El conflicto político que se desencadenó este martes, con la disputa por el poder por parte del ahora ex ministro Peter Dutton, es un capítulo más de una guerra por las políticas climáticas que han librado los líderes de Australia en la última década y que no ha permitido que el país alcance un modelo bipartidista para luchar contra las emisiones de carbono que ocasionan el cambio climático ni tampoco brindan seguridad a las industrias para innovar en sus procesos de producción.
Las guerras por las políticas climáticas, que han exhibido una serie de saltos, cambios y retrocesos en las políticas de reducción de emisiones, incentivos a la industria de energía renovable o los sistemas de comercio de emisiones, se vienen librando desde el gobierno de John Howard, pasando por el de Kevin Rudd, Julia Guillard, Tony Abbott y Malcolm Turnbull.
No es la primera vez que el cambio climático enfrenta a Malcolm Turnbull con Tony Abbott, quien ha orquestado el desafío por el poder por parte del ahora ex ministro Peter Dutton.
Cuando el laborista Kevin Rudd era primer ministro, y Malcolm Turbull era el líder de la Oposición, Abbott desafió a Turnbull por ese puesto y le ganó por sólo un voto. Malcolm Turnbull cree que el cambio climático es una realidad y estaba dispuesto a apoyar a Kevin Rudd en sus políticas respecto a la reducción de emisiones.
Posteriormente la rivalidad entre ambos se acrecentó cuando siendo Abbott el primer ministro de Australia, Turnbull lo depuso como líder del partido y por ende como gobernante, en septiembre de 2015.
En la política de energía del gobierno, conocida como la Garantía Nacional de Energía, (NEG, siglas en inglés), el gobierno se comprometía a reducir las emisiones contaminantes a un 26%, algo que rechaza la facción más conservadora de los liberales. Incluso Abbott insiste en que Australia debe retirarse del Acuerdo de París y seguir el ejemplo de Donald Trump.
Sin embargo, esto iría en contra de los deseos de la mayoría de los australianos, según lo que indicó ayer una encuesta de Fairfax Ipsos, en la que el 54%, quiere mayor acción frente al cambio climático.
El primer ministro Malcolm Turnbull ha dado su brazo a torcer varias veces en los últimos días y ha cambiado su plan denominado Garantía Nacional Energética (NEG, siglas en inglés) varias veces hasta el punto de anunciar el lunes que desistirá de legislar respecto a la reducción de emisiones de gases contaminantes en 26 por ciento respecto a los niveles de 2005, tratando de apaciguar a sus colegas detractores del plan.
Esto era un componente importante del NEG, pero debido a las presiones, Turnbull aseguró que lo principal es rebajar los precios de la electricidad y asegurar los empleos de los australianos.
DESMITIFICANDO ARGUMENTOS DE LOS POLÍTICOS:
En Radio SBS conversamos con el académico e investigador en Socio Política de la Energía en la Universidad de Monash, Alfonso Martínez, sobre de qué manera el discurso político ha enrarecido la posición que Australia toma respecto al cambio climático y al uso de fuentes de energías renovables. Escucha el podcast arriba.
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