En las elecciones australianas del sábado dieron como resultado un cambio de gobierno al entregarle el poder al laborista Anthony Albanese y revelaron una transformación muy fuerte en la conformación del Parlamento de Camberra debido al descontento del electorado con la falta de acciones decisivas contra el cambio climático y una política más igualitaria frente a las mujeres.
El conteo provisional de la Comisión Electoral Australiana daba la mañana del martes 75 escaños a los laboristas, 59 a la coalición liberal-nacional del exprimer ministro Scott Morrison, dos al Partido Verde (que puede obtener hasta cinco escaños).
Asimismo, el Partido de Bob Katter y la Alianza de Centro tienen un escaño cada uno y los independientes diez, a falta de tres por asignar, en la Cámara de Representantes (diputados) de 151 curules, en donde se forma el gobierno.
Entre estos independientes, hay seis candidatos que le han arrebatado muchos escaños al Partido Liberal, pero también a los laboristas, son conocidos como "teals" (Azul verdoso), al aludir al color entre el azul (de los conservadores) y el verde (de los verdes).
Puntos destacados:
- El nuevo primer ministro electo de Australia, el laborista Anthony Albanese, prometió el domingo mejorar la imagen de su país, ampliamente considerado en el extranjero como rezagado en la lucha contra el cambio climático.
- La coalición liberal del primer ministro saliente, Scott Morrison, perdió muchos escaños en todo el país. Pero sufrió sus peores derrotas contra un puñado de candidatos independientes.
- Las "teals" hicieron de la igualdad de género una de sus principales prioridades, situándola también dentro de un conjunto interrelacionado de posiciones políticas que incluyen la lucha contra la corrupción y el cambio climático.
- No todos los independientes son "teal" ya que están Dai Le, quien derrotó a la diputada laborista Kristina Keneally en el escaño de Fowler, y la diputada independiente por Indi,, Helen Haines, también fue reelegida. Asimismo están Andrew Wilkie, diputado por Clark desde 2010, y Bob Katter, representante de Kennedy desde 1993.
Las "teal" son mujeres profesionales, que se presentaron principalmente en escaños dominados por hombres del Partido Liberal. Ellas consideran que el gobierno de Scott Morrison ha ignorado a las mujeres o las ha despreciado. Las "teal" han sido elegidas con programas a favor del medio ambiente, la lucha contra la corrupción y la igualdad de género.
Sus objetivos están muy ligados, y cuentan con el apoyo de Climate 200, un grupo de acción política fundado por el inversor en energías limpias e hijo del primer multimillonario de Australia, Simon Holmes à Court.
Las "teals" aprovecharon el enfado de los suburbios acomodados de Sídney y Melbourne por el apoyo incondicional por el gobierno de Scott Morrison a la industria del carbón, a pesar de los tres años de incendios, sequías e inundaciones agravados por el calentamiento global que han trastornado la vida de millones de personas.
¿Quiénes son las "teal"?
Algunos de los rostros más reconocibles de las elecciones de este año son Allegra Spender, que gannó el escaño por Wentworth frente al diputado liberal Dave Sharma; la Dra. Monique Ryan, que ganó en Kooyong al extesorero federal Josh Frydenberg en lo que quizá sea una de las victorias más significativas de las elecciones.
Asimismo, Sophie Scamps también se impuso al titular liberal Jason Falinski y se hizo con el escaño de Mackellar., Zali Steggall, quien en las elecciones pasadas le arrebató el escaó de Warringah al exprimer ministro Tonny Abbott; entre otras.La lista de las seis "teals" la completan la experiodista de la ABC Zoe Daniels, que le arrebató el escaño al liberal Tim Wilson en Goldstein, asñi como Kylea Tink que se alzó con el escaño de North Sydney.
Independent MP Zali Steggall, Zadeh Oskouipour, Sophie Robinson and Monal Vachhani at a press conference at Parliament House in Canberra. Source: AAP
Allegra Spender (R) will challenge Liberal MP Dave Sharma for the seat of Wentworth at the election. Source: AAP
Por otro lado,Kate Chaney, sobrina del ministro liberal Fred Chaney, que puede ganar en Curtin. Victoria.
Otras mujeres
Las elecciones también resultaron en avances significativos de las mujeres en otras partes del espectro político. La diputada liberal Bridget Archer mantuvo su escaño a contracorriente, tras haber defendido las cuestiones de integridad y los derechos del colectivo LGBTIQ+ durante el último parlamento.
En Australia Occidental, las candidaturas femeninas, como la de Zaneta Mascarenhas, dieron la sorpresa al convertir en rojos los escaños azules. Y en Sídney, la independiente Dai Le demostró a los principales partidos que no pueden dar por sentadas las comunidades locales, tras desbancar a la estrella laborista Kristina Keneally.
También en Tasmania, Jacqui Lambie aumentó su equipo en el Senado a dos, con la probable elección de Tammy Tyrrell.
La marea verde
Además de los triunfos independientes, el Partido Verde ha logrado un éxito sin precedentes en estos comicios. Aunque no es oficial, se cree que además de su líder Adam Bandt, la tercera fuerza política tendrá otros dos representantes Max Chandler-Mather, quien ganó el escaño de Griffith a la laborista Terri Butler -la portavoz de medio ambiente del partido, así como Elizabeth Watson-Brown, quien desbancó a un diputado liberal.
Asimismo, se calcula que el Partido Verde aumentará a 12 su presencia en el Senado de Australia, de 76 representantes.
"Este resultado es un mandato para actuar sobre el clima y la desigualdad. Nuestro voto ha subido porque hemos dicho que hay que hacer política de otra manera", dijo Adam Bandt al calificar el triunfo de su partido como una "marea verde".
Zoe Daniel, Kylea Tink and Allegra Spender are running as independent candidates in Liberal-held seats. Source: SBS /, Supplied / Facebook (Allegra Spender)
"Superpotencia" de las energías renovables
Albanese prometió en su discurso del sábado, tras la victoria electoral, transformar a Australia en una "superpotencia" de las energías renovables. Pero hasta ahora ha ignorado los llamamientos para dejar atrás el carbón, que sigue siendo un motor clave de la economía del país y cuenta con muchos partidarios entre los laboristas.
Su victoria fue acogida con satisfacción por los líderes de varios países insulares del Pacífico, muchos de los cuales ven amenazada su existencia por el cambio climático.
"De sus muchas promesas de apoyo al Pacífico, ninguna es más bienvenida que su plan de dar prioridad al clima. El futuro común de nuestro pueblo depende de ello", declaró el primer ministro de las islas Fiyi, Frank Bainimarama.
Ryan se dijo dispuesta a apoyar al gobierno de Albanese si éste se comprometía a reducir en un 60% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, y si creaba una agencia federal anticorrupción en un plazo de seis meses.
"Tengo muchas ganas de trabajar con él", dijo en una entrevista con un canal de televisión local el domingo. Albanese ha prometido reducir las emisiones en un 43% para 2030.
Hacia las emisiones neutras
Los comicios federales del sábado fueron los primeros en los que Australia asumió un compromiso nacional de emisiones netas cero. Quien ganara el gobierno se enfrentaba a la tarea de normalizar el objetivo dentro del gobierno y en toda la economía, y acelerar la rápida reducción de las emisiones en el mundo real.
Con el gobierno de Morrison, Australia se comprometió a alcanzar el objetivo de cero emisiones en 2050. Sin embargo, una investigación científica en Australia, realizada entre Climateworks Centre y el CSIRO, ha demostrado que Australia podría conseguirlo en 2035.
Este objetivo sería coherente con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5℃. También desbloquearía la ventaja competitiva de Australia en un mundo con cero emisiones netas, en el que podemos ser un actor importante en la exportación de energía verde y otros productos básicos de bajas emisiones.
El plan Powering Australia del Partido Laborista reduciría las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero en un 43% para 2030, sobre la base de los niveles de 2005.
El análisis muestra que el objetivo propuesto por los laboristas, aunque es mucho más ambicioso que el del gobierno anterior, es coherente con 2℃ del calentamiento global. Esto aún no está en línea con el objetivo del Acuerdo de París de un calentamiento "muy por debajo" de los 2℃, según un artículo de Climateworks Centre publicado en la revista The Conversation.