La pandemia de coronavirus, que deja 137.000 contagiados y 8.100 muertos en este país de 11 millones de habitantes, acentuó los problemas de la economía boliviana, que cayó 7,93% hasta julio sobre igual período de 2019.
La tasa de desempleo urbano se disparó del 6,6% al 10,5% entre enero y agosto, según datos oficiales.
La crisis sanitaria expuso las debilidades estructurales de la economía boliviana, luego de seis años de desaceleración con reducción gradual del crecimiento y de aumento del déficit fiscal, cinco de desbalance comercial, pérdida constante de reservas internacionales y creciente endeudamiento.
Este deterioro, unido a la persistente incertidumbre política, llevaron a Moody's a rebajar recientemente la calificación crediticia boliviana desde 'B1' a 'B2'.
En este contexto, y con los retos inmediatos de la pandemia, los bolivianos elegirán a su nuevo presidente en una contienda que se definirá entre el izquierdista Luis Arce y el centrista Carlos Mesa, según los sondeos.
Sobre el ambiente electoral en Bolivia, conversamos con el académico y analista político, Carlos Cordero.