El primer ministro Scott Morrison prometió hacer justicia y proteger la integridad de las Fuerzas de Defensa después de la publicación de un informe impactante sobre las denuncias de crímenes de guerra cometidos por miembros de las Fuerzas Especiales de Australia en Afganistán.
Una investigación de cuatro años realizada por el Inspector General de las Fuerzas de Defensa, encontró pruebas del homicidio ilegal de 39 civiles afganos.
Entre las acusaciones se encuentran las afirmaciones de que los soldados jóvenes fueron obligados a disparar a los prisioneros, en los llamados ejercicios de “blooding” (sangramiento).
El informe recomendó el enjuiciamiento penal de 19 soldados y cambios en la cultura y el gobierno de las fuerzas armadas.
Neil James de la Asociación de Defensa de Australia dice que la investigación, aunque dolorosa, fue necesaria a pesar del daño a la reputación de la fuerza de defensa de Australia.
“A corto plazo vamos a recibir un gran golpe, a largo plazo vamos a salir mucho mejor que muchos países porque al menos, hemos hecho algo al respecto.”
Como consecuencia del informe, el segundo escuadrón del Servicio Aéreo Especial ha sido disuelto.
El gobierno ha designado a un investigador especial para remitir las acusaciones para su procesamiento.Por su parte, el jefe del Ejército, el teniente general Rick Burr, condenó las acciones de las tropas.
Source: Australian Air Defence Unit in Afganistan
“Los hallazgos son inquietantes y extremadamente serios. Algunas de nuestras personas se desviaron de nuestros valores al no operar de manera legal, ética o responsable. Estos individuos deberán rendir cuentas.
Me preocupa profundamente que algunas personas no se sintieran empoderadas o seguras para hablar antes cuando vieron o supieron de una mala conducta”.
Reacciones de los testigos ante la publicación del informe
La ministra de Defensa, Linda Reynolds, dice que los "asuntos muy serios" planteados por el informe recibirán una respuesta integral, pero agregó que los hallazgos no deberían "ensombrecer" a la gran mayoría de hombres y mujeres del ejército australiano.
Glenn Kolomeitz, un abogado del ejército que asesoró a los soldados que dieron testimonio en la investigación, dice que el informe ha provocado fuertes emociones en sus clientes.
"Hay un poco de alivio en algunos sectores, pero también es un factor estresante adicional. Así que tenemos que ser conscientes de su salud mental y de cómo les está afectando.
El director ejecutivo de la Asociación de Defensa de Australia, Neil James, dice que el manejo de Australia de la investigación de cuatro años podría tener efectos positivos a largo plazo.
"Hay dos formas de verlo. A corto plazo vamos a recibir un gran golpe. A largo plazo vamos a salir de esto mucho mejor que muchos otros países, porque al menos lo hemos hecho algo al respecto. Mientras que las acusaciones que han afectado a otros países... Estamos muy por delante del juego. Y creo que eso funcionará a nuestro favor a largo plazo y ya se está viendo un poco de eso en las reacciones de Afganistán", dijo James.
Obstáculos para el enjuiciamiento
El ministro del Interior, Peter Dutton, dijo que es probable que el enjuiciamiento de estos presuntos crímenes de guerra lleve mucho tiempo.
Estas son investigaciones muy complicadas, los elementos forenses, toda la información que se necesita recopilar desde aquí fuera de Afganistán, hablar con testigos, etcétera, y eso llevará algún tiempo.
David Letts, director del Centro de Derecho Militar y de Seguridad y profesor de la Universidad nacional de Australia, afirma en un artículo en The Conversation, que, a pesar de la creación de un investigador especial para examinar más de cerca las acusaciones, existen serias dudas sobre cómo funcionarían los posibles procesos penales.
“Investigar y enjuiciar presuntos delitos de esta naturaleza es increíblemente difícil debido al paso del tiempo, los recuerdos que se desvanecen y la inconsistencia de los testigos. También existen desafíos prácticos para obtener pruebas en un país con una situación de seguridad frágil”, explica Letts.
El profesor asegura que para que el enjuiciamiento sea exitoso, se podrían necesitar pruebas más sólidas que las encontradas hasta el momento.
“Cualquier evidencia obtenida por el investigador especial deberá ser evaluada contra un estándar criminal más alto para determinar si es suficiente para que una persona sea juzgada (…) independientemente de si el juicio se lleva a cabo en un consejo de guerra o en un tribunal civil”.
La Dra. Melanie O’Brien, experta en derecho internacional en la Universidad de Australia Occidental, explicó que, si bien hay obstáculos importantes que superar para un enjuiciamiento penal exitoso en Australia, no son insuperables.
"Obviamente, los crímenes se cometieron en Afganistán y no en Australia, pero los procedimientos judiciales serían en Australia. Así que eso es bastante problemático, en términos de recopilación de pruebas, para empezar.
Pero sabemos que hay gente dispuesta a dar testimonio y eso es bastante importante. También sabemos que hay imágenes de cámara tomadas de las cámaras corporales de los soldados.
Ese tipo de evidencia significará que no necesariamente tomará tanto tiempo como hemos visto en las investigaciones para la Ley de Crímenes, la Corte Penal Internacional y los tribunales. Y también porque el número de (crímenes de guerra) es de 39 en comparación con otros miles de atrocidades que están teniendo lugar".
Servicios de apoyo y asesoramiento en Australia para los veteranos y sus familias:
La línea de ayuda del Departamento de Defensa, disponible todas las horas, es un servicio telefónico y en línea confidencial para los miembros de la ADF y sus familias: 1800628036
Open Arms ofrece asesoramiento y apoyo gratuito y confidencial las 24 horas para los miembros actuales y anteriores de la ADF y sus familias: 1800 011 046 o www.openarms.gov.au
Soldier On es un proveedor de servicios de apoyo nacional para el personal de Defensa, los veteranos contemporáneos y sus familias. Contacto en horario de oficina 1300 620 380 o
Las ayudas de Safe Zone bajo la organización Open Arms, es un servicio independiente y se puede llamar al 1800 142 072, o