Puntos destacados:
- El número de personas que se mudaron de las capitales a zonas regionales aumentó en un 16 por ciento comparado con antes de la pandemia.
- La crisis de la vivienda o las presiones para vivir con una visa temporal, son algunas de las razones.
- Los destinos regionales más populares están en Queensland, en ciudades como Bundaberg, Townsville y Toowoomba.
“Lo que más me gustó fue vivir en una casa grande”.
Así se sintió él mexicano César Reta cuando, tras llegar a Australia hace cinco años, acabó viviendo en Benalla, un pequeño pueblo del norte de Victoria.
“Es una casa a la que no hubiéramos podido acceder, tan fácilmente viviendo en Melbourne”, dijo a SBS Spanish.
El ingeniero y su esposa, Rebeca Vidal, optaron por este tipo de vida por motivos laborales. Ella es especialista en Marketing, y aunque también valoraba el poder tener una casa más espaciosa, había retos de tipo emocional:
“Al ser extranjera no pude hacer la misma conexión con otras personas en la Victoria regional, como lo hice en Melbourne, eso creo que fue lo más duro, el aislamiento”, reconoció Rebeca.
César Reta y Rebecca Vidal optaron por vivir en una zona regional alejada de las prinicpales ciudades de Victoria.
Según el último informe trimestral del Instituto Regional de Australia y el Commonwealth Bank, Regional Movers Index, el número de personas que se mudaron de las capitales de Australia hacia zonas regionales aumentó en un 16 por ciento comparado con las cifras registradas antes de la pandemia.
El estudio apunta a que los destinos regionales más populares están en Queensland, e incluyen ciudades como Bundaberg, Townsville y Toowoomba.
Por su parte, el Instituto Regional de Australia afirma que la población en zonas regionales creció en 70,000 personas entre 2020 y 2021 debido a los patrones migratorios cambiantes causados por la pandemia.
Desde la crisis de la vivienda a las grandes presiones generadas por vivir con una visa temporal; estas son solo algunas de las razones por las que muchas personas abandonan las ciudades capitales para ir a buscar una mejor calidad de vida en las zonas regionales de Australia.
A este deseo por buscar otro estilo de vida, se une el hecho de que el gobierno federal está ofreciendo este año 34,000 plazas de migración permanente cualificada en zonas regionales, lo que suponen 9,000 plazas más de las que se ofrecían anteriormente.
La ingeniera mecánica mexicana Yatzel Illescas tomó la decisión de vivir en una zona regional para cumplir los requerimientos de su visa y también por tener más oportunidades de trabajo.
Ella ya ha vivido junto a su familia en Sídney y en un pueblo de Nueva Gales del Sur llamado Armidale.
Hace pocos meses Yatzel ha vuelto a mudarse, ahora a un pueblo llamado Glenrowan, en Victoria, a pocos kilómetros de Benalla, donde vivían César y Rebeca.
A pesar de disfrutar del paisaje, poder visitar lugares naturales alrededor, y disfrutar de que los precios de todo son mucho más bajos, incluido el alquiler de vivienda, Yatzel se queja de que “no hay muchas tiendas, todo cierra muy temprano, esa parte es como difícil”, afirma.
“Es lo que menos me gusta, que no hay muchas opciones de comida o de actividades o de tiendas”.
Al ser extranjera no pude hacer la misma conexión con otras personas en la Victoria regional, como lo hice en Melbourne, eso creo que fue lo más duro, el aislamiento.Rebeca Vidal
Pero, a pesar de preferir la vida de ciudad, como mexicana criada en la capital de su país, Yatzel reconoce que en Sídney vivió episodios de racismo, algo que no le ha ocurrido en los pueblos más pequeños.
“Una vez en un autobús una señora me agredió, me empezó como a maldecir y mi esposo tuvo que detenerla. Vi mucho más racismo en Sídney, increíblemente”, relata Yatzel.
“Yo trabajaba en una tienda de ropa, y alguna vez me dijeron que estaba robando los trabajos”.
Yatsel Illescas y Tonatiuh Calderón vivieron en varios pueblos de Nueva Gales del Sur y Victoria.
Ellos prefieren la vida urbana a la regional en Australia. César considera que ese cambio le ha permitido disfrutar de muchas actividades que ofrece la capital de Victoria, aunque recalca también que esa vibrante vida llena de actividades le hace a veces también perder el control de su presupuesto.
“Al haber muchas actividades, también ves como que de repente así un fin de semana o dos semanas que descuidaste un poco el bolsillo y dices, - uy! no vi que gasté tanto”, reconoce César.
