La catalana María Bravo llegó hace ocho años a Australia para vivir la experiencia de establecerse por un tiempo en el extranjero y aprender otro idioma. Además, quería probar si tenía la suerte de ejercer su profesión como psicóloga en otro país. Así que antes de dejar España cargó con algunos documentos. Ella sabía que en Australia había una gran demanda de profesionales de la salud mental.
Maria Bravo, psicóloga radicada en Australia. Credit: Supplied
La joven española se asentó en Sídney y al principio sólo se enfocó en aprender el idioma y vivir la experiencia de estar en Australia. Pero a los tres años de haber emigrado, la idea de ejercer como psicóloga en el extranjero volvió, así que entonces comenzó a investigar con la Agencia Australiana de Regulación de Profesionales de la Salud (Ahpra, siglas en inglés) cuáles eran los requisitos que debía cumplir.
“El primer paso fue completar el examen de inglés. Ahpra es bastante exigente con el inglés. A mí me costó como tres o cuatro intentos conseguir la nota requerida para cada una de las secciones del examen. Una vez conseguí el examen de inglés, me preparé para comenzar a recolectar documentos”, comparte en entrevista con SBS Audio – Australia en Español, María Bravo.
“Un proceso bastante arduo”
La psicóloga asegura que una de las cosas más difíciles de su proceso fue solicitar documentos en su país de origen.
“Es un proceso bastante arduo. Algunos de estos documentos se requiere que se envíen directamente desde las universidades de origen".
Esto seguramente ha sido lo más complicado, porque requiere organizar a gente en Barcelona, que trabaja diferentes horas, que funcionan con diferentes sistemas.María Bravo, psicóloga radicada en Sídney.
Maria Bravo Credit: Supplied
De manera que, aconseja, se debe tener a alguien de confianza del otro lado recolectando documentos, cabildeando y dando seguimiento a las solicitudes.
Australia necesita más profesionales en salud mental
De acuerdo con (AIHW, siglas en ingles), se estima que uno de cada cinco australianos, de entre 16-85 años, ha experimentado problemas con su salud mental en los últimos 12 meses. En el caso de los menores, la cifra es de uno de cada siete niños, de entre 4-17 años.
El año pasado la Universidad de Melbourne publicó un informe en el que señala cómo la pandemia aceleró el deterioro de la salud mental de los australianos. Debido a ello, en Australia es cada vez más apremiante la necesidad de contar con un mayor número de profesionales de la salud que ayuden a contener lo que muchos han descrito como una epidemia.
Maria Bravo Credit: Supplied
A María Bravo, quien está a punto de terminar su proceso para estar registrada plenamente y cumplir el sueño de ejercer como psicóloga en Australia, le ha llevado cerca de cinco años. Pero asegura que ha valido la pena.
“A veces uno se puede desesperar… el sistema es bastante complicado de navegar. Lo más complicado ha sido organizar a la gente en Barcelona, tener a tu familia para arriba y para abajo con documentos. Pero es algo que definitivamente vale la pena. Así que animo a la gente a que al menos lo intente”, comenta Bravo.
En Australia el entrenamiento y la formación son constantes
Además de exámenes y papeleos, la psicóloga española agrega que ha tenido que hacer práctica clínica, bajo la supervisión de un psicólogo registrado, para asegurar que conoce los contextos clínicos en Australia.
Maria Bravo Credit: Supplied
[Australia] requiere que te sigas entrenando y formando y que adoptes diferentes tipos de intervenciones en tu práctica, así que es un proceso que nunca acaba.María Bravo, psicóloga española.
Además de los años invertidos para lograr su registro, María Bravo calcula que ha gastado entre seis y ocho mil dólares en este proceso. Y aunque a veces ha sentido frustración y ganas de renunciar porque considera que hay muchas “barreras para los profesionales que venimos entrenados del extranjero, en un país que está tan necesitado de profesionales”, ella dice entender la necesidad de que el proceso sea riguroso.
“Obviamente hablamos de profesiones que están lidiando con personas, las cosas se pueden complicar fácilmente. Yo estoy de acuerdo que el proceso tiene que ser riguroso, pero también tendría que ofrecer las herramientas para comunicarte con la agencia reguladora de una manera más sencilla. Definitivamente reducir los costes y hacerlo un poquito más fácil”, concluye.