Ex adictos a los juegos de azar compartieron sus experiencias durante un foro en Melbourne este jueves y hablaron de la vergüenza cultural que sienten a causa de su adicción.
Bayu Pratama, un estudiante de 23 años de edad explicó que una vez que sus amigos lo introdujeron a las carreras hípicas, no pudo controlar el hábito de apostar.
“De repente, cuando mis amigos dejaron de acompañarme, comencé a ir solo. Apostar se convirtió en una actividad recreacional. Comencé a pensar que el juego era algo que podía hacer durante mi tiempo libre. Estaba convencido de que podría ganar dinero” explicaba el estudiante de Melbourne.
Pero la situación de Bayu Pratama, quien nació en Indonesia, empeoró cuando comenzó a trabajar en la industria hípica.
Desarrolló un deseo compulsivo de apostar que debilitó su autoestima y afectó su reputación.
“Para tu familia es una vergüenza. Apostar crea una cultura de vergüenza ", dijo Bayu Pratama.
De acuerdo a cifras del departamento de estadísticas, los australianos gastan alrededor de 24,000 millones de dólares por año en apuestas y los jóvenes no son los únicos que gastan su dinero en los juegos de azar.
Las personas mayores, en particular los inmigrantes que están aislados socialmente, también están en riesgo de desarrollar una adicción.
Source: Getty Images
El vicepresidente del Consejo de Comunidades Étnicas de Victoria, el Dr. Sundram Sivamalai, habló el miércoles en un foro sobre la adicción a los juegos de azar .
"Es una situación que requiere atención urgente, ya que hemos visto que los daños a causa de los juegos de azar afectan a un gran número de comunidades, particularmente a las personas que provienen de comunidades étnicas”, dijo.
Según el experto, el problema es difícil de detectar porque a menudo las personas ocultan sus hábitos.
Agregó que las personas mayores que viven en zonas rurales de Australia son vulnerables a la soledad y aislamiento.
"Un lugar donde hay juegos de azar puede ser acogedor, especialmente en período de mucho frío, " explicó.
La municipalidad de Darebin en Melbourne está tratando de cambiar las percepciones hacia el juego, especialmente entre los jóvenes.
"Solíamos tener niños de diez años con el nombre de lugares donde se juega Pokies (máquinas tragamonedas) imprimido en sus camisetas de fútbol. Pero ahora eso no se usa más, el patrocinador es diferente y eso es mucho más saludable”, manifestó la alcaldesa de Darebin , Susan Rennie.
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