El muy esperado primer debate entre el presidente Donald Trump y el exvicepresidente Joe Biden, ha sido calificado reiteradamente por analistas como el peor debate presidencial en la historia moderna de Estados Unidos, un espectáculo “vergonzoso” y una humillación.
En los noventa minutos cargados de gritos e insultos, los candidatos debían, en teoría, explicar sus planes y visión para el país norteamericano en materia de salud pública, impuestos, la gestión de la pandemia y la división racial.
Pero en vez de enterarse de las políticas de cada candidato, los televidentes presenciaron un triste despliegue que pasará a la historia.
El debate del miércoles descendió rápidamente en un caos, cuando el presidente Trump interrumpió repetidamente al candidato demócrata Biden, quien en un momento le dijo que "se callara".
Los candidatos discutieron sobre la Ley para el cuidado de salud a bajo precio, la Corte Suprema y la pandemia de COVID-19. Trump interrumpió repetidamente a Biden, atacó su educación, a su familia, y dijo que nadie asistiría a sus mítines.
El moderador del debate, el periodista veterano Chris Wallace, perdió el control de la discusión, y tuvo que reiteradamente pedirle a Trump que dejara de interrumpir a Biden.
Se suponía que cada candidato tendría dos minutos para responder a cada pregunta, pero las reglas del debate fueron ignoradas por ambos.
Entre los insultos y las interrupciones, ninguno logró articular su política, mostrando en su lugar, las profundas divisiones que separan a los estadounidenses.
El corresponsal de SBS Spanish en EEUU, Pedro Guerrero, cuenta los por menores del intercambio, y cómo el debate podría incidir o no en la intención de voto de cara a las elecciones del 3 de noviembre.
Escucha el informe completo presionando la imagen principal.
Entrevista con la periodista María Elena Salinas, "la voz hispana" de los EEUU: