Cientos de venezolanos bloquean el paso la frontera entre Ecuador y Colombia. En el puente internacional Rumichaca corean “queremos pasar” en protesta a la exigencia de las autoridades ecuatorianas de que se presente una visa para ingresar a su territorio. La medida fue anunciada el 25 de julio pasado y entró en vigor la medianoche del lunes 26 de agosto de 2019.
El caos y la frustración reinan en la frontera, donde están varadas cientos de personas, muchas con niños, que quieren reunirse con sus familiares.
“(Para) la gran mayoría de las personas, nuestro destino es Argentina, Chile, Perú. Tenemos familiares que nos están esperando. Nosotros no venimos a invadir Ecuador. Lo que queremos es que nos den el pase, queremos solamente pasar del puente para allá. Eso es lo único que pedimos. Aquí estamos pacientemente en una marcha pasiva (pacífica)”, dijo un venezolano a la prensa, en imágenes transmitidas por el diario El Comercio enTwitter.
El requisito de visa comenzó a regir a las 00H00 locales (05H00 GMT) del lunes. Anteriormente los venezolanos podían ingresar solo con la cédula, pero con las nuevas medidas impuestas por Quito el flujo migratorio podría mermar debido a las dificultades que los venezolanos enfrentan para renovar u obtener pasaporte, así como apostillar documentos.
La exigencia de la visa responde a poner orden a una situación que se estaba saliendo de control.
“Esta era una suscitación que se nos salía de las manos (…) ya no dábamos abasto”, explicó el ministro de Exteriores, José Valencia, al Blu Radio a través de su portal de internet.
Se teme que las restricciones pondrán mayor presión sobre Colombia, y probablemente no ponga freno a la migración de venezolanos.
“El paso de los migrantes por lugares no autorizados, o por las llamadas trochas, estimula la delincuencia y la trata de personas, poniendo en riesgo su integridad", dijo El canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo.
"Además, impide que los Estados identifiquen debidamente a la población que ingresa a su país, generando también que no se sepa con certeza la cifra de migrantes que se quedan para, de esta forma, poder implementar las políticas necesarias y adecuadas para la atención de esta población”, recalcó el canciller colombiano, al mismo tiempo quie aclaró que es respetuoso de las decisiones soberanas de otros Estados.
El pasado miércoles, Ecuador activó un servicio virtual para la entrega de una visa humanitaria de residencia temporal por dos años para los venezolanos.
Sin embargo, exige un pasaporte que no tenga más de cinco años de caducado y un certificado de antecedentes penales apostillado, legalizado o validado por Venezuela.
Pero hacer los trámites es una odisea para los venezolanos.
“Es de especial preocupación que los requisitos impuestos por el Ecuador no tomen en cuenta la dificultad que experimentan las personas venezolanas para acceder a documentos oficiales en su país de origen, incluido el pasaporte, la certificación de no antecedentes penales, y la apostilla del mismo; por otro lado, preocupa la exigencia de tramitar el visado única y exclusivamente en las oficinas consulares de Caracas, Bogotá y Lima”, según indica un comunicado alcanzado a SBS Spanish por el Grupo de Trabajo de Movilidad Humana Venezolana.
“La imposición de requisitos de imposible cumplimiento para acceder de manera regular al territorio genera que la población migrante y refugiada opte por canales y vías de acceso irregulares, en las cuales se potencializan los niveles de vulnerabilidad, se expone a la población a redes de trata y tráfico y, en general, se pone en peligro su vida y seguridad”, agrega el documento del Grupo, integrado por más de una veintena de ONGs y centros de estudio.
En octubre próximo iniciará un proceso de regularización a los venezolanos que hayan registrado su entrada a Ecuador hasta el 26 de julio.
Antes de la entrada en vigor de la medida, unos 13.000 venezolanos entraron a ese país el fin de semana pasado por distintos pasos fronterizos desde Colombia y Perú.
Ecuador calcula que unos 300.000 venezolanos se encuentran en el territorio ecuatoriano, de los cuales un tercio permanece de manera irregular.
“Los que entraron después del 25… tienen que hacer una visa de las establecidas o darles una opción para tramitar la ‘visa humanitaria’, que es para los venezolanos que entraron después del 26 de julio, si tiene pasaporte, es venezolano, y que debería optar. Pero como el gobierno de Ecuador todavía no ha clarificado eso, porque lo está haciendo por fases de tres meses, de 90 días, no sabemos cuál es la realidad”, dijo Daniel Regalado, presidente de la Asociación Venezuela por Ecuador en un informe transmitido por TVV Noticias.
“Lo que sí queremos dejar en claro (es) que es un filtro que están haciendo (los ecuatorianos) a todos los venezolanos, para que no vengan todos los venezolanos a Ecuador. Va a haber una manera de pasar de Ecuador hacia Perú sin tener la visa. Si tienes que tener la visa peruana o la chilena o la argentina para pasar a ese país, porque ya tienes legalidad en ese país, entonces tienes que tramitarla antes de salir de Venezuela”, agregó en las declaraciones divulgadas por Twitter.
Se prevé que la colonia de migrantes de esa nacionalidad crezca hasta las 500.000 personas para finales de 2019. La llegada masiva de venezolanos ya rebasó la capacidad de atención en salud pública y gratuita.
Desde 2016 han salido 3,3 millones de personas de Venezuela huyendo de la profunda crisis económica y política, según la ONU. La gran mayoría de migrantes se concentra en América Latina.
Por ello el Grupo de Trabajo de Movilidad Humana Venezolana solicita a Ecuador “cesar el uso de cualquier acción, ejecutiva o legislativa que en la práctica impida la entrada regular al territorio de personas con necesidad de protección internacional. Y exigimos se garantice a las personas venezolanas sin ningún tipo de discriminación el derecho a buscar y recibir asilo u otras formas de protección internacional, incluyendo la posibilidad de solicitar dicha protección en frontera”.
Las medidas en Perú y Chile
Perú ya había impuesto restricciones migratorias a los venezolanos. El año pasado exigió el pedido de pasaporte y en junio pasado impuso la visa humanitaria. A raíz de ello, la entrada de venezolanos en el país fue de tan solo 3.800 en julio, un 90 por ciento menos que en junio, de acuerdo a los últimos datos publicados por la Superintendencia Nacional de Migraciones (Migraciones) peruano.
En Chile, las autoridades del país publicaron la semana pasada en el Diario Oficial las instrucciones para el otorgamiento de salvoconductos a ciudadanos venezolanos que no cuenten con la documentación necesaria para ingresar al país. De este modo, los funcionarios de los consulados chilenos están autorizados a dar salvoconductos a los venezolanos que no tengan visa o pasaporte vigente.
La medida pretende “facilitar la reunificación con sus familiares residentes en el Chile, ya sea cónyuges, personas con las que mantengan una relación que, de conformidad con el ordenamiento jurídico nacional, produzca efectos equivalentes al matrimonio, o hijos solteros menores de edad o que estén a su cargo”.
Crisis venezolana aprieta el acelerador de las negociaciones
El conflicto venezolano entró en una fase en la que todas las partes intentan negociar. Lo confirman las revelaciones sobre contactos entre Estados Unidos y jerarcas del chavismo, pero la solución y sus plazos son inciertos.
Como si derribara un muro, Estados Unidos anunció la semana pasada que ha mantenido contactos con funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro para discutir la salida del mandatario y la convocatoria a elecciones.
Ha sido a espaldas de Maduro, enfatizó John Bolton, asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, quien intenta estrangular al líder socialista con sanciones como el congelamiento de activos de la antigua potencia petrolera en Estados Unidos.
Con un prisma distinto, el heredero del fallecido Hugo Chávez sostuvo que los acercamientos han sido autorizados por él para "buscar regular" el "conflicto" entre ambos países, sin relaciones desde enero.
"El gobierno de Maduro, la administración Trump y la oposición liderada por Juan Guaidó están avanzando hacia un acuerdo negociado para una transición", dijo a la AFP Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano.
Estos movimientos anuncian la "búsqueda de una salida" a la crisis, según opina el politólogo Luis Salamanca, quién calificó las situación como una "madeja de intrigas".
Por un lado, el gobierno "intentando in extremis apaciguar la situación, con pocas posibilidades de lograrlo", y del otro la oposición, con Estados Unidos, "tratando de empujar más para concretar una solución", dijo Salamanca a la AFP.
Los supuestos contactos secretos apuntan a Diosdado Cabello, número dos del oficialismo, quien no ha negado ni confirmado tales acercamientos. "Creen que nos van a dividir con chismes", afirmó.
"Hay divisiones dentro de los gobiernos de Trump y Maduro. Facciones compitiendo por el poder están enviando mensajes contradictorios", observó Shifter.
Sanciones por elecciones
Delegados de Maduro y de Guaidó, el jefe parlamentario reconocido como presidente encargado por medio centenar de países, negocian desde mayo con la mediación de Noruega.
"Los emisarios del régimen llegaron a acceder (en el diálogo) a que se celebren elecciones a cambio del levantamiento de sanciones, pero Estados Unidos no lo va a hacer si Maduro sigue en el poder", comentó este viernes a la AFP un diputado opositor.
Representantes de Guaidó viajaron esta semana a Washington.
Maduro congeló su participación en el diálogo el 7 de agosto en rechazo al bloqueo de activos -que se sumó a un embargo petrolero-, pero las conversaciones se reactivarían la próxima semana, según una fuente opositora.
Las sanciones parecen tener contra la pared a Maduro, durante cuyo gobierno Venezuela cayó en un caos económico que obligó a 3,3 millones de personas a emigrar desde 2016, según la ONU.
Para 2019, el FMI proyecta una contracción económica de 35% y una inflación de 1.000.000%.
"Maduro no tiene plata, el alto mando militar debe estar haciendo sus cálculos. La estructura de poder se ha ido perforando y vaciando de apoyo", estima Salamanca.
Obligados a negociar
Que Estados Unidos esté tomando la batuta también sugiere un reconocimiento de que Guaidó alcanzó sus límites para expulsar a Maduro, que tiene a Rusia como principal aliado.
Según la última encuesta de Datanálisis, la aprobación de Guaidó cayó 11 puntos desde que se proclamó mandatario en enero, luego de que el Parlamento declarara "usurpador" a Maduro alegando que su reelección fue fraudulenta.
Además, 62% de los consultados no están dispuestos a protestar para apoyar al opositor, que no ha logrado quebrar el apoyo militar a Maduro.
La Fuerza Armada, columna vertebral del gobierno, solo negociará en bloque para obtener garantías, advierte Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.
Guaidó, sin embargo, es de lejos el opositor mejor evaluado con 49,7% de apoyo, frente a 85,1% de rechazo de Maduro, de acuerdo con los resultados de la consulta divulgados recientemente.
Una intervención militar, que Washington no descarta, también ha perdido fuelle. Apoyada abiertamente por un sector opositor minoritario, se desvanece de cara a la reelección de Trump en 2020.
El alcance de los contactos entre Washington y el chavismo, no obstante, estaría sobredimensionado.
"Las negociaciones que pueden ser exitosas no son las que se anuncian, ni denuncian, ni revelan para 'exponer' al negociante. Eso más bien indica que esos intentos fracasaron", afirma León.
Para este experto, mientras el gobierno pretende "comprar tiempo", la oposición y sus aliados se empecinan en ver a Maduro fuera, pero ninguno tiene "altas probabilidades de lograr sus objetivos por una sola vía" y se ven obligados a seguir negociando.
Con información de AFP y CNN