La muerte es parte de la vida. Pero cómo moriremos y cómo seremos recordados es incierto. Los amigos, allegados, colegas y oyentes de Pocho dicen que vivió una vida excepcional. También murió en circunstancias extraordinarias, aunque trágicas.
Los datos inmediatos y superficiales sobre el trabajo cotidiano que Pocho ejercía al momento de su muerte eclipsaron en 2001 los artículos de prensa anglosajona, que ignoraba su trayectoria y legado.
Pero una mirada más cercana y honda revela una historia mayúscula, que está profundamente entrelazada con la historia de la migración y el multiculturalismo en Australia, y los inicios de Radio SBS o 2EA, como se llamó esta emisora por primera vez.
A 21 años de su muerte, es imperativo conmemorar esa historia.Pocho se encontraba en a Estados Unidos, tras viajar con su esposa Marta para ayudar a su cuñada enferma, que estaba siendo sometida a una cirugía cerebral para extirpar un tumor.
Pocho featured in book "Three decades of Uruguayan migration" Source: Supplied
Tras un par de semanas, Pocho debía regresar a Australia para volver al trabajo, pero Marta decidió quedarse más tiempo con su hermana.
Pocho había planeado retornar a su casa en Lidcombe el 10 de septiembre, pero decidió retrasar su partida y quedarse una noche más.
Esa decisión lo puso en el vuelo 11 desde Boston a la mañana siguiente, el primer vuelo que sería secuestrado y estrellado contra la torre.Todos recordamos vívidamente los ataques del 11 de septiembre del 2001. Pero para el equipo de SBS Spanish que estaba de turno ese día, el atentado vino de la mano con un gran choque y un dolor tremendo.
ABC Online Comment, 2001 Source: ABC Online Comment, 2001
Además, el día estuvo acompañado de un hecho particularmente extraño.
Rubén Fernández, ex productor ejecutivo del programa en español de Radio SBS, dice que ya estaba enterado de los ataques antes de llegar a la oficina, pero no sabía que Pocho estaba en uno de los vuelos.
“Cuando llegué a SBS temprano esa mañana, mi colega Nepo me mostró que algo extraño pasaba con su ordenador. No había iniciado sesión todavía, pero su pantalla se había puesto azul y se congeló inexplicablemente. Solo había una línea de texto que decía..."
Excampeón ciclista uruguayo muerto en los ataques del 11 de septiembre.
Alberto (Pocho's) name at the Ground Zero Memorial, SBS. Source: Alberto (Pocho)'s name in "Ground zero" memorial, sbs
“Llamamos a la familia y nos confirmaron la noticia. Esa tarde, informamos a la comunidad de habla hispana sobre la muerte de Pocho en el programa. Fue desgarrador. Todo el mundo estaba conmocionado hasta la médula”, dice Rubén.
Soraya Caicedo, ex productora ejecutiva de SBS Spanish, también estaba allí y vio la pantalla azul.
“Fué la cosa más extraña. Llamamos al departamento de IT, pero no pudieron explicar qué había sucedido. Hasta el sol de hoy, creemos que esa fue la forma en que Pocho nos dijo que había muerto. Él nos dio la primicia”.Nacido en Uruguay, Pocho se describía a sí mismo como un “australiano de habla hispana”.
Alberto "Pocho" Domínguez with Marite Retamozo and Ruben Fernández, Radio SBS. Source: Supplied
De naturaleza generosa, Pocho dedicó gran parte de su vida a causas altruistas. Sus amigos lo retratan como un personaje carismático, un deportista, un líder natural y un buen compañero.
Como locutor, Pocho conectó profundamente con su audiencia. Su voz representó un bálsamo para muchas familias hispanas que buscaban su sentido de pertenencia en una tierra extranjera.
Entró en las casas de la gente y tocó una fibra sensible en los corazones de aquellas familias que se reunían alrededor de la radio de la sala para escucharlo.
Darwin Rodríguez, periodista y editor de deportes del periódico hispano más antiguo de Australia, "El Español", recuerda que Pocho tenía una habilidad especial para transportar a los oyentes a los vecindarios de su infancia, a los sitios y escenas de sus tierras que extrañaban desesperadamente.
Él cuenta que todos escuchaban el programa de Pocho, especialmente en ese entonces, cuando nuestra migración hispana recién comenzaba.
"La mayoría de nosotros nos acabábamos de mudar a Australia, y poder escuchar un programa sobre Tango, sobre música y escuchar la voz de un locutor de habla hispana era muy importante ... porque la mayoría de la gente no tenía familia aquí. Pocho entró a todos nuestros hogares a través de 2EA”, dice Darwin.Pero incluso antes de ser locutor, Pocho ya era bien conocido por muchos en la comunidad uruguaya en Australia, ya que años antes había sido un atleta héroe de ese país.
Alberto “Pocho” Dominguez, portrayed as Uruguay’s young sports hero. Source: Supplied
En 1953, fue campeón nacional de ciclismo en Uruguay. Pocho pedaleó por su tierra natal en dos Juegos Panamericanos y ganó medallas en varias competencias internacionales.Darwin Rodríguez recuerda que Pocho tenía “tres pasiones principales en la vida: su familia, el ciclismo y el tango”, “en ese orden”.
Alberto “Pocho” Dominguez racing in Argentina (1962). Source: Supplied
“Su familia era su pasión más importante con diferencia ... Pero era un muy buen ciclista y le encantaba”.
“Representó a Uruguay en muchas competencias internacionales, en Argentina, Brasil y Estados Unidos ... Ganó una medalla de plata en Chicago en 1959”, cuenta Darwin.A principios de los 70, la vida en Montevideo, la capital uruguaya, se había vuelto cada vez más difícil, incluso para un atleta estrella, que trabajaba como electricista.
Alberto “Pocho” Dominguez and teammate (circa 1960). Source: Supplied
La democracia había sido aplastada por los primeros vientos de la convulsión política, y la amenaza de la feroz dictadura que estaba por venir ya estrangulaba la economía y los derechos humanos.
Se instalaba entonces un gobierno cada vez más autoritario. Las Fuerzas Armadas lo controlaban todo. Las calles de Montevideo estaban vacías por la noche, y los militares, que patrullaban las calles en todo momento, eran percibidos como una amenaza constante.
Rubén Fernández, también uruguayo, describe Montevideo en los años 70 como una “República Soviética”.
“Era gris. Había un Gobierno cada vez más autoritario y las Fuerzas Armadas lo controlaban todo. Las calles estaban vacías por la noche. Los militares eran una amenaza constante, patrullando las calles en todo momento”.En 1974, Pocho empacó su vida en una maleta y se mudó a Sídney con su esposa Marta y sus cuatro hijos.
Pocho with his family. Source: Supplied
Australia era la nueva "tierra prometida" para muchos sudamericanos, en su mayoría argentinos, chilenos y uruguayos que buscaban refugio. Pero la seguridad y la esperanza también significaban sacrificio.
En aquel entonces, mudarse a un país tan lejano y extranjero como Australia significaba una desconexión casi total del lugar de origen. No existía la “Australia multicultural”.
El locutor de habla hispana, Néstor Alzamendi, quien trabajó con Pocho en la radio comunitaria hasta su última transmisión antes de su muerte, recuerda esos tiempos.
Los migrantes se despojaban de sus identidades en un esfuerzo por encajar. Esto era emocionalmente agotador.
Darwin Rodríguez recuerda:
“Vinimos a Australia y fue un aislamiento total ... Teníamos poca o ninguna conexión con nuestros hogares”.
Néstor Alzamendi cuenta que llamar a casa en ese entonces era todo un privilegio.
Las llamadas internacionales a Sudamérica podían costar entre $10 y $20 por minuto, y el ingreso promedio de los migrantes era de aproximadamente $50 por semana.
“Para llamar a casa teníamos que ir a la ciudad, a la oficina de correos, en Martin Place ... Había muchas cabinas. Les dabas el número y luego esperar horas para conectarte con tu familia”, recuerda.El 9 de junio de 1975, el ex ministro de Inmigración Al Grassby lanzó Radio Ethnic Australia, con el objetivo de explicar el nuevo programa de salud pública, Medibank (ahora Medicare), a las comunidades de inmigrantes en diferentes idiomas. La transmisión comenzó en griego, español y otros cuatro idiomas en 2EA en Sídney, y en ocho idiomas en 3EA de Melbourne.
Source: SBS
Radio Ethnic Australia, fue un salvavidas para las comunidades migrantes. Las transmisiones tuvieron un impacto profundo en la audiencia, por lo que el servicio perduró en el tiempo. Lo que comenzó como un experimento de 3 meses, se convirtió en el Special Broadcasting Service, el Servicio de Radiodifusión Especial, SBS, que conocemos hoy.
En 2020, Radio SBS celebró su 45 aniversario. Ahora emite en más de 60 idiomas.
El locutor y promotor de eventos musicales, Mario Soca, cuenta que, al principio, las condiciones eran precarias.
“La radio era el único medio que teníamos. No había nada más. Absolutamente nada. Personas de diferentes países, incluido Pocho, se unieron para tratar de convencer al Gobierno de que creara la ‘Radio Étnica’ 2EA. Y lo lograron, pero tuvieron que trabajar como voluntarios durante un tiempo y fue una lucha”.“Para nosotros fue increíble. Regresábamos a nuestras casas después del trabajo, sintiéndonos nostálgicos porque habíamos dejado nuestra tierra natal, con la esperanza de construir una vida nueva y mejor para nosotros en este país, pero no había nada para nosotros. Nuestra primera victoria fue volver a casa y escucharlos en la radio. Para nosotros fue como ganar la lotería”, dice Mario.
Etnic Radio stations, 2EA and 322 in operation Source: National Archives
El equipo del programa en español transmitía entonces tres veces por semana.
Pero el programa de Pocho, "Folklore, Tango and Roses", un espacio radial sobre música, cultura y nostalgia, fue como ningún otro.
José Da Silva, del grupo benéfico Uruguayos Unidos, solía grabar todos los programas de Pocho, para escuchar las transmisiones en español a diario, incluso en los días en que no salían al aire.
“Nos transportó a nuestras raíces con su música, sus comentarios, su personalidad, su forma de hablar. La gente confiaba en él y todos los que lo escuchaban se convertían en nuevos oyentes de SBS”, dice José.
“Pocho fue la persona adecuada para ayudarnos a curar nuestras heridas”, añade Néstor Alzamendi.
Habíamos dejado atrás nuestra patria. Nos mantuvo conectados con nuestros vecindarios, con nuestros países.
“No era un locutor ni un animador en el sentido estricto de la palabra, era como un presentador de un programa de concursos. Llegó a la gente. Hablaba como en familia”, dice Néstor.
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The untold story of the SBS broadcaster who died on 9/11
Pero, a pesar de que Pocho era un personaje agradable, a veces podría resultar difícil trabajar con él. Algunos dicen que en ocasiones era “demasiado franco”, “demasiado informal” y “desorganizado”.
Los colegas de Pocho cuentan que su naturaleza espontánea y a veces impredecible, llegó a generar muchos incidentes y cuasi accidentes, pero que esto era también parte de su genio.
“Cuando Argentina ganó la Copa del Mundo en 1986, Pocho y yo estábamos transmitiendo el partido final en vivo por SBS Radio”, cuenta Rubén Fernández.
Luego, sin previo aviso, Pocho invitó a la gente a que viniera al estudio en la calle Clarence para celebrar.
“La gente venía en grandes grupos, ondeando banderas. Los guardias de seguridad y los operadores de radio se estaban volviendo locos ... Cuando creció la multitud, llegó la policía. La gente se estaba saliendo de control, deteniendo el tráfico”.
“Fue maravilloso, y ahora podemos reírnos de eso, pero fue un lío. Podríamos haber organizado todo eso y evitar el lío. Pero Pocho era impredecible. Tenía estas ideas brillantes y repentinas que metían a la gente en problemas. Tenía el don y la visión de hacer radio con la gente”, dice Rubén.Pocho trabajó para Radio SBS de 1975 a 1988.
Alberto Domínguez con un grupo de amigos durante presentación de Los Olimareños en estudio. Source: Supplied
En 1979, contribuyó con una columna regular para el periódico de habla hispana, “El Expreso”.
Desde finales de los 80 y hasta su muerte, presentó muchos otros programas en varias estaciones de radio públicas y comunitarias en Sídney. También dio generosamente a la comunidad de habla hispana en Australia.
Pocho fue miembro fundador de varias asociaciones y organizaciones benéficas que continúan prosperando en la actualidad: el Club Uruguayo, la Asociación de Abuelos y la Fundación Latinoamericana de Ayuda (establecida después del huracán Mitch en 1998).
También jugó un papel decisivo en la creación de Uruguayos Unidos, una organización benéfica de base que recauda fondos para enviar a los hospitales de Uruguay.
Desde 2001, se han organizado muchos homenajes para honrar la memoria de Pocho. Su hijo, Álvaro, habló en la inauguración del “Tango Day” en Nueva Gales del Sur, que coincide con el cumpleaños de su padre.
“Papá nos dejó y sentimos que todavía lo estamos esperando”, dijo Álvaro en esa ocacsión.Mario Soca siente que la muerte de Pocho el 11 de septiembre es irónicamente apropiada para un hombre de su estatura.
Familia de Alberto "Pocho" Domínguez en homenaje. Source: Supplied
“No quiero faltarle el respeto, pero algo bueno salió de esa terrible tragedia. Su nombre está ahora en esa pequeña placa donde solían estar esas torres. Está ahí para siempre, para la perpetuidad", dice Mario.
Virginia, la hija de Pocho, envió un mensaje a SBS Spanish de parte de la familia:
Apreciamos que la gente, especialmente la comunidad, quiera recordarlo. Fue un pionero ... Nos hizo sentir orgullosos.
Para la gran mayoría, cada etapa de la vida teje una nueva capa en nuestra historia personal, redefiniendo las respuestas a las preguntas esenciales de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos.
Pero para los migrantes, la lucha por nuestra identidad y la pertenencia es triple. Nuestro sentido del ser está fragmentado: somos quienes éramos en nuestro lugar de origen, quienes somos ahora y cómo nos percibe el colectivo más amplio del país que nos adopta… También somos quienes personificamos en nuestra comunidad.
La mayor parte del tiempo vivimos la vida sin tener en cuenta que hoy podría ser nuestro último día. Los migrantes viven con la certeza aguda y desgarradora de que cada visita familiar puede representar el abrazo final.
Alberto Domínguez, “El Pocho”, el australiano de habla hispana, enseñó a su público que el desplazamiento y la pertenencia no son irreconciliables.
Tal como decía usualmente cuando llegaba el final de la transmisión de sus programas:
“Nos volveremos a encontrar algún día. Esto es, para siempre, Pocho Domínguez”.
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Créditos:
Reportera/Productora: Claudianna Blanco
Entrevistas e investigación: Soraya Caicedo
Cámara: Esther Lozano
Este reportaje fue inicialmente publicado en inglés en 2016 y recreado en español en 2021.