El soldado de la S-A-S demandó a estos medios por una serie de artículos que lo presentaban como matón, criminal de guerra, asesino y autor de violencia doméstica.
Pero el jueves estuvo ausente cuando el juez Anthony Besanko desestimó el caso, al considerar que el editor Nine Entertainment había demostrado la veracidad de las acusaciones más graves de asesinato.
El juez también ha desestimado las acusaciones de difamación contra los periodistas Nick McKenzie, Chris Masters y David Rowe.
Ben Roberts-Smith se enteró de su destino mientras se encontraba en un balneario en Bali.
Se calcula que ha costado más de 25 millones de dólares, y es uno de los juicios por difamación más caros de la historia de Australia.
Poco después de su sobreseimiento, Nicholas Owens SC, en nombre de Nine, anunció que solicitaría el cubrimiento de los costos legales.
El abogado pidió 21 días para preparar los costes de terceros y de indemnización, lo que, de concederse, significaría que Roberts-Smith tendría que pagar la mayor parte, o la totalidad, de la factura legal de la defensa, junto con la suya.
Los juicios por difamación se deciden según el equilibrio de probabilidades, que es el criterio de prueba civil. Es diferente de la responsabilidad penal, que exige que los cargos se prueben más allá de toda duda razonable.
Entrevistado: Carlos Bielli, abogado en Sydney.