —aunque evitando concebir un argumento que justifique a los crímenes cometidos por la dictadura pinochetista— es uno de los debates que ha provocado más enfrentamientos y recriminaciones.
Ciudadanos sostienen pancartas durante la tradicional caminata al cementerio general de Santiago. Ciudadanos participan, en la tradicional peregrinación al cementerio general de Santiago, en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile. Source: AAP / SOPA Images/Sipa USA
Sin embargo, el analista político Roberto Munita piensa que es importante para la sociedad realizar este tipo de reflexiones, identificar los diferentes momentos del proceso y saber qué causo el golpe militar.
“Yo espero que sea posible, no solamente creo que sea posible, sino también creo que es necesario. Lo digo con mucho respeto, porque es distinto decirlo como analista, que vivirlo y sentirlo como víctima, o como una persona cercana a una víctima.
Como nación necesitamos hacer esa reflexión, separando ambos mundos. La historia reciente nos muestra que las cosas son bastante complejas.Analista político, Roberto Munita
Uno de los conceptos que más se repiten en momentos cuando se reflexiona sobre instancias del pasado que han marcado poderosamente las vidas de los ciudadanos, no solo en Chile sino en muchos países, es el de reconciliación; un concepto que evoca el anhelo de construir una memoria histórica compartida y sentar las bases para avanzar en un porvenir en comunión.
Los ciudadanos chilenos en este momento, según varias encuestas, sienten que a cincuenta años del golpe militar, la reconciliación entre los ciudadanos aún no ha llegado.
En este contexto, Saavedra considera que el país no se ha reconciliado con su historia, sobre todo porque el reconocimiento público no ha llegado y aún hay muchas familias que continúan buscando a sus seres queridos.
No hay justicia, no hay verdad, entonces mucho menos va a haber reconciliación.Jorge Saavedra, académico de la Universidad Diego Portales.
Para el catedrático, Chile está lejos de ser un país en reconciliación, y es importante también asumir esta realidad.
“A cincuenta años de lo ocurrido, y aunque parezca terrible, eso no se ha logrado, y ojalá esta conmemoración pueda llevar agua hacia ese río”.
Roberto Munita, por su parte, piensa que el país ya no se reconcilió y que nunca se llegará a una verdad común o a una verdad oficial.
“Yo en esto, lamentablemente, soy bastante pesimista. Creo que ya no hubo reconciliación… Siento que tenemos que asumir que hay distintas visiones. Que cada uno emprenderá su reflexión personal. Que tenemos que ser respetuosos de lo que pueda sentir el otro, pero que nunca vamos a llegar a una verdad común o una verdad oficial, por decirlo así”, sentencia el analista.
A cincuenta años del golpe militar, el gobierno de Gabriel Boric subscribió recientemente un documento denominado “Compromiso: por la democracia, siempre”, el que fue firmado por todos los ex mandatarios del país.
La derecha opositora, por su parte, prefirió restarse de ese compromiso, así como de la ceremonia del día 11 de septiembre, y prefirió emitir una declaración conjunta de compromiso con la democracia. La ultraderecha, que lidera en la nueva Convención Constitucional, en cambio, sigue reivindicando al régimen pinochetista y su legado, además de relativizar los crímenes cometidos en ese período.
A cincuenta años del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 contra el gobierno de Salvador Allende, Chile parece no haberse reconciliado y las grietas del pasado parecen todavía socavar el futuro.