Sinopsis:
Al menos 853 migrantes han muerto desde enero de este año en su intento por cruzar sin documentos la frontera entre México y Estados Unidos, la cual comprende más de 3 mil kilómetros, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Esta letalidad supera las 546 muertes registradas en 2021.
Estos números convierten al año fiscal 2022, que culminó en septiembre, en el más mortífero para los migrantes registrado por el Gobierno de los Estados Unidos.
Ambas cifras no incluyen a los migrantes muertos en territorio mexicano, ni aquellos que perecen durante el recorrido que realizan desde América del Sur y Centroamérica.
Para recordarlos, obispos de México y Estados Unidos celebraron una misa en una tarima de madera sobre el río Bravo.
El sacerdote Francisco Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante, en Ciudad Juárez, México, destacó ante la prensa que los numerosos migrantes que han muerto al intentar cruzar la frontera iban huyendo de la pobreza en sus países.
Para el acto religioso, la Coalición de Derechos Humanos de Arizona, junto a varios grupos, instaló un altar de muertos en conmemoración de las víctimas de las duras políticas migratorias de los Estados Unidos. Detallaron que desde el año 2000, más de 3 mil personas han muerto intentando pasar a territorio estadounidense.
Por su parte, el obispo de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres, pidió que los gobernantes y legisladores que regulen la migración de forma justa para que favorezcan a migrantes y refugiados.
La cifra de 853 muertes en la frontera sólo cuenta a los migrantes identificados o procesados en territorio estadounidense.
No incluye las muertes y hallazgos de migrantes atrapados en camiones, camionetas, maletas, cajas y vehículos ilegales. En julio pasado, 53 migrantes fueron hallados muertos en una caja de tráiler cerca de la frontera con Estados Unidos.
Según los activistas, las muertes de migrantes, en su mayoría, no son circunstanciales ni exclusivamente accidentales, sino que se deben a estrategias y operaciones de control fronterizo que desvían los flujos migratorios de áreas metropolitanas pobladas hacia regiones aisladas de la frontera.
Las organizaciones señalan que actualmente más de 2,800 migrantes están en 25 albergues cerca del río Bravo y, junto a ese torrente, desde hace varios días acampan unos mil venezolanos esperando ingresar a Estados Unidos después de que el gobierno de Joe Biden determinara expulsarlos si ingresaban por tierra como indocumentados. Solamente autorizó 24 mil visas humanitarias si llegan a los aeropuertos y con garantía de un patrocinador por dos años.
El fin de semana, tras una manifestación contra las nuevas políticas migratorias, la Patrulla Fronteriza disparó balas de goma para dispersar lo que consideró un intento de cruce masivo a territorio estadounidense.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, al menos 192 migrantes han fallecido en este 2022 durante su recorrido obligatorio por países de Centroamérica y México para llegar a Estados Unidos.
Otro paso obligatorio de la migración desde Suramérica es la peligrosa selva del Darién que sirve de frontera entre Panamá y Colombia, donde en lo que va del año, 30 migrantes han muerto o desaparecido. Nueve de ellos eran niños venezolanos.