Cambiar o repensar la manera de cuándo y cómo se consume vino es una inquietud que cada vez está rondando a más productores de la industria vinícola en Australia, quienes están explorando alternativas al envase de vidrio ya que, con más de 500 millones de botellas desechadas cada año, los consumidores están reclamando un cambio.
Una de las alternativas que han comenzado a explorar es envasar el líquido en pequeñas latas desechables, para así ayudar a reducir la huella de carbono de esta industria.
"El vino en lata es una forma estupenda de envasarlo. Es muy portátil, reciclable y ligero. Y, por supuesto, para aquellos que buscan limitar su consumo de alcohol, y así no tienen que terminar la botella porque ya está abierta. Parece una muy buena forma de dosificar la bebida por persona, o simplemente, para aquellos que buscan beber menos en su vida", explica el propietario de una tienda de botellas y experto en vinos, Mike Bennie.
El experto en vinos, Mike Bennie, con una botella recargable. Credit: SBS-Sandra Fulloon
"Estados Unidos lo ha asumido muy bien, y el Reino Unido ha aumentado su interés. Por lo tanto yo sugeriría que Australia siguiera el ejemplo de las latas, por su ligereza, la naturaleza reciclable del producto en sí, y también por la capacidad de apilarse bien en el almacén. Todo parece ser algo que avanzará para los productores de vino en cuanto a su interés por buscar estos envases alternativos".
Pros y contras de envases alternativos
En entrevista con SBS Spanish, la doctora en ciencias del vino e investigadora científica Joanna Gambetta, asegura que los patrones de consumo de vino han cambiado “y esto necesita mucho más flexibilidad en la selección de empaques disponibles.
Las latas, por ejemplo, son súper atractivas. Especialmente porque permiten tener dosis más pequeñas, etiquetas mucho más llamativas y se prestan súper bien para picnics o consumos en distintos tipos de eventos”, explica la Dra. Joanna Gambetta.Investigadora Joanna Gambetta, doctora en ciencias del vino
Para la investigadora otro ejemplo es el bag-in-box, que en Europa suele ser muy común. “Este tipo de envase te permite servirte una copa al día y mantener el vino fresco una vez abierto, por más tiempo que una botella de vidrio.
“También en un mundo en el que se está buscando reducir el peso del envase, para reducir la huella del carbono del producto, estos envases expanden las posibilidades; ya que pesan mucho menos que el vidrio”.
Sin embargo, la investigadora señala que una de las principales variables a considerar al momento de elegir empaques alternativos es cuánto tiempo va a estar el vino envasado y qué tipo de vinos se pueden ofrecer en empaque como las latas o las bag-in-box.
En general todos estos empaques alternativos se prestan mejor a un consumo rápido del producto y por el momento ninguno supera al vidrio en términos de estabilidad a largo tiempo.Investigadora Joanna Gambetta, doctora en ciencias del vino
“Así mismo, cada uno de estos envases alternativos tiene sus propios bemoles. Por ejemplo, puede haber problemas de malos sabores y aromas de reducción en vinos envasados en latas y éste es un tema en el que se está trabajando bastante en este momento”, agrega la Dra. Gambetta.
Wine Credit: pexel
“Las latas y el vidrio son cien por ciento reciclables, a diferencia de los plásticos. Pero el vidrio es más pesado de transportar. Los envases de plástico se prestan a hacer moldeados en formas que permitirían transportar mucho más vino en un mismo vehículo que las de vidrio. Pero entonces, tenemos los problemas de reciclaje de plástico que estamos viendo en este momento”.
Varias empresas vinícolas australianas ya producen vino en latas
Australia produce alrededor de 1.500 millones de litros de vino cada año, un tercio va a los toneles y el resto se envasa para consumo individual, en su mayoría en botellas de vidrio.
Muchas de las botellas que se utilizan en Australia han sido importadas; se llenan con el licor y luego se envían de regreso al país de origen, lo cual consume y desperdicia una gran cantidad de combustible fósil, como explica Mike Bennie.
"Si el vino se hubiera inventado hoy, no creo que tuviéramos botellas de vidrio de 750 ml que normalmente se importan a Australia desde el extranjero con enormes costos ambientales y de flete. Quizás una de las cosas más difíciles del uso de las botellas de vino es justificar el calor y la energía que se necesita para producirlas y, posteriormente, el peso y la energía necesarios para transportarlas por todo el mundo".
Los australianos han sido de los primeros en adoptar nuevas tecnologías del vino a lo largo de los años; primero las cajas de vino y luego las tapas de rosca.
Pero ¿aceptarán los compradores de vino otro tipo de envasado en busca de proteger un poco más al medio ambiente?
Escucha el informe completo presionando en el icono que se encuentra debajo del título de este artículo.