“Si te molesta algo, únete y encuentra tu propósito en el servicio”, clama voluntaria mexicana en Australia

Dulce Muñoz_Mums for Refugees

Dulce Muñoz, voluntaria de Mums for Refugees

Australia es un país con una gran dedicación al voluntariado. Pero después de una disminución en las personas dispuestas a ser voluntarias durante la pandemia de COVID-19, las organizaciones ahora están alentando a más personas a participar. En la semana nacional del voluntariado, Dulce Muñoz y Sinilia Radivojevic comparten con SBS Spanish sus impresiones, motivaciones y luchas en su trabajo voluntario de apoyo a los refugiados y a las terapias contra el cáncer.


Puntos destacados:
  • Solo el 56,4 por ciento de los que dejaron de ser voluntarios en 2020 por el COVID reanudaron la actividad en los siguientes 12 meses
  • En 2022, el 26,7% de la población participó en el voluntariado formal, una disminución del 9,3% con respecto a los niveles anteriores a la pandemia.
  • Las organizaciones sociales están alentando a más personas a participar como voluntarias.
Desde preparar mochilas con material escolar para niños de familias refugiadas en Australia, hasta organizar eventos para recolectar dinero para proyectos contra el cáncer, pasando por arriesgar la vida combatiendo incendios o salvando gente en el mar, el voluntariado se puede dar en muchas formas diferentes.

La Estrategia Nacional de Volunteering Australia, publicada en febrero, encontró que durante la pandemia de COVID-19 hubo una disminución en el número de voluntarios a medida que las comunidades se cerraban y se restringía el acceso a las personas más vulnerables.

Y solo el 56,4 por ciento de los que dejaron de ser voluntarios en 2020 reanudaron la actividad en los siguientes 12 meses, a pesar de la flexibilización de los confinamientos y las restricciones de distanciamiento social. 
En 2022, el 26,7% de la población participó en el voluntariado formal, una disminución del 9,3% con respecto a los niveles anteriores a la pandemia. 

Por ello, las organizaciones de toda Australia están alentando a más personas a donar su tiempo a una buena causa. 

Mark Pearce director ejecutivo de Volunteering Australia, dijo que "el voluntariado se encuentra en cada parte de la vida comunitaria. (…) Es esencial garantizar que las comunidades en las que vivimos sean lo más habitables posible y nos permitan tener la mejor experiencia dentro de nuestras comunidades."
Sinilia Radivojevic
Sinilia Radivojevic preparando la "happy hour" en el hospital Braeside Source: Facebook
La española Sinilia Radivojevic, voluntaria desde hace casi 40 años para la Fundación contra el Cáncer (Cancer Council) de Australia, ha percibido de alguna manera esta disminución en el número de voluntarios. 

“Muchas organizaciones viven esta situación, y esos voluntarios dejaron de acudir. Y no han regresado. Unos porque ya están en la edad de jubilación, quizás otros porque realmente sienten miedo todavía con esto de la pandemia. (…) Hay muchas organizaciones que se están quejando precisamente de falta de voluntarios”, explicó a SBS Spanish. 
El ser voluntario significa bajar del caballo, que a veces nos montamos porque a veces nosotros nos subimos a un caballo y pensamos que somos mejores, pero no, es ponerse más abajo del resto y hacerlo con mucho amor.
Sinilia Radivojevic
Dulce Muñoz, mexicana, regala su tiempo y su trabajo para la organización Mums for Refugees, (Madres por los refugiados), y ella apunta a que muchas de las organizaciones que utilizan voluntarios y que dependen de proyectos fundados por los gobiernos federales o estatales han visto cómo han cambiado las financiaciones económicas y además las personas están notando las dificultades del costo de la vida en su día a día. 

“En Australia se han hecho más casuales los trabajos, es decir, la gente está en menos contratos fijos y tienen que buscar maneras de cómo vivir que antes tenía un poco más resueltas y ahora reducen las horas de voluntariado” dijo Dulce. 

“El COVID además ha tenido repercusión en la salud mental y en la salud física de las personas, y todos andamos moviéndonos con cuidado todavía”. 
Dulce Muñoz, la vocera de Mums 4 Refugees, participa activamente en las manifestaciones que buscan mejorar la calidad de vida de los solicitantes de asilo en Australia.
Source: Facebook / Facebook - Mike Vlack
En toda Australia, se estima que cerca de cinco millones de personas se ofrecieron como voluntarios a través de una organización o grupo en 2020. 

Las motivaciones para entregar el tiempo y el trabajo de forma desinteresada pueden ser muy variadas.

Sinilia comparte los recuerdos de cómo la dedicación y generosidad de su abuela ante todos los nietos le inspiró a ser dadivosa. 

“De ahí quizá viene esto. Que de que donde hay para uno puede haber para muchos más”, reconoce. 

Sinilia Radivojevic ha recibido numerosos reconocimientos y en 2019 fue laureada como voluntaria del año de Nueva Gales del Sur. Ella ha recaudado más de $50.000 para la Fundación contra el Cáncer (Cancer Council) de Australia.
Se unió tras padecer ella misma de la enfermedad, y también dedica sus fines de semana a acompañar a los enfermos terminales de cáncer y sus familias en un hospital en Fairfield, en las afueras de Sídney, que ofrece cuidados paliativos. 

“El ser voluntario significa bajar del caballo, que a veces nos montamos porque a veces nosotros nos subimos a un caballo y pensamos que somos mejores, pero no, es ponerse más abajo del resto y hacerlo con mucho amor”, dice Sinilia. 

El origen de Dulce, la hizo reflexionar sobre cuál quería que fuera su papel en la sociedad. 

“Soy mexicana y cuando vives en un país en donde las diferencias de clase son tan claras, no puedes huir tan fácil de tus responsabilidades sociales”, reconoce Dulce. 
Si te molesta algo, si estás enojado, si estás en social media y te estás quejando, únete y encuentra tu propósito en el servicio.
Dulce Muñoz
Su hija nació en Australia con una discapacidad física y ella pudo acceder a todos los cuidados médicos disponibles, algo a lo que no tienen acceso muchos hijos de refugiados y solicitantes de asilo. 

El enfado que sintió al darse cuenta de esa realidad, la movió a dedicar su tiempo a esas personas. 

“Me enojé, tuve un enojo profundo y me di cuenta de que al migrar también tienes responsabilidades por aquellos que no tienen un camino tan fácil”. 

Desde entonces, se unió a un grupo de madres de orígenes diversos que preparaban ropa para llevar al centro de detención de Nauru, y que organizaban visitas para jugar con los niños en otros centros de detención.
La organización presionó también a las autoridades para devolver a la familia de Biloela a su comunidad y aún continúan haciendo otras campañas para apoyar a los refugiados y solicitantes de asilo.

Dulce lanza su mensaje para animar a otros a regalar su trabajo por una causa. 

“Si te molesta algo, si estás enojado, si estás en social media y te estás quejando, únete y encuentra tu propósito en el servicio”. 

Escucha el reporte completo presionando el icono bajo el título.


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