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La fácil victoria de los talibanes en Afganistán supone una dura estocada a EE.UU. y Australia

Tras 41 soldados australianos muertos y millones de dólares destinados por Camberra en la lucha contra el terrorismo en Afganistán, los talibanes entraron el domingo a Kabul y clamaron "victoria" desde el palacio de gobierno, horas después que el presidente Ashraf Ghani huyera al extranjero en el dramático epílogo de 20 años de intervención militar extranjera y una ofensiva relámpago insurgente de tres meses.

Taliban fighters take control of Afghan presidential palace after the Afghan President Ashraf Ghani fled the countrY.

Taliban fighters take control of Afghan presidential palace after the Afghan President Ashraf Ghani fled the country, in Kabul, Afghanistan. Source: AP

Los talibanes entraron el domingo a Kabul y clamaron "victoria" desde el palacio de gobierno, horas después que el presidente Ashraf Ghani huyera al extranjero en el dramático epílogo de 20 años de intervención militar extranjera y una ofensiva relámpago insurgente de tres meses. 

"Los talibanes ganaron", declaró Ghani desde un lugar desconocido en Facebook, asegurando que abandonó el país para evitar un "baño de sangre", pues "innumerables patriotas habrían sido martirizados y Kabul destruida" si se hubiera quedado. 

"Unidades militares del Emirato Islámico de Afganistán entraron en la ciudad de Kabul para garantizar la seguridad", tuiteó el portavoz de los insurgentes, Zabihullah Mujahid. "Su avance continúa con normalidad", añadió. Por la noche, la televisión afgana difundió imágenes de combatientes afganos dentro del palacio y clamando "victoria".


Puntos destacados:

  • Los talibanes entraron el domingo a Kabul y clamaron "victoria" desde el palacio de gobierno, horas después que el presidente Ashraf Ghani huyera al extranjero.
  • Se trata de un dramático epílogo de 20 años de intervención militar extranjera y una ofensiva relámpago insurgente de tres meses.
  • Un portavoz de los insurgentes, Suhail Shaheen, declaró a la BBC que esperaban tener un traspaso pacífico del poder "en los próximos días".
  • El 1 de mayo de 2021, Estados Unidos y la OTAN empiezan la retirada de los 9.500 soldados, entre ellos 2.500 estadounidenses, todavía presentes en Afganistán.

 

 En 10 días, el movimiento islamista radical, que había comenzado una ofensiva en mayo aprovechando el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses y extranjeras, tomó el control de casi todo el país. 

Ahora, los insurgentes están a las puertas del poder, veinte años después de haber sido expulsados por una coalición liderada por Washington, a raíz de su negativa a entregar a Osama bin Laden, líder de Al Qaida, tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos. 

La derrota es total tanto para el gobierno como para las fuerzas de seguridad afganas, a las que Estados Unidos ha estado financiando durante veinte años con decenas de miles de millones de dólares. 

Que Ghani dejara el cargo era uno de los pedidos clave de los talibanes en los diálogos de paz con el gobierno afgano, aunque el mandatario había optado por aferrarse al cargo hasta ahora.

Australia enviará una misión de rescate

Mientras Estados Unidos y otras naciones apuran la evacuación de sus ciudadanos, el gobierno de Australia se embarcará en una peligrosa misión para evacuar a cientos de personas de Afganistán, incluyendo a los traductores y contratistas que trabajaron para las Fuerzas de la Defensa Australiana en Afganistán. Se prevé que un número indeterminado de aviones de la Fuerza Aérea aterricen en Kabul esta semana en un operativo coordinado con Estados Unidos y Reino Unido. 

El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo este lunes a la cadena ABC que se “deteriora” la situación enAfganistán, país al que calificó en esta crisis como “un lugar trágico”, en una entrevista en la que se negó a dar detalles del operativo de rescate o de otro despliegue militar, al limitarse a destacar que desde abril pasado Camberra se ha dedicado a evacuar a cientos de personas. 

“Desde abril, hemos podido traer a Australia para que vivan acá a 430 empleados afganos y sus familias, anticipando el deterioro de esta situación. Cerramos nuestra embajada en mayo y trasladamos al personal australiano en ese momento”, dijo Morrison a la ABC.
“Esta mañana, la ministra de Asuntos Exteriores (Marise Payne) hablará con el Secretario Blinken y yo tuve una conversación con (la primera ministra neozelandesa) Jacinda Ardern anoche y el Gabinete Nacional se reunirá esta mañana. Pero no puedo entrar en detalles de lo que hay por la seguridad de los implicados”.

 Las últimas tropas de Australia, país que aportó la mayor contribución militar en Afganistán fuera de la OTAN, abandonaron el país asiático el 28 de mayo y unos 400 empleados locales y sus familias ya se han reasentado en Australia desde abril de este año. 

"Australia y nuestros aliados han hecho mucho para asegurar su paz, pero esta sigue siendo una parte del mundo muy problemática, no sólo recientemente, sino durante generaciones y generaciones", dijo Morrison la víspera Morrison. 

"Fuimos allí con nuestro principal objetivo, como he indicado, y era dar caza a Osama bin Laden y evitar que Al Qaeda lo utilizara como base y montara su ataque. Eso se consiguió, pero el reto para el pueblo de Afganistán, por desgracia, sigue siendo una cuestión sin resolver y esperamos lo mejor para ellos, pero la situación es muy grave".

Australia asegurará plazas para los afganos en su programa de visas humanitarias

Fuentes del gobierno han confirmado que hay planes en marcha para garantizar que los ciudadanos afganos tengan más plazas en el programa de visados humanitarios de Australia.

 Aunque el plan no ha sido finalizado, se cree que el límite general de visados humanitarios no aumentaría, según se informó a SBS News. 

Sin embargo, una proporción considerable del programa se pondría a disposición de las personas que huyen de Afganistán y se daría prioridad a sus solicitudes de visado.

"Esto no es Saigón" : las acciones de Estados Unidos y la OTAN

Estados Unidos, en tanto, empezó la operación de evacuación hacia el aeropuerto -única vía de salida del país- de sus diplomáticos y de civiles afganos que trabajaron para Washington que puedan temer por su vida, es decir, unas 30.000 personas. 

Un alto responsable de Defensa estadounidense subrayó que centenares de empleados de la embajada ya abandonaron Afganistán y que el aeropuerto seguía estando abierto a vuelos comerciales. 

El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció por su parte que enviará 1.000 militares más para ayudar a la evacuación, con lo que el contingente estadounidense se compondrá en total de 6.000 efectivos. 

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, indicó que la alianza estaba ayudando a garantizar la seguridad y el funcionamiento del aeropuerto, adonde afluyen occidentales y afganos para huir del país. 

Biden defendió su decisión de poner fin a 20 años de guerra, la más larga que haya conocido Estados Unidos.

 "Esto no es Saigón", aseguró por su parte el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a la cadena CNN, aludiendo a la caída de la capital vietnamita en 1975, un recuerdo todavía doloroso para Estados Unidos.
Ante esta situación, el primer ministro británico, Boris Johnson, instó a los occidentales a adoptar "una posición común" frente a los talibanes "para evitar que Afganistán vuelva a convertirse en un terreno fértil para el terrorismo". 

Tanto el Reino Unido como otros países europeos también empezaron a sacar del país a su personal diplomático.

"Valores islámicos"

Conforme avanzaba el día, el pánico se fue apoderando de la capital. Las tiendas cerraron y se formaron enormes atascos, y miles de policías y otros miembros de las fuerzas de seguridad abandonaran sus puestos y sus uniformes. 

En la mayoría de los bancos se pudo ver una gran aglomeración, con gente que buscaba retirar su dinero mientras quedara tiempo. 

En las redes sociales, se publicaron videos en los que aparecen grupos de combatientes talibanes fuertemente armados patrullando por las grandes ciudades, con banderas blancas y saludando a la población. 

El miedo reinaba en Kabul, sobre todo entre las decenas de miles de personas que se habían refugiado en la capital en las últimas semanas.

Preocupación por el futuro de las mujeres y las niñas

Los talibanes impusieron una versión estricta del islam cuando gobernaron Afganistán de 1996 a 2001. 

Las mujeres no podían trabajar ni salir sin estar acompañadas por un hombre, y se prohibía a las jóvenes y niñas ir a la escuela. A los ladrones se les cortaba las manos, los asesinos eran ejecutados públicamente y los homosexuales eran liquidados. 

Hoy, tratan de dar una imagen más moderada y prometieron que si volvían al poder respetarían los derechos humanos, en especial los de las mujeres, aunque de acuerdo con los "valores islámicos". 

Pero en las zonas recientemente conquistadas ya han sido acusado de numerosas atrocidades, como asesinatos de civiles, decapitaciones o secuestros de adolescentes para casarlas por la fuerza. 

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, está "particularmente preocupado por el futuro de las mujeres y las niñas, cuyos derechos ganados con tanto esfuerzo deben ser protegidos", indicó Naciones Unidas en un comunicado, en el que se instaba a todas las partes a ejercer "la máxima moderación". 

Por su lado, la ministra de Asuntos Exteriores, Marise Payne, declaró que los informes sobre la violencia y el trato que los talibanes dan a las mujeres a medida que van conquistando territorio en Afganistán son angustiosos. 

"Se trata de una situación profundamente preocupante. La situación de seguridad se está deteriorando claramente".

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Published 16 August 2021 9:02am
Source: AFP, SBS, AAP

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