Cierre de fronteras en Australia agrava salud mental de migrante latina y la condena a dar a luz sola, mientras enfrenta una separación

Australian border remain closed

The arrivals hall at the International Airport in Brisbane Source: AAP

La parlamentaria independiente, Zali Steggall, y el senador de los Verdes, Nick McKim, están debatiendo esta semana en ambas cámaras del Parlamento para que el gobierno federal incluya a los padres en la definición de “familia inmediata” y, de esta manera, puedan estar exentos de los cierres fronterizos de Australia.


La vida de Martha* dio un vuelco cuando, a unas semanas de haber llegado de vacaciones a México, su país natal, una llamada de la embajada australiana le pedía a ella y a su pareja empacar y volver a casa lo antes posible, pues las fronteras estaban a punto de cerrarse. 

De repente todo se volvió un caos. Había que hacer maletas, organizar nuevos vuelos, explicarle a la familia de Martha lo que estaba ocurriendo y calmar a su pareja, quien estaba desesperado por subirse a ese avión y regresar a su país.

Ahí fue donde Martha sintió que su vida de pareja tuvo su primera fractura.

“Cuando vi cómo reaccionó mi pareja ante eso, mostraba desesperación por querer regresar, tenía miedo de no volver a su país. Ahí empezó probablemente esa emoción. Sentí que me arrebataban de mi familia. No puede ni despedirme propiamente, no pudieron acompañarme al aeropuerto, todo fue muy rápido. Olvidamos muchas cosas”, relata Martha.


Puntos destacados: 

  • Martha tiene diagnóstico de depresión, ansiedad y trauma post-parto desde su primer embarazo y está a unas semanas de dar a luz a su segundo bebé.

  • Actualmente, la mexicana enfrenta una separación y su única opción es guarecerse en un refugio para mujeres.

  • El cierre de fronteras impide que la familia de Martha venga en su ayuda.

Era febrero de 2020 cuando Martha y su familia arribaron de regreso a Australia. La situación con el COVID y las restricciones que la pandemia traería apenas comenzaban. Ni Martha, ni nadie sabía lo que se venía con una crisis que ha dejado, hasta ahora, casi cuatro millones de muertos en todo el mundo. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el número real de muertes por coronavirus podría ser hasta dos o tres veces mayor.

Ya han pasado 15 meses desde aquella abrupta despedida y la salud mental de Martha ha ido en picada.

Depresión, ansiedad y trauma post-parto

Desde que Martha tuvo a su primera hija le fue diagnosticada depresión, ansiedad y trauma post-parto.

En aquel momento las circunstancias mundiales y en Australia eran diferentes, de manera que su familia pudo visitarla sin ningún problema para darle apoyo moral y físico después del alumbramiento.

“Fue un embarazo complicado. Tuve síntomas difíciles de controlar, pero mi familia pudo venir. Solicité sus visas y pudieron venir mi hermana, mi hermano y mis padres, entonces tuve el apoyo. No fue mucho tiempo porque mi familia también trabaja. Mi mamá y mi hermana pudieron quedarse conmigo un mes, pero mi papá y mi hermano solo dos semanas”, explica Martha.
Su diagnóstico después del parto y su permiso por maternidad mantuvieron a Martha en casa y lejos del trabajo. Después, fueron las restricciones de movilidad y de actividades en general, así como los eventuales cierres que han padecido algunas ciudades australianas, lo que impidió a Martha encontrar una guardería para su hija y regresar a su vida profesional.

Cuando las cosas comenzaron a normalizarse en Australia y Martha hacía planes de regresar a la oficina se enteró que estaba embarazada.

“No fue un embarazo planeado. Yo ya no quería tener más hijos. Pero, sucedió ¿verdad? Y ha sido difícil manejarlo, porque es algo que me ha limitado a muchísimas cosas en cuestión de salud, trabajo, tener mi propio ingreso y poder ver por mí misma”, detalla Martha.

Cierre de fronteras en Australia condena a Martha a parir en soledad

Actualmente Martha, con casi 35 semanas de gestación, enfrenta un panorama mucho más complicado que el que tuvo durante su primer embarazo. Martha recibirá a su segunda hija con una deteriorada salud mental, sin ingresos propios, en un proceso de separación de pareja y sola.  

La advertencias del gobierno federal australiano de mantener las fronteras internacionales cerradas hasta, al menos, a mediados de 2022, continúan firmes. Esto impedirá que muchas familias australianas y de residentes permanentes, cuyas familias inmediatas viven en el extranjero, puedan reunirse en los siguientes meses.
Martha, como muchas otras personas que viven en Australia, tiene a sus padres en el extranjero, pero la definición actual del gobierno australiano de familia inmediata solo contempla hijos, pareja, esposo o esposa, y no incluye a los padres.

Dadas estas circunstancias, Martha no puede salir de Australia para ir donde su familia, ni sus padres pueden visitarla para ayudarle. 

“Estoy por aliviarme y no tengo idea cómo voy a hacer esto con dos. Obviamente me asusta tremendamente la idea de estar más tiempo sola”, declara Martha con la voz quebrada.

Una separación inminente se suma al cuadro de crisis

La situación de aislamiento, su deteriorada salud mental y su inexistente ingreso económico le está cobrando una factura alta a la relación de pareja de Martha. Ella asegura que desde que regresaron de México no ha tenido empatía de su pareja y su separación parece inminente. 

“En este momento [mi relación] es un poco complicada. Es difícil recibir empatía de parte de tu pareja cuando tienes problemas de salud mental, estás embarazada y aparte sin tener a tu familia con quien hablar o con quien pedir ayuda. Sí, mi relación en este momento no está bien”, asegura Martha.

En las conversaciones que Martha afirma haber tenido con su pareja, éste le ha hecho saber que no venderá la casa que ambos compraron y que, de hacerlo, sólo le daría la parte que ella pagó.
Probablemente no [contribuí] tanto como él, porque él tiene un ingreso, pero yo vendí una casa en México y ese dinero lo usé para esta casa.
Martha pasa estos días alistando un refugio para su pequeña familia, al tiempo que se mantiene al pendiente de los cambios en el sistema de exenciones de viaje en Australia. La esperanza de que sus padres puedan venir se mantiene encendida, ya que esta semana una nueva petición para lograr una exención para padres de australianos y residentes permanentes está siendo presentada en ambas cámaras del Parlamento.
Independent MP Zali Steggall tabled the petition on Tuesday
Independent MP Zali Steggall tabled the petition on Tuesday Source: AAP
La petición, respaldada por más de 70 mil personas, ha sido presentada por la parlamentaria independiente, Zali Steggall, ante la Cámara Baja. Este miércoles toca el turno al senador Nick McKim, líder adjunto de los Verdes Australianos, quien la defenderá ante el Senado, pidiendo que si no se pueden obtener exenciones para que los padres viajen a Australia, se considere permitir la exención de salida del país para las personas con familiares en el extranjero. 

En Australia, casi un tercio de la población ha nacido en el extranjero, por lo que para muchas de estas personas es imperante que sus padres sean reconocidos como familia inmediata, pues ellos son una parte fundamental de su estructura social.  

“Creo que cerrarle la puerta a la gente no es la respuesta. La gente no está pensando en las consecuencias. Qué va a pasar con todos estos problemas de salud mental, que estoy segura que no soy la única”.

Para escuchar el informe completo presiona sobre la imagen principal.

*Su nombre fue cambiado por motivos de privacidad.


Números de servicios de ayuda en Australia:

1800 RESPECT
Teléfono: 1800 737 732
 

Lifeline
Teléfono: 13 11 14
Beyond Blue

Teléfono: 1300 22 46 36



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