Con una diferencia inesperadamente abultada, Arce se impuso al centrista Carlos Mesa, que obtuvo 31,5%, y garantizó la vuelta al poder del Movimiento al Socialismo (MAS), luego de la turbulenta renuncia de Morales, tras 14 años en el poder, en noviembre de 2019 en medio de denuncias de fraude en los comicios.
"El MAS ha ganado las elecciones ampliamente, incluyendo la Cámara de senadores y diputados. Bolivia tiene a Arce de presidente", dijo Morales en una declaración leída a la prensa en Buenos Aires, donde reside desde hace ocho meses.
"Lucho (apodo del candidato del MAS) será nuestro presidente (...) el devolverá a nuestra patria el camino del crecimiento económico", afirmó el exmandatario al celebrar la victoria de su exministro de Economía.
Arce, cuyo compañero de fórmula es el excanciller David Choquehuanca, fue elegido como candidato por Morales desde su exilio en Argentina, donde participó activamente por redes sociales en la campaña.
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Horas de espera tras una jornada electoral pacífica
Tras nueve horas de votación, los centros electorales cerraron el domingo en la tarde en Bolivia y comenzó el conteo de votos, en lo que fue una jornada electoral pacífica para elegir un nuevo presidente.
Los electores fueron respetuosos de las medidas de bioseguridad por la pandemia, que volvieron más lenta la votación y le quitaron el tinte festivo de otros tiempos, con puestos de venta de comida típica, helados, globos, juegos para niños y música afuera de los centros electorales.
Desde la tarde se preveía que la difusión de resultados sería lenta, luego de que el Tribunal Supremo Electoral suspendiera su sistema de conteo rápido, con el fin de garantizar la fidelidad de los datos.
Unos 7,3 millones de electores acudieron a las urnas en forma tranquila, con las ciudades bajo resguardo militar y policial, por las tensiones de la campaña.
El tono de la campaña, con amenazas del Movimiento al Socialismo a movilizarse ante un posible "fraude" y la difusión de noticias falsas, generó temores de nuevos disturbios.
En los comicios de octubre de 2019, el conteo rápido fue suspendido por más de 20 horas y al reanudarse Morales apareció con un salto que lo hacía ganador en primera vuelta. La misión electoral de la OEA afirmó que hubo manipulación.
Por tres semanas la oposición y simpatizantes del gobierno coparon las calles con violentos enfrentamientos, que dejaron 30 muertos. Morales perdió el apoyo de las fuerzas armadas y renunció.
En consecuencia, la antesala a estas elecciones, se depuró el Tribunal Supremo Electoral, para garantizar la transparencia de estos comicios y participaron misiones de observadores internacionales.
La presidenta interina derechista Jeanine Añez también había pedido esperar "sin generar ningún tipo de hechos violentos" y prometió "resultados creíbles".
Estos comicios ponen fin al gobierno de Áñez, quien retiró su candidatura tras críticas a su gestión de la pandemia, que ha dejado al menos 8.500 muertos y 140.000 contagios.
Paralelamente, el país andino atraviesa su crisis económica más profunda en casi 40 años, con una contracción prevista del PIB de 6,2% en 2020.