Morrison destacó esta política al criticar el enfoque de la oposición sobre la seguridad fronteriza, en un intento de situar el tema en el primer plano de la campaña.
Los laboristas se oponen desde hace tiempo a los visados de protección temporal destinados a denegar el reasentamiento permanente, alegando que son un proceso caro, burocrático e innecesario.
Morrison dijo que el compromiso de los laboristas de eliminar de nuevo los visados de protección temporal si son elegidos, demuestra que no han aprendido "nada en lo que respecta a la protección de las fronteras".
El domingo, Albanese repitió la posición de su partido sobre los visados y reafirmó que no los apoyaba.
Los visados de protección temporal se expiden a los solicitantes de asilo que llegan a Australia sin visado y les permiten tener derechos de trabajo y estudio, así como acceso a Centrelink.
Los visados se han dirigido históricamente a los refugiados que llegaron en embarcaciones antes de julio de 2013, y a los que no se les había finalizado su solicitud.
Permiten permanecer durante un periodo inicial de tres años, pero han sido criticados durante mucho tiempo por los defensores de los derechos humanos por crear incertidumbre entre los refugiados que huyen de la persecución y por impedir la reunificación familiar.
Al mismo tiempo, el gobierno británico ha llegado a un acuerdo con Ruanda para enviar a algunos solicitantes de asilo al país africano.
Se trata de una medida que las organizaciones de refugiados han condenado como inviable e inhumana, y un sombrío reflejo de la política australiana de solicitud de asilo, criticada internacionalmente.
Entrevistado: Jorge Aroche, director de STARTTS (Servicio de Asistencia y Rehabilitación para Supervivientes de la Tortura y el Trauma).