Ana, una estudiante chilena a quien le hemos cambiado el nombre, forma parte de los 1,9 millones de inmigrantes temporales que viven en Australia. En los cuatro años que ha estado en el país, entre visas temporales de estudio y Working Holiday (visa de vacaciones y trabajo), ha sido víctima en dos oportunidades de explotación y robo salarial.
Su caso saltó a la luz a raíz de un estudio de Unions NSW, un organismo sindical de Nueva Gales del Sur, que analizó 3.000 anuncios de empleo publicados en medios y redes sociales de las comunidades de habla hispana, portuguesa, china, nepalesa, coreana y vietnamita. Éste reveló que casi 9 de 10 de estos avisos de empleo ofrecían a los trabajadores inmigrantes sueldos ilegales, es decir por debajo del mínimo legal.
“¿Cómo es posible que la gente se aproveche cuando pasa algo así como la pandemia? Me siento decepcionada, es frustrante. Siento un poco de rabia, es entendible, fue mi tiempo, mi esfuerzo”, dijo Ana a SBS Spanish.
El robo salarial que Ana sufrió fue por parte de un empleador australiano, que la contrató por Gumtree para realizar un trabajo de limpieza entre agosto y septiembre.
Esta persona, cuya identidad no podemos revelar por motivos legales, le ofreció pagarle inicialmente $20 dólares la hora, casi como el salario mínimo, pero ella se negó porque el tipo de labor que realiza es especializado.
“Le dije, ‘no trabajo por ese rate (tarifa) porque tengo dos años de experiencia, porque es bajo y por ABN (registro para hacer negocios)”, contó Ana, quién, por su experiencia de más de dos años, le toca legalmente un pago de más de $27.40 por hora, bajo la tarifa de Cleaner Level II para empleados ocasionales.
Durante las negociaciones, acordó con el empleador que éste le pagaría “legalmente” con $25 dólares las primeras 20 horas semanales de trabajo, el máximo número de horas que un estudiante internacional puede trabajar legalmente en Australia, de acuerdo con sus condiciones de visa. Su empleador le ofreció trabajo como “casual”, mediante la facturación de un ABN, pero también le ofreció permitirle trabajar más horas “bajo la mesa” por un pago en efectivo.
Me vi obligada a aceptar, por la difícil situación en la que me encuentro.
Pero pasadas cuatro semanas, el empleador le pagó solamente el dinero acordado por las primeras 20 horas, comunicándole las transferencias, pero “el resto del dinero nunca lo vi”, indica Ana al recordar que el empleador argumentaba que eran tiempos difíciles por la pandemia y que había que tener mucho cuidado porque lo que hacían era ilegal.
Ese mismo empleador, quien le debe a Ana al menos $2.500 dólares, potencialmente más si se consideran los beneficios y tarifas que quedaron impagos, ha sido denunciado por otras ocho personas más ante Unions NSW.
Habitación con bichos
Pero este no es la única situación de abuso laboral por la que ha pasado Ana. Anteriormente, cuando estaba con una visa de vacaciones y trabajo o Working Holiday, Ana trabajó en el sector de la hostelería en Darwin, en donde el sueldo que le pagaron era bajo y la habitación que le asignaron era deplorable.
Nos tenía en condiciones muy malas. Las habitaciones donde dormíamos estaba llenas de bichos.
“Pensé (entonces) me aguanto por alargar la visa por un año más”, manifestó Ana, quien actualmente estudia negocios en Sídney para tener mejores oportunidades laborales a futuro.
“Es muy común que se aprovechen de las personas que vienen a trabajar de con working holidays”, confiesa Ana, al tiempo que destaca que en las redes sociales proliferan los anuncios de migrantes bajo este tipo de visa que advierten a otros de no ir a trabajar a ciertos sitios por lo precario de la situación.
A pesar de su decisión de exponer su caso de explotación laboral, Ana también dice sentirse “nerviosa”, dado que siente que su denuncia podría exponerla a perder su visa. Sin embargo, considera importante dar la cara “para que no haya más gente que se aproveche de la situación que vivimos los estudiantes”.
“Espero que esta gente se asuste un poco y pague lo que debe”.
Una epidemia de explotación o la explotación en la pandemia
Un estudio de Unions NSW, un organismo sindical del estado australiano de Nueva Gales del Sur, reveló que el 88 por ciento de los avisos, la mayoría en página de internet de comunidades de inmigrantes, ofrecían trabajos por debajo de los mínimos legales.
“En el grupo en español encontramos que un 76 por ciento de anuncios ofrecían trabajo por debajo de los mínimos legales y notamos una proliferación de trabajos que ofrecían empleos con ABN, en donde los salarios eran de $20 la hora,” explica Isabel Salinas, representante de Unions NSW.
“Si se aplican las reglas normales en términos de impuestos, y adicionalmente el 'award' por limpieza, los niveles de 'underpayment' o pagos por debajo de los niveles de mínimos normales eran muy superiores para la comunidad hispana”.
Otro de los grandes problemas de estos anuncios ofertados a los trabajadores inmigrantes es que los avisos dan tarifas planas por la labor y no diferencian si estas personas realizan un trabajo por la noche o los sábados, lo que contraviene la legislación que establece unas tarifas más altas.
El salario ilegal más bajo que se encontró en el grupo de los hispanos fue de $16 la hora, que duplica a los $8 dólares por hora que se encontró en las ofertas de trabajo para los vietnamitas.
“Si hacemos un cálculo de un 'underpayment' de $5 para una persona que trabaja por $8 la hora durante un período de un año, eso puede llegar a ser más de $3.000 al año para un estudiante internacional, lo que equivale al costo de sus estudios de inglés o algún otro tipo de estudios que esté realizando aquí en Australia”.
Necesario eliminar el tope de horas de trabajo para los inmigrantes
Salinas, quien forma parte de la sección Visa Assist de Unions NSW, una oficina de ayuda a los inmigrantes temporales en situaciones de abuso laboral y otros asuntos migratorios, indicó que el informe sindical recomienda cinco puntos. Entre los más importantes se encuentra la necesidad de eliminar de las 20 horas semanales de trabajo como límite para los estudiantes internacionales.
“En tiempos de crisis la mayoría tiene que hacerlo (trabajar más horas)”.
Salinas advierte que hay que considerar que es imposible para muchos estudiantes el poder cubrir sus gastos con “tasas de salarios tan bajos”, y señaló que muchos “se exponen a situaciones de explotación más intensas” por esas razones.
En ese sentido, Salinas argumenta que el gobierno debe considerar flexibilizar las horas para todos los estudiantes por la crisis de la pandemia, no sólo para aquellos que trabajan en el sector sanitario por la crisis.
Mayor protección
El informe de Unions NSW también recomienda que se implemente un “muro de protección claro” para que la información que comparta un inmigrante temporal no sea compartida con el Ministerio del Interior u otras agencias gubernamentales para mitigar el temor de perder sus visas.
Además, Unions NSW quiere que se obligue a incluir en los anuncios de empleo un salario consistente con el mínimo legal y que se sancionen a aquellos que exploten a los trabajadores.
Respecto al requisito del ABN, Salinas indicó que se necesita una estrategia específica para evitar que empleadores contraten a personal que en circunstancias normales sería clasificado legalmente como “empleado” bajo la figura de un trabajador independiente.
Cuando el trabajador tiene “un horario establecido, hay clara supervisión. Llevas uniforme y el empleador tiene control de todas las actividades que realizas”, explica Salinas, al tiempo que añade que muchos inmigrantes que participaron en el estudio denunciaron ser “amenazados con ser ‘despedidos’ a pesar de que ellos eran requeridos de entregar número de ABN para recibir un pago”.
Ayuda migratoria
Salinas explica que el servicio de Visa Assist ofrece asistencia legal a los inmigrantes temporales que tengan problemas en el trabajo y temen perder su situación migratoria.
Su oficina cuenta con un equipo de abogados migratorios que trabajan “de la mano” con sus colegas especializados en temas laborales para proteger las visas de sus clientes.
“(Para) la asesoría inicial que damos, la persona no necesita ser miembro de sindicato. Hay procesos legales, por ejemplo, para aplicar a otros tipos de visa, como de graduado, y otros procesos de visa, que hacemos de forma gratuita”.
Sin embargo, en algunos casos legales más complejos, sí hay que hacerse miembro, pero “se hacen ajustes en término de 'fees' (tarifas) que se tienen que pagar”, detalló la sindicalista colombiana.
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