Después de años de sequía, agricultores en el este de Australia enfrentan una larga batalla con una plaga de ratones que invade los campos y devora sus cosechas.
El ganadero Col Tink usa una escoba para empujar a los cientos de ratones a una trampa improvisada, consistente en un tubo grande para ahogarlos.
Es un intento sencillo de detener la plaga que invadió su finca, cercana al poblado rural de Dubbo, y otras centenas de fincas en el este de Australia.
Puntos destacados:
- La plaga es la última en una cadena de desastres que han golpeado a los agricultores australianos, después de años de sequía seguidos de meses de incendios, antes de que las lluvias los apagaran y en su lugar dejaran inundaciones en algunas zonas
- Pese al esfuerzo, los ratones continúan comiendo los granos y heno almacenado, además de cualquier otra cosa que les resulte comestible.
- Los ratones son una plaga silvestre en Australia, donde llegaron con los primeros colonos británicos.
Pese al esfuerzo, los ratones continúan comiendo los granos y heno almacenado, además de cualquier otra cosa que les resulte comestible.
Los videos de masas de roedores han dado la vuelta al mundo, junto con informes de personas mordidas, maquinaria dañada y ratones recorriendo las carreteras en grandes cantidades.
La plaga es la última en una cadena de desastres que han golpeado a los agricultores australianos, después de años de sequía seguidos de meses de incendios, antes de que las lluvias los apagaran y en su lugar dejaran inundaciones en algunas zonas.
"Mi padre aún vive, tiene 93 años, y estos son los peores tres años que ha visto en su vida", comenta Tink, un productor de ganado Brahman.
La perspectiva para esta plaga no es positiva, según Steve Henry, investigador de la agencia australiana de ciencias.
"Cuando termina una plaga de ratones, simplemente desaparece de la noche a la mañana. Eso no lo estamos viendo en este momento", indicó Henry, quien ha investigado plagas de animales en Australia por tres décadas.
Los ratones son una plaga silvestre en Australia, donde llegaron con los primeros colonos británicos.
Pero este año los números han sido "astronómicos", según Terry Fishpool, un productor de granos de 74 años de la localidad vecina de Tottenham.
Bill Bateman, profesor asociado de la Universidad Curtin, comentó que las grandes plagas de ratones suelen ocurrir una vez cada década, pero que el cambio climático podría hacerlas más constantes.
"Si ya no tenemos estos inviernos fríos, los ratones tienen recursos todo el año y entonces se va a volver algo crónico", explicó Bateman.
El gobierno anunció millones de dólares en ayuda y buscó un veneno más potente, que un ministro calificó como "napalm para ratones".
El veneno bromadiolona, aún sin aprobar, trabaja más rápidamente que el fosfuro de zinc, pero también permanece más tiempo en el organismo del animal muerto.
Los expertos temen que podría matar también a los animales silvestres que se comen a los ratones muertos.
Bateman advirtió que el uso de este veneno podría crear un "banco de toxina" en el medio ambiente, matando a los depredadores naturales, y poner a los humanos en peligro de ser envenenados por la cadena alimentaria.
© Agence France-Presse