Con más de cuatro millones de casos positivos de coronavirus, y casi 150.000 fallecidos para la fecha de publicación, Estados Unidos lidera la triste lista mundial de países más afectados por la pandemia. Entre los residentes del país norteamericano, los hispanos han sido desproporcionadamente golpeados por la COVID-19.
Los latinos, quienes representan “la minoría más grande de los Estados Unidos”, no solamente lideran la nefasta lista de infectados, sino también de fallecidos, superando en muchos estados a sus compatriotas afroamericanos y blancos.
Según cifras de la Oficina del Censo de Estados Unidos y del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, siglas en inglés), los latinos y afroamericanos son tres veces más propensos de adquirir la enfermedad y dos veces más propensos a fallecer a causa de ella.
Entre las razones detrás del fenómeno se encuentra que los hispanos en Estados Unidos son, en su mayoría, trabajadores esenciales sin posibilidades de teletrabajar, lo que los expone más al virus.
Además, muchos presentan problemas de salud subyacentes y no cuentan con acceso a los servicios sanitarios ni ayudas gubernamentales.
Otros factores culturales y sociales, como el de la cohabitación intergeneracional, también tienen un efecto perjudicial: en un mismo espacio vive, por ejemplo, una madre con sus hijos, la abuela, un tío o un sobrino, comenta en entrevista con SBS Spanish, María Elena Salinas, periodista de CBS conocida como “la voz hispana en América”, quien produjo conjuntamente con un equipo de periodistas hispanos el reportaje especial: “Pandemia: Latinos en crisis”.
Salinas, quien explora en ese especial el impacto del nuevo coronavirus en los casi 60 millones de hispanos en Estados Unidos, que representan el 18 por ciento de los más de 325 millones de pobladores del país norteamericano, recalcó que este colectivo “lo ha pasado muy mal” en gran parte por “las inequidades históricas que ya existen en Estados Unidos y que han aumentado durante la pandemia”.
Una gran parte de los hispanos se desempeña en trabajos esenciales en el sector agrícola, en los supermercados, en la atención sanitaria, en las plantas de pollos o carnes, en la entrega de comida en Estados Unidos. Sólo uno de cada 10 tiene acceso al teletrabajo.
“Por ley y por necesidad tienen que ir a trabajar y eso les expone mucho a la COVID-19”, explica Salinas.
Otros factores que contribuyen a la alta tasa de mortalidad entre los hispanos en Estados Unidos por COVID son el alto índice de diabetes, hipertensión y obesidad, además de la imposibilidad de acceso al sistema sanitario.
El racismo condiciona el no hacerse la prueba
En el Estados Unidos de Trump, “está tan cargado el ambiente antiinmigrante, que muchos hispanos tienen temor de hacerse la prueba, de utilizar los servicios, y aquellos que están en vías de arreglar su situación, tienen miedo de ser una carga pública”, apuntó la periodista mexicana-estadounidense, al explicar que existe una ley que previene a los inmigrantes que representan una carga pública acceder a la “Green Card” o permiso de residencia.
“Estados Unidos está más dividido que nunca. Llevo cuatro décadas cubriendo noticias y nunca he visto al país tan dividido, no importa cuál sea el tema, la política está metida”, explicó Salinas, al poner como ejemplo el uso de mascarillas, que se ha convertido en la manzana de la discordia entre demócratas y republicanos.
Puntos destacados:
- Los hispanos han sido desproporcionadamente golpeados por la pandemia de la COVID-19 en Estados Unidos, no solamente por la cantidad de fallecidos, sino también porque muchos de ellos son trabajadores esenciales, tienen problemas de salud subyacentes y no tienen acceso a los servicios sanitarios ni a ayudas gubernamentales.
- “Está tan cargado el ambiente antinmigrante, que muchos hispanos tienen temor de hacerse la prueba, de utilizar los servicios y aquellos que están en vías de arreglar su situación tienen miedo de ser una carga pública (que no les permita acceder a la residencia permanente), dijo a SBS Spanish, María Elena Salinas, periodista conocida como “la voz hispana en América”.
- En Estados Unidos, de unos 325 millones de habitantes, viven unas 60 millones de personas de origen hispano, que muchas veces se sienten como extranjeros, a pesar de haber nacido en ese país, según apunta Salinas.
Asimismo, hay unos 11 millones de indocumentados hispanos que no acceden a las ayudas gubernamentales brindadas en tiempos de pandemia o servicios en Estados Unidos, como sucede con miles de “sin papeles”, solicitantes de asilo o inmigrantes temporales en Australia.
“Muchos de ellos son trabajadores esenciales y no califican para el cheque de estímulo o desempleo y muchos de ellos tienen mucho miedo de hacerse la prueba”, precisó la otrora presentadora de Univisión.
El sentimiento contra los inmigrantes, entre ellos los hispanos, se ha exacerbado con la llegada al poder del presidente estadounidense, el republicano Donald Trump, quien abraza el lema “América Primero”. Trump ha implementado drásticas medidas contra la llegada de miles de inmigrantes desde Centroamérica y busca construir un muro con México para impedir la entrada de inmigrantes que ha tildado como los “bad hombres”.
Salinas explica que la capacitación y el ascenso de muchos inmigrantes a espacios de poder en Estados Unidos, ha creado también un ambiente de “resistencia de la mayoría blanca de aceptar a personas que no lucen como ellos”.
“Están asustados”, señala.
El efecto de la COVID-19 en los comicios
Desde el inicio de la pandemia, el presidente Trump ha sido fuertemente criticado por sus detractores por su resistencia a adoptar medidas de sanidad pública y privilegiar a la economía sobre las vidas de los sectores menos privilegiados de la población estadounidense.
La oposición culpa al presidente de dar mensajes confusos sobre la COVID-19 en torno al uso de las mascarillas, y la promoción de medicamentos aún no probados científicamente para su tratamiento.
Sin embargo, sus seguidores fielmente aplauden sus propuestas e incluso han salido a protestar en las calles para defender sus libertades personales ante la pandemia.
No obstante, los sondeos apuntan a que la pandemia ha debilitado a Trump. Según una encuesta publicada por la cadena estadounidense ABC News, dos tercios de los estadounidenses desaprueban su respuesta frente al coronavirus.
Trump tiene menos de 100 días para revertir estos resultados en las encuestas de cara los comicios de noviembre en los que se mide con su rival demócrata Joe Biden, a quien acusa de ser una "marioneta de la izquierda radical" y de querer destruir el "estilo de vida estadounidense".
De perder su reelección, el magnate republicano se convertiría en el primer presidente de un solo mandato en más de un cuarto de siglo.
Trump alega que las encuestas que lo desfavorecen son falsas, al tiempo que culpa reiteradamente a la prensa de publicar “noticias falsas” en su contra.
Estados Unidos cuenta con una gran población hispana en California, Texas, Florida, Nueva York, Illinois, Arizona, Nueva Jersey, Colorado, Nuevo México y Georgia, estados que han sido gravemente afectados por la pandemia, por lo que algunos analistas consideran que el voto hispano pudiese castigar al presidente Trump por su gestión de la pandemia.
Pero Salinas duda de que se presente en Estados Unidos un giro drástico del voto latino a raíz de la crisis.
Los que apoyan a Trump, probablemente lo sigan haciendo “haga lo que haga”.
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