Merle Kelly se despertó después de que se le aplicara una anestesia general hace más de sesenta años. Entonces, descubrió que el hijo que había dado a luz ya no estaba a su lado. Se lo habían arrebatado como parte de una política de adopciones forzosas en Australia que se practicó entre las décadas de 1950 a 1970. Las heridas de esa política aún escuecen y el dolor crece en las sobrevivientes a medida que pasa el tiempo.
Esta práctica implementada por el Ministerio de Salud de Australia respondía al estigma que pesaba sobre las madres solteras y la aparente falta de recursos que éstas tenían para mantener a los niños, muchos de ellos entregados en adopción sin documentos, lo que imposibilita trazar sus orígenes.
Legalmente, la adopción era un proceso confidencial e irrevocable en el que los bebés "no deseados" se colocaban predominantemente con parejas sin hijos, aliviando al Estado de la carga de su cuidado. Cerca de 200.000 niños han sido adoptados desde que se promulgó la primera legislación australiana que facilitaba la adopción en 1896.
Las heridas de Kelly se han vuelto a reabrir porque tendrá que contar su historia
ante la Investigación sobre las Respuestas a las Adopciones Forzadas Históricas en el estado de Victoria.
"Este año es peor", dijo, después de haber luchado contra los sustos de la salud en medio de un solitario cierre de la pandemia, dijo Kelly a la cadena local ABC, al precisar que ella participó en todas las investigaciones, aunque a esta se ha resistido.
Puntos destacados:
- Las adopciones forzosas en Australia fue parte de una política se practicó entre las décadas de 1950 a 1970.
- El estado de Victoria ha ordenado una Investigación sobre las Respuestas a las Adopciones Forzadas Históricas en esta jurisdicción, que deberá entregar un informe en julio de 2021.
- En 2013, la primera ministra de Australia, Julia Gillard, pidió disculpas por las adopciones forzosas.
Merle Kelly se despertó después de que se le aplicara una anestesia general hace más de sesenta años. Entonces, descubrió que el hijo que había dado a luz ya no estaba a su lado.
Su adopción fue forzada después de descubrirse que el hombre con el que tuvo relaciones en 1961 a la edad de 17 años y con quien se casó, ya tenía mujer y tres hijos.
"No tienes otra opción", le dijo días después la trabajadora social al referirse a la adopción forzosa de su bebé Heather, a quien nunca pudo abrazar.
En Australia, hasta la década de 1970, era difícil acceder a métodos anticonceptivos fiables y algunos grupos religiosos los rechazaban. La interrupción del embarazo era ilegal según la legislación de la Commonwealth y de los estados.
Por lo tanto, aunque la legislación estatal regía las adopciones, algunas de las comunicaciones presentadas a la investigación sostenían que las políticas públicas y sociales de la Commonwealth respaldaban una postura moral que obligaba a contraer matrimonio o a adoptar para garantizar el cuidado de los niños.
Los testimonios en la investigación de Victoria
En otro testimonio escrito ante la Investigación en Victoria, Lauren Howe recuerda que fue adoptada en ese estado en 1958 a la edad de cinco años y medio a través de una entidad vinculada a la iglesia metodista.
"Ahora tengo 62 años y tengo una perspectiva del impacto de la adopción. Por favor escuchen a la gente que ha vivido esta experiencia. No deja de doler nunca.
Por su lado, Barbara Pendrey documenta que fue a Kildonah & Presbyterian Babies Home, en donde los documentos indican que fue admitida el 20 de diciembre de 1965, aunque ella recuerda que para esa fecha ya estaba en su casa para su décimo sexto cumpleaños tres días antes.
Pendrey, quien padeció estrés post-traumático y otros problemas mentales, comenta que cree que sus padres mintieron porque ella tenía 15 años, pero según la ley tenía que tener 16 legalmente para la adopción.
"Mi bebé nació en el hospital Jessi McPherson el 21 de enero de 1966" comenta Pendrey, quien recuerda que "me quitaron a mi valioso hijo. Me trataron como si fuera una persona sin sentimientos ni emociones. Ese niño nació dentro de mí, mi hermoso hijo varón, mi bebé".
En Australia, a partir de la década de 1950, los bebés de las mujeres solteras eran calificados de ilegítimos y, como tales, se consideraba que las mujeres eran "incapaces" de ser madres. Se decía que estas jóvenes podían servir mejor a la sociedad y a sí mismas si entregaban a su hijo en adopción. Así podrían "seguir adelante" con sus vidas, según un artículo de Susan Gair publicado en 2012 en la revista The Conversation.
"Parece que los organismos religiosos y de bienestar social estaban de acuerdo en que la solución a los bebés ilegítimos era la adopción por parte de una mujer casada que fuera "apta" para ser madre. Desde los años 50 hasta los 70, estas organizaciones crearon hogares en toda Australia para apoyar y proteger a las jóvenes embarazadas solteras. Pero muchas de estas mujeres han revelado ahora el sufrimiento que padecieron a manos de estas instituciones", agregó la experta en trabajo social.
Ayuda en Victoria´
La Victorian Adoption Network for Information and Self Help (VANISH) lleva más de 30 años ayudando a más de 200 búsquedas de padres y niños cada año.
Muchos de los que utilizan el servicio son mayores de 40 años y se vieron afectados por la adopción forzosa.
La directora de VANISH, Charlotte Smith, dijo que no era un tema bien comprendido en las comunidades y que ofrecía un espacio seguro para que la gente compartiera sus experiencias.
"La realidad es que la separación tuvo un impacto tan grande en sus vidas que nunca se puede curar del todo", dijo Smith, al agregar que el dolor y el trauma de la adopción de larga duración pueden manifestarse en forma de ansiedad, depresión y afectar a las relaciones.
"Sienten que este tema se trata como si fuera algo del pasado, pero para las personas con experiencia vivida es un tema muy vivo, es algo con lo que están luchando", dijo.
EL GOBIERNO PIDIÓ DISCULPAS
La primera ministra de Australia, Julia Gillard, pidió hoy disculpas en 2013 por las adopciones forzosas que se realizaron entre las décadas de 1940 y 1980, una práctica mediante la que se presionó a madres solteras para que entregaran a sus bebés en adopción.
"Hoy este Parlamento, en nombre del pueblo australiano, asume la responsabilidad y pide disculpas por las políticas y prácticas que forzaron la separación de las madres de sus bebés, lo que creó un legado de toda una vida de dolor y sufrimiento", dijo entonces Gillard.
En medio de los sollozos de algunas de las 800 víctimas que presenciaron este acto en el Parlamento, Gillard pidió disculpas porque se les negó a estas madres información sobre sus derechos para que pudieran tomar una decisión consciente sobre las adopciones de sus bebés, así como los cuidados y apoyo para seguir adelante.
"A ustedes se les dieron falsas garantías, fueron forzadas a soportar la coerción y brutalidad de prácticas que no fueron éticas, deshonestas y en muchos casos ilegales", acotó Gillard, al referirse a muchas madres de todos los estratos sociales y grupos étnicos que sufrieron por esta política, que llevó a algunas víctimas al suicidio.
Las disculpas oficiales se dan después de que una investigación del Senado australiano revelara que entre 1951 y 1975 se realizaron más de 150.000 adopciones, aunque se desconoce con exactitud cuántos bebés fueron arrancados por parte de organizaciones religiosas y agencias de adopción de los brazos de sus madres en ese período.
Los estados de Australia Occidental, Tasmania, Queensland, Victoria, Nueva Gales del Sur y Australia del Sur ya han pedido perdón de manera formal a las víctimas de las adopciones forzosas.
