Las políticas climáticas de Australia han sido clasificadas en último lugar entre un grupo de 64 países, lo que la sitúa entre los peores infractores por emisiones, energías renovables y uso de energía.
El país cayó cuatro puestos hasta el puesto 58 en el último Índice de Desempeño en Cambio Climático presentado en la cumbre COP26 en Glasgow.
Australia ocupa el último lugar entre 64 países, detrás de Kazajstán, Arabia Saudita, Rusia y Brasil, en términos de política climática.
Puntos destacados:
- Las políticas climáticas de Australia han sido clasificadas en último lugar entre un grupo de 64 países.
- Su "hoja de ruta de inversión en tecnología" se consideró insuficiente para descarbonizar la economía, reducir el uso de combustibles fósiles y promover las energías renovables.
- La última política de Morrison, criticada por la industria por la falta de incentivos fiscales, es un plan de 250 millones para conseguir hasta 1,7 millones de vehículos eléctricos e híbridos para 2030.
La clasificación más alta que se llevó Australia fue el puesto 52 en las energías renovables, seguida de una puntuación de 54 por el uso de energía y 56 por las emisiones de gases de efecto invernadero.
El índice criticó a Australia por llevar a Glasgow un objetivo de emisiones netas cero para 2050 que no implicaba nuevas políticas o planes.
Su "hoja de ruta de inversión en tecnología" se consideró insuficiente para descarbonizar la economía, reducir el uso de combustibles fósiles y promover las energías renovables.
"Esta falta de promoción de las energías renovables... se ve agravada por una inversión inadecuada en infraestructura a pesar de los subsidios para la producción de combustibles fósiles y la promoción de una recuperación económica 'impulsada por el gas' después del COVID-19", explica el ranking.
"La posición internacional del país se ha visto dañada por la negación climática de los políticos, la negativa a aumentar la ambición y la negativa a volver a comprometerse con los mecanismos internacionales de financiación verde".
El ranking anual diseñado por ambientalistas alemanes ha comparado el desempeño de los países responsables del 90 por ciento de las emisiones globales desde 2005 en cuatro categorías clave.
El primer ministro Scott Morrison ha enfatizado el enfoque de Australia para el cambio climático de "tecnología sí, impuestos no", liderado por la inversión privada.
La última política es un plan de "combustibles futuros" de 250 millones de dólares cuyo objetivo es conseguir hasta 1,7 millones de vehículos eléctricos e híbridos en las carreteras australianas para 2030.
"Es el sector privado es el que ahora está respondiendo a los consumidores, está respondiendo a lo que la gente quiere", dijo Morrison.
"Los gobiernos ya no tienen que intervenir y decirles a todos qué hacer cuando se trata de esto, si es que alguna vez lo hicieron".
El plan fue criticado por la industria de vehículos eléctricos por dejar de lado los incentivos fiscales o los estándares de eficiencia de combustible.
