El 11 de septiembre de 2001, 10 australianos murieron en los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York. El primero fue Alberto "Pocho" Domínguez, un hombre que los medios de Australia recuerdan como un encargado de equipajes en Qantas, pero que para Radio SBS fue uno de sus pioneros y para la comunidad hispana, uno de sus forjadores.
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The untold story of the SBS broadcaster who died on 9/11
SBS Spanish
06/09/201718:14
El aviso de su fallecimiento
El 12 de septiembre de 2001, a las 9 de la mañana en horario australiano, Nepo Washington González, locutor de Radio SBS no podía dar crédito a lo que veían sus ojos. Acababa de prender su computador y antes incluso de que la máquina empezara a cargar sus programas acostumbrados, la pantalla se tornó azul y en la parte de abajo, en un recuadro blanco, se podía leer lo que parecía una noticia de un cable y que palabras más, palabras menos, decía:
"El ex ciclista uruguayo, Alberto Domínguez, pereció en los ataques terroristas".
El impacto para Nepo fue mayúsculo. El mundo entero aún no podía discernir si las imágenes, que en Australia se habían visto cerca de la media noche previa, de aviones cortando dos edificios como si fueran de papel, eran reales o "holliwoodenses", y el hecho de que Pocho también hiciera parte de ese libreto era surrealista.
A pesar del aturdimiento que no deja percibir con exactitud la magnitud de un evento, los primeros pensamientos que siguieron a la sorpresa fueron para su familia, para su hija Virginia con quien todo el equipo de Radio SBS mantenía una cercana relación de amistad. Luego desfilaron imágenes de la camaradería que por más de 25 años había tenido con Alberto, unidos no sólo por ese cordón umbilical que a pesar de los años de exilio mantenían con el Uruguay, sino sobre todo por ese amor pasional que ambos deparaban a la "música ciudadana", como Nepo llama al tango.
15 años después, para Nepo, esa nota en la pantalla de su computador, aparecida sin que se hubiese hundido mayormente el teclado, no tiene más significado que el que su amigo Pocho quisiera hacerle saber que él iba a bordo del primer avión que se estrelló contra las Torres Gemelas.
El mensaje fue tan real que sus otros colegas ni siquiera se atrevieron a cuestionar la naturaleza paranormal de tal hipótesis.
Horas más tarde, los locutores, -entre los que se encontraba también Ruben Fernández, con quien varios años atrás Pocho había compartido micrófonos y libretos,- tenían que dejar a un lado su propia pena y haciendo gala de su mayor compostura debían informarle a la audiencia que Alberto Domínguez, su ex colega y amigo, se encontraba entre las casi tres mil víctimas que para ese momento aún no se habían contado.
Su huella
Ese 11 de septiembre el nombre de Alberto Domínguez quedó inscrito en un hecho fatídico que ahora constituye un antes y un después en la historia contemporánea del mundo. Como cuando se reclaman los derechos de autor de una obra, en Uruguay lo mencionan como "el único compatriota muerto en el S11" y se recuerdan sus éxitos deportivos en el ciclismo, en el que se había iniciado a sus 19 años.
Su vida competitiva la inició en el Club América y la continuó con el Unión Ciclista. En 1953 fue campeón nacional y representó a Uruguay en dos Juegos Panamericanos y diferentes competencias de ciclismo de velocidad internacionales. Durante los años 50 y 60 su foto era obligada en los medios que narraban las hazañas deportivas.
Pocho with his cycling mates Source: Supplied
14. Alberto “Pocho” Dominguez racing in Argentina (1962) Source: Supplied
“Su familia era lo más importante para él. Pero él fue un muy buen ciclista y le encantaba. Representó a Uruguay en muchas competencias internacionales en Argentina, Brasil y los Estados Unidos…ganó una medalla de plata en Chicago en 1959” dice Darwin.
La adrenalina que le generaba la competencia deportiva se apaciguaba con su trabajo como electricista, ocupación en la que se desempeñó desde los 16 años para la Intendencia de Montevideo.
Alberto “Pocho” Dominguez and teammate having a break Source: Supplied
La posibilidad de emigrar se convirtió en una inevitable elección para muchos uruguayos. “Pasa con los ciudadanos lo mismo que con los padres abusadores. Era una bendición irse, pero querías volver, pero atrás en el tiempo. Al Uruguay de 10 o 15 años antes, al democrático, y los rioplatenses somos particularmente nostálgicos, el tango lo confirma” dice Ruben.
Alberto “Pocho” Dominguez, portrayed as Uruguay’s young sports hero Source: Supplied
Empezó a trabajar con la compañía de ferrocarriles estatales y luego se vinculó a la aerolínea Qantas donde estuvo por 21 años.
Y es por su última ocupación como organizador de equipajes, que Australia lo mencionó cuando lo reclamaba como uno de los diez "aussies" que perecieron en los atentados terroristas. Pero para la comunidad hispana, Alberto Domínguez era eso y mucho más. Era un inmigrante hispano que antes del 11S ya había hecho historia sin proponérselo. Fue un pionero, un líder que casi tres décadas atrás había ayudado a forjar una colectividad a través de organizaciones e iniciativas que aún persisten, tales como el Club Uruguayo, Uruguayos Unidos, La Casa de los Abuelos, Casa de Teatro, the Latin American Relief Fund, con ocasión del Huracán Mitch, entre otras, y lo hizo ayudado no sólo por el carisma que derrochaba a través de sus programas de radio, sino por su deseo de servir. Era incapaz de decir "no", recuerdan sus amigos.
Pionero en la radiodifusión hispana
Corría el año 1975, y contando con la suerte del que está en el lugar y el momento adecuados, Pocho Domínguez hizo parte del primer elenco de 2EA, un "experimento" de emisora étnica que el gobierno australiano se vio en la necesidad de fundar por tres meses para hacerle llegar a unas pocas comunidades los programas de salud que les ofrecían.
“Flor Becerra se merece un párrafo aparte”, decía Pocho refiriéndose a la persona que dirigía el incipiente equipo de locutores y quien luchó golpeando puertas y recolectando firmas para que a ese experimento no lo cerraran y por el contrario, le dieran más horas.
Equipo radial de SBS en los 70s Source: Supplied
Alberto Domínguez con un grupo de amigos durante presentación de Los Olimareños en estudio Source: Supplied
Alberto era un comunicador nato sin estudios especializados y encontró en la radio su espacio natural. Intuitivamente sabía cómo tocar el corazón de la gente y creó el programa Folklore, Tangos y Rosas, que se convirtió en el espacio más popular del momento.
Alberto "Pocho" Domínguez como maestro de ceremonias Source: Supplied
Su último vuelo
Alberto "Pocho" Domínguez fue el primer australiano de los diez que fallecieron ese 11 de septiembre. Tenía 66 años. Había viajado a Estados Unidos con su esposa Martha a visitar a su cuñada enferma, y tenía el plan de retornar el 10 pero decidió permanecer una noche extra. Esa decisión lo puso la mañana siguiente en el fatídico vuelo 11 de American Airlines que salió de Boston, que fue secuestrado y que luego fue estrellado contra una de las torres gemelas.
Su amigo Mario Soca, con quien Alberto compartió micrófonos por mucho tiempo, siente que irónicamente la muerte de Pocho es de alguna manera compatible con una persona como él.
“No quiero ser malinterpretado, pero si algo bueno vino de aquella horrible tragedia, es que su nombre ahora está en el lugar que ocuparon las torres. Estará ahí para siempre, en perpetuidad”, dice Mario.
"Papá se fue y nosotros tenemos la sensación de seguirlo esperando" decía su hijo Alvaro durante el homenaje a Pocho cuando se instauró el Día del Tango en NSW.
Entre los que se quedaron esperándolo están su esposa Martha, cuatro hijos y seis nietos.
Familia de Alberto "Pocho" Domínguez en homenaje Source: Supplied
Alberto "Pocho" Domínguez en familia Source: Supplied
Alberto (Pocho)'s name in "Ground zero" memorial ,sbs Source: Alberto (Pocho)'s name in "Ground zero" memorial, sbs
Gracias por compartir fotos, grabaciones e información:
Rodolfo Rivarola
Eduardo Rotunno
Mario Soca
José Da Silva
Darwin Rodríguez
Néstor Alzamendi
Familia Domínguez
Créditos
- Texto: Soraya Caicedo
- Producción: Soraya Caicedo y Esther Lozano
- Vídeos y fotografía: Esther Lozano
- Coordinación: Florencia Melgar