A unos días de que se dé a conocer la fecha de las elecciones federales en Australia las encuestas indican que los laboristas llevan la delantera. A pesar de esto, los analistas electorales dicen que es difícil predecir quién ganará la noche de las elecciones.
La fecha de las elecciones federales aún no ha sido anunciada, pero este ejercicio democrático debe ocurrir el 7, 14 o 21 de mayo.
Según la última encuesta publicada por el periódico The Australian -dada a conocer el 4 de abril- los laboristas encabezan las preferencias con un 54 por ciento, mientras que la Coalición obtuvo un 46 por ciento en la categoría de preferencia bipartidista.
En la categoría de mejor primer ministro, los dos líderes están prácticamente codo con codo, con Scott Morrison solo un punto por delante de Anthony Albanese con 43 frente a 42 por ciento.
Pero, ¿las encuestas realmente pueden indicar quién ganará las elecciones?
El profesor asociado del departamento de política y gobierno de la Universidad de Flinders, Haydon Manning, señala que las encuestas sugieren una victoria laborista si las elecciones se celebraran en este momento.
Pero él asegura que esos resultados no cuentan la historia completa.
"Los laboristas están al frente, razonablemente cómodos en las encuestas. Pero en el pasado, hemos visto gobiernos en una posición similar remontar, particularmente después de que han anunciado el presupuesto, lo intentan, como este presupuesto tiene que ganarse el favor de muchos votantes, ha gastado bastante dinero".
El profesor de historia de la Universidad Nacional Australiana, Frank Bongiorno, dice que hay otras razones por las que los analistas son cautelosos al predecir un ganador este año. Y es que, señala, es difícil predecir el resultado electoral debido a los distintos perfiles del electorado en todo el país.
Hay una especie de titubeo debido a la naturaleza muy diferenciada del electorado en este momento. Si bien el gobierno es impopular en general, y los laboristas parecen estar resurgiendo, la situación es muy diferente en cada estado.
“Sobre una base de preferencia bipartidista, el Laborismo de hecho está detrás de la Coalición en Queensland, y eso es importante porque, en la actualidad, el partido laborista ocupa solo una quinta parte de los escaños en Queensland", señala Bongiorno.
Este dato destacado por el profesor de historia de la Universidad Nacional Australiana es fundamental para entender porqué una preferencia partidista a nivel nacional difícilmente reflejaría un resultado certero en unas elecciones federales.
Por ejemplo, en el caso de Queensland, este estado tiene alrededor de 30 de los 151 escaños de la Cámara de Representantes. De manera que, detalla Bongiorno, los laboristas tendrían que hacer un "avance realmente serio" en ese estado para asegurar una mayoría.
En lo que respecta a la categoría de mejor primer ministro, el profesor titular de ciencias políticas de la Universidad de Queensland, el doctor Glenn Kefford, explica que en el pasado el líder del país generalmente ha ocupado una posición más favorable, pero no es ese el caso esta vez.
"Normalmente en la mayoría de las encuestas el primer ministro del momento generalmente está muy por delante como primer ministro preferido. Y en los últimos meses, hemos visto que la preferencia por Albanese aumentó, y superó a Scott Morrison como primer ministro preferido.
“Creo que mucho de eso se remonta a los problemas de los que hemos hablado sobre inundaciones, incendios, así como también la respuesta a la pandemia, donde hubo muchas críticas al gobierno, y en particular al primer ministro", asegura Kefford.
La personalidad de los líderes, algo de lo que se hablará en estas elecciones
Otra de las cosas que se ha vuelto importante en esta elección es la personalidad y la actitud de los líderes, con Albanese y Morrison enfrentando presiones para responder a acusaciones de intimidación.
La muerte en marzo de la senadora laborista Kimberley Kitching ha dado lugar a acusaciones emergentes de que era intimidada por sus colegas Penny Wong, Kristina Keneally y Katy Gallagher, quienes han negado las afirmaciones.
En ese contexto, Morrison acusó a Albanese de no abordar las acusaciones.
Pero el propio primer ministro ha sido acusado de acoso e intimidación por parte de la senadora liberal Concetta Fierravanti-Wells durante un discurso ante el Senado el pasado 29 de marzo, tras perder un concurso de preselección.
La independiente Jacqui Lambie y la senadora de One Nation, Pauline Hanson, también han respaldado las denuncias de intimidación por parte de Morrison, las cuales él niega.
Y recientemente, el primer ministro rechazó las afirmaciones de que hizo comentarios negativos sobre los "antecedentes libaneses" de su rival en la preselección de 2007 para la división electoral de Cook, en el estado de Nueva Gales del Sur (NSW).
De manera que, de acuerdo Haydon Manning, profesor asociado de la Universidad de Flinders, la personalidad de los líderes del partido seguirá siendo un tema central de la campaña electoral.
El tema del cambio climático se ha convertido en una gran preocupación entre los votantes, con diferencias entre los que viven en las zonas urbanas interiores, los suburbios exteriores y las regiones.
Sobre este tema, el profesor Manning dice que espera una campaña intensa por parte de los independientes contendiendo en escaños liberales, donde el cambio climático será un tema central.
Votación temprana jugará un papel determinante
Una gran cantidad de personas están adoptando el método de votación anticipada, incluidos los votos por correo, que tradicionalmente utilizan los votantes mayores y más conservadores.
De acuerdo con los expertos, este fenómeno de votación anticipada podría afectar los tiempos en que se darán a conocer las principales políticas de los partidos y dificultar el recuento final la noche de las elecciones.
El Dr. Kefford asegura que las elecciones federales anteriores en Australia han sido una carrera reñida, y un aumento en el apoyo a los candidatos independientes está comenzando a remodelar la naturaleza de la política, donde no se trata solo de los dos partidos principales.
Él dice que será un desafío para los grandes partidos enganchar a los votantes después de las revelaciones de Brittany Higgins sobre la cultura en el parlamento federal y las crisis de las inundaciones, los incendios forestales y la pandemia.
Muchas, muchas personas están extremadamente cansadas de la política tal como la conocemos", asegura el politólogo, "no solo por todo lo que hemos pasado, sino por una insatisfacción general con varias partes de la democracia australiana y están buscando algo diferente.
Para algunos especialistas existe la posibilidad de que esta elección federal resulte en un parlamento dividido.
Esto significa que ni los laboristas ni la Coalición Liberal-Nacional pueden en este momento asegurar la mayoría de los escaños en la Cámara de Representantes, un escenario que ocurrió por última vez cuando la laborista Julia Gillard fue primera ministra a partir de 2010.
Para el profesor Bongiorno el crecimiento de los votos de los partidos pequeños y de los independientes podría hacer posible este resultado.
La idea de un parlamento sin mayoría absoluta, no creo que sea remota.
La lógica de Bongiorno tiene que ver con los resultados de las dos últimas elecciones, donde los partidos independientes y los partidos pequeños han obtenido más votos. La tasa en esas dos ocasiones fue de alrededor de un cuarto para la cámara baja
“En otras palabras, alrededor del 25 por ciento de los votantes ya no votan por uno u otro de los partidos principales, y eso incluye al Partido Nacional. Eso significa que hay oportunidades allí para partidos independientes y minoritarios".
