En 2017, 250 líderes de las comunidades aborígenes y de los isleños del Estrecho de Torres se reunieron en Uluru, en la Asamblea Nacional Constitucional de las Primeras Naciones. Allí formularon y respaldaron la Declaración de Uluru desde el Corazón.
Este conjunto de palabras, simple pero poético, demandaba tres cosas: Voz, Tratado y Verdad.
La Declaración de Uluru desde el Corazón fue leída por primera vez en la convención por la profesora Megan Davis, miembro del Consejo del Referéndum.
"Pedimos reformas constitucionales para empoderar a nuestros pueblos y ocupar el lugar que nos corresponde en nuestro propio país. Cuando tengamos poder sobre nuestro destino, nuestros hijos prosperarán. Caminarán en dos mundos y su cultura será un regalo para su país. Pedimos el establecimiento de una Voz de las Primeras Naciones que esté consagrada en la Constitución".
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Han pasado seis años desde aquella convención, y ahora se le pide a Australia que vote sobre esta solicitud para modificar la Constitución.
A los australianos se les pedirá que voten SÍ o NO en respuesta a la pregunta:
"¿Apoya un cambio en la Constitución para reconocer a los primeros pueblos de Australia mediante el establecimiento de una Voz aborigen e isleña del Estrecho de Torres?"
¿Qué es exactamente la Voz?
El Grupo de Trabajo del Gobierno para el Referéndum de las Primeras Naciones señala que la Voz sería un organismo permanente para hacer representaciones, ante el Parlamento Australiano y el Gobierno Ejecutivo, sobre legislación y políticas de importancia para los pueblos aborígenes e isleños del Estrecho de Torres.
Pat Anderson, integrante de este grupo, asegura que la Voz es necesaria porque Australia debe esforzarse cuando se trata de sus pueblos originarios.
"Es una verdad universal que cuando involucras a las personas por las que estás tomando decisiones, tomas mejores decisiones y asignas mejor todos los recursos que se requieren. Esto es fundamental para cualquier democracia. Y Australia es una de las pocas democracias liberales en el mundo que no tiene ningún pacto, ningún acuerdo con sus pueblos originarios”.
La idea no es nueva. La fundación ‘Reconciliation Australia’ afirma que los aborígenes y los isleños del Estrecho de Torres han estado pidiendo una voz política de una forma u otra durante casi un siglo.
La ministra para los indígenas australianos Linda Burney asegura que se debe cumplir con la demanda por la sencilla razón de que eso es lo que pidieron los líderes indígenas, después de un proceso exhaustivo y minucioso, iniciado por el Gobierno.
"122 años después de que se formó la Constitución australiana. Más de 80 años desde que William Cooper hizo su petición. 35 años desde la declaración de Barunga. 30 años desde el discurso de Keating en Redfern. 16 años desde que John Howard prometió un referéndum para el reconocimiento. 15 años desde la Disculpa. 13 años desde el panel de expertos sobre el reconocimiento constitucional, y seis años desde la Declaración de Uluru desde el Corazón. La pregunta ciertamente debe hacerse. ¿Cuánto tiempo más tienen que esperar los aborígenes y los isleños del Estrecho de Torres para el reconocimiento? ¿Cuándo vamos a resolver finalmente este asunto pendiente?”, cuestiona Burney.
¿Por qué se pide consagrar la Voz en la Constitución?
Los opositores a la Voz argumentan que esta simplemente podría ser legislada, como lo han sido los organismos anteriores.
Sin embargo, los líderes indígenas involucrados señalan que sólo consagrando la Voz en la Constitución se puede garantizar que no sea influenciada o abolida por ningún gobierno futuro, como lo fueron grupos asesores anteriores; un ejemplo de ello es el ATSIC (Comisión Aborigen y de los Isleños del Estrecho de Torres).
Marcia Langton, una persona clave en la concepción de la Voz y miembro del Grupo de Trabajo para el Referéndum, asegura que sólo teniendo voz y voto las cosas pueden mejorar para los indígenas australianos.
"La Comisión Real sobre las Muertes de Aborígenes en Custodia. La investigación sobre la separación forzada de niños aborígenes de sus familias. La Comisión Real de Don Dale. Podría seguir y seguir. Y en cada caso hemos recomendado firmemente cambios para detener la muertes, el encarcelamiento, las muertes tempranas y las vidas miserables, y es muy poco frecuente que nuestras recomendaciones sean adoptadas.
“Es por eso que no podemos informar sobre progresos en los indicadores respecto al cierre de la brecha. Estamos aquí para trazar una línea en el arena y decir: esto tiene que cambiar, la vida de las personas tiene que mejorar, y sabemos por la evidencia que lo que mejora la vida de las personas es tener voz y voto. Y de eso se trata esto", puntualiza Langton.
¿Por qué la Voz debe ir antes que las demandas de Tratado y Verdad de la Declaración de Uluru?
Los partidarios de la Voz dicen que su establecimiento debe ser el primer paso porque, para lograr un tratado, el Gobierno necesita un organismo representativo para negociar, algo que actualmente no existe.
Las encuestas han mostrado repetidamente que el público australiano apoya ampliamente el reconocimiento constitucional de los habitantes originales del país. Sin embargo, a medida que avanza el debate, el apoyo a esta propuesta de la Voz en particular ha ido disminuyendo.
El Gobierno esperaba un apoyo bipartidista —la historia muestra que es poco probable que un referéndum tenga éxito sin él—. Pero la Coalición ha optado por respaldar la campaña del No.
¿Cuáles son los argumentos de quienes respaldan el ‘No’?
El líder de la oposición, Peter Dutton, ha llamado a la propuesta "la Voz de Canberra". Dutton asegura que si una voz está incorporada en la Constitución, el Parlamento no puede cambiarla o aprobar leyes para anularla.
“El Parlamento no puede legislar más allá de la Constitución. Si los australianos se arrepienten, la Voz viene con una política de no retorno. Llegó para quedarse. Y, sin embargo, esta institución ni siquiera ha sido probada para ver si funciona. No ha sido legislada, como ha sido el caso en Australia del Sur, y el gobierno de Albanese tiene esta opción disponible, abierta para ellos, hoy", critica Dutton.
La ministra de Asuntos Indígenas en la oposición, Jacinta Nampijinpa Price, cuestiona las afirmaciones de que la Voz tendrá beneficios prácticos, y asegura que el debate sobre la Voz distrae la atención de los problemas reales que enfrentan las comunidades indígenas.
"Estamos en suspenso hasta que se realice este referéndum, y los problemas reales no se abordan de inmediato porque el gobierno de Albanese está sugiriendo que una Voz ante el Parlamento es lo único que va a resolver algunos de nuestros mayores problemas. Lo cual es total y absolutamente falso. Es su responsabilidad. Es responsabilidad del ministro de los indígenas australianos abordar estas preocupaciones inmediatas que están teniendo lugar aquí y ahora", puntualiza la también senadora por el Territorio del Norte.
Para algunos, la Voz genera divisiones raciales
Otras críticas a la Voz incluyen que la propuesta carece de detalles, genera divisiones raciales y es vulnerable a desafíos legales. Así lo estima Warren Mundine, el portavoz de la campaña del ‘No’, quien señala que la Voz al Parlamento es una pérdida total de dinero.
“Se están gastando más de 300 millones de dólares que podrían ocuparse en proyectos comunitarios en las regiones remotas de Australia. [La Voz] se basa en la suposición de que los pueblos aborígenes no tienen una Voz. Siempre hemos tenido una voz... y hemos tenido una voz fuerte desde 1973. Lo que yo creo es que necesitamos desarrollo económico, empleo, educación e inversión en esas comunidades y construcción de negocios. Eso sería lo único que marcaría la diferencia", especifica Mundine.
Pero no todos los que se oponen a la Voz están en el mismo equipo. A diferencia de los argumentos de la Coalición, la senadora independiente por el estado de Victoria, Lidia Thorpe, dice que la Voz no abarca lo suficiente.
A principios de este año Thorpe renunció al partido de los Verdes debido a su apoyo a la Voz, y ahora ella dice representar al Movimiento Blak Sovereign en su oposición a la Voz.
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Thorpe demanda un tratado y la plena implementación de las recomendaciones de la Comisión Real de 1991 sobre las muertes de aborígenes en custodia.
"Nos están crucificando de nuevo, sin darnos ningún poder. Si esto fuera genuino, podrían concedernos escaños en el Senado, como lo hacen en Nueva Zelanda. Tengamos un tratado como ellos. ¿Por qué no podemos hacer eso? ¿Qué es lo que les da miedo, laboristas? Hawke fue marginado por sus conservadores en su momento y le dijeron que no buscara un tratado. Ustedes lo saben. Keating lo intentó. Lo bloquearon. Y Albo obviamente no tiene agallas", apunta contundente la senadora Lidia Thorpe.
Se espera que el referéndum se celebre en cualquier momento entre octubre y noviembre, pero aún no se ha anunciado la fecha exacta.
Para que el referéndum tenga éxito, tendrá que lograr un resultado afirmativo por mayoría doble. Eso significa que tanto la mayoría de los votantes a nivel nacional, como la mayoría de los estados, tendrían que votar a favor del cambio constitucional.
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