La premier de Queensland, Annastacia Palaszczuk, acusó al gobierno federal de utilizar una tragedia para intimidarla a que haga una excepción en su política de cierre de fronteras internas por coronavirus.
El primer ministro Scott Morrison llamó a la premier por teléfono el jueves para pedirle que intervenga en el caso de Sarah Caisip, una residente de Canberra que quería asistir al funeral de su padre en Queensland.
Pero durante la sesión del jueves en el parlamento de Queensland, Palaszczuk dijo que el primer ministro adoptó tácticas de intimidación para presionarla a cambiar las reglas."No me dejaré intimidar, ni seré intimidada por el primer ministro de este país que se puso en contacto conmigo esta mañana y a quien le dejé claro, que no es mi decisión, pero que le pasaría la información a la directora de Salud, ya que ella está a cargo de dicha decisión", declaró la premier.
Queensland Premier Annastacia Palaszczuk Source: AAP
Aunque Morrison no logró influir para que a Caisip se le permitiera asistir al funeral de su padre, su intervención probablemente resultó en que le dieran autorización para asistir a una visita privada para estar con el cuerpo de su padre, después del funeral.
Queensland ha recibido fuertes críticas por el cierre de sus fronteras internas, no solo por parte del gobierno federal sino también por el gobierno de Nueva Gales del Sur.
La premier de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, se opone a la decisión de Queensland de mantener el cierre de sus fronteras internas, argumentando que obstaculiza la actividad económica.Berejiklian dijo que con el estado de Victoria "fuera de acción" debido a las restricciones y toque de queda bajo la Etapa 4, la presión sobre su estado para "subsidiar" a otros estados y territorios ha subido de manera significativa.
Queensland anunciará a fines de mes si reabrirá su frontera con NSW el 1 de noviembre Source: AAP
Los cierres de las fronteras internas han generado profunda inquietud entre las personas que viven en pueblos fronterizos y necesitan acceder atención médica.
La senadora del partido nacional, Bridget McKenzie, dijo que a las personas que viven en las ciudades fronterizas se les dificulta viajar al trabajo, a la escuela o a sus negocios.
La semana pasada, el primer ministro Scott Morrison intentó buscar consenso con los líderes estatales y territoriales en la reunión de gabinete, para llegar a un acuerdo sobre la definición de un "COVID Hotspot" (zona de alto contagio), con el fin de facilitarle la vida a miles de familias afectadas por las restricciones.
Pero no todos los líderes estuvieron de acuerdo con la propuesta de Morrison.En declaraciones a la ABC, la senadora Bridget McKenzie del partido Nacional dijo que el mayor riesgo está en las capitales y que allí se encuentran las zonas de alto contagio.
Prime Minister Scott Morrison speaks during a press conference at Parliament House. Source: AAP
“Necesitamos que los premiers tengan el coraje de cerrar los sitios que tienen el problema y dejar que los demás lugares continúen con sus negocios y fronteras abiertas, para evitar que todos tengan que sufrir por lo que está pasando en otros sitios", dijo.
Presiona la imagen principal para escuchar el informe completo.