Muchos ancianos ya perdieron su último recuerdo de la vida antes de la pandemia, según enfermera

Claudia Marroquin

Source: Provided by Claudia Marroquin

La enfermera Claudia Marroquín ha estado trabajando en la primera línea de la pandemia de COVID-19 por casi 19 meses. En entrevista con SBS Spanish, la colombiana radicada en Australia advierte que uno de los mayores impactos de los confinamientos ha sido el completo aislamiento de los adultos mayores, que ha borrado sus recuerdos.


Claudia Marroquín ha visto en primera fila el dolor de la pandemia. 

Hace un año la enfermera de origen colombiano confesaba a SBS Spanish lo difícil que era ver morir a adultos mayores en medio de la pandemia.   

“Se deterioró en dos días y al tercer día falleció”, contaba Marroquín en agosto de 2020, de su experiencia trabajando en un hogar de ancianos de Melbourne y en un hospital privado de la misma ciudad. 

Un año más tarde, la enfermera cuenta que la situación de ansiedad y confusión se ha agravado con la llegada de  la variante Delta del COVID-19.  

“Ha sido un año duro, especialmente para los adultos mayores y para aquellos que tienen demencia”, explica Marroquín.
“Cuando tienen demencia o alzhéimer, acercarse un poquito a la realidad o a lo que fue su realidad por un tiempo, es ver a sus familias. Cuando no los pueden ver, se pierde esa conexión”.
LISTEN TO
Enfermera de la comunidad en la primera línea de lucha contra la COVID-19 image

Enfermera de la comunidad en la primera línea de lucha contra la COVID-19

SBS Spanish

26/08/202014:09
La soledad del confinamiento
Claudia Marroquín, quien el año pasado había suspendido temporalmente sus labores en una clínica privada, retornó a la primera línea de la lucha contra el COVID-19 como voluntaria. 

Cuenta que arriesga su salud y su vida porque considera que estudió su carrera de enfermería “para servir a las personas que lo necesitan”.

Marroquín asegura que el rebrote de COVID-19 en Melbourne dejó claro que la epidemia afecta injustamente a los ancianos, que ya tienen problemas subyacentes de salud y se encuentran recluidos en sus habitaciones o lugares cerrados para evitar mayores contagios.
Claudia Marroquin wearing PPE
Source: Provided by Claudia Marroquin
La situación en esos centros para adultos mayores es compleja, ya que tienen que lidiar con los adultos mayores y sus familias que no pueden visitar por las restricciones. 

La enfermera comparte que uno de los momentos que más la ha marcado durante este ultimo periodo de confinamientos es el ver a las familias tratando de acomodarse a las afueras del hogar de ancianos para, desde la distancia, saludar a su ser querido. 

“Fue una escena bastante bonita, pero a la vez un poco depresiva al ver cómo este virus ha logrado crear esa distancia y cómo nosotros intentamos que no se sienta tan duro para ellos”, reflexiona. 

Retrasos en la vacunación alimentan temor de cierres prolongados
En Australia, cientos de residencias de ancianos se han quedado atrás en sus esfuerzos por vacunar a sus trabajadores.

Cifras recientes muestran que algunos centros vacunan a menos del 10 por ciento de su personal con una sola dosis, y casi 600 centros aún no han alcanzado la marca del 50 por ciento.

A tres semanas de que entre en vigor un mandato de vacunación obligatoria para trabajadores del sector de la atención a la tercera edad, un análisis de los datos publicados por el departamento federal de salud muestra que sólo 551 centros -o el 19 por ciento- de las residencias de ancianos han vacunado a más del 90 por ciento de sus trabajadores con una sola dosis.

El análisis muestra además, que 582 centros han vacunado a menos del 50 por ciento de su personal con una sola dosis, mientras que 60 centros han vacunado a menos del 20 por ciento de su personal, y 18 centros muestran tasas de vacunación por debajo del 10 por ciento. Otros 25 no han comunicado datos.

Estas cifras preocupan a Claudia Marroquín porque anecdóticamente sabe que “mucha gente no va a querer vacunarse y todavía hay gente que no quiere”.  

 El primer ministro australiano, Scott Morrison, ha dicho que Australia deberá centrarse de ahora en adelante en las hospitalizaciones por COVID-19, en lugar del número de contagios, como parte del acuerdo del gobierno federal con los estatales sobre el plan reapertura de fronteras.  Esto quiere decir, un mayor énfasis en la vacunación de la población que tendrá que superar el umbral del 80 por ciento. 

Mientras esto se debate, varios estados y territorios australianos siguen enfrentados a las altas tasas de contagio en medio de estrictos confinamientos y con la mayoría de las libertades ciudadanas en suspenso.

El consejo de Marroquín es vacunarse lo antes posible: “sean responsables con su salud y la salud de los demás”, afirma tajante.

Escucha la entrevista haciendo clic en la imagen de portada.


Share