Han viajado desde todo Sídney y más allá para marchar por el centro de la ciudad desde Queen's Square hasta la Casa del Parlamento.
También se celebran concentraciones en zonas regionales del estado.
A última hora de la tarde de ayer lunes, la Comisión de Relaciones Laborales (IRC, por sus siglas en inglés) ordenó al sindicato que cesara inmediatamente la organización de la huelga y se abstuviera de emprender cualquier tipo de acción industrial durante el próximo mes.
La intervención se produjo después de que el gobierno de Nueva Gales del Sur llevara el asunto a la IRC, argumentando que la huelga prevista interrumpiría los servicios sanitarios en todo el estado.
Las conversaciones de crisis entre el sindicato de enfermeras y el ministro de salud, Brad Hazzard, no lograron ayer resolver el estancamiento de las negociaciones sobre los salarios y la dotación de personal en los hospitales.
La Asociación de Enfermeras y Matronas dijo que la intervención llegaba demasiado tarde, ya que sus miembros en todo el estado ya habían votado a favor de la huelga, y que necesitaban "mantenerse firmes" para expresar sus frustraciones.
Los enfermeros de los distintos distritos han optado por una huelga de entre cuatro y 24 horas, y el sindicato afirma que los horarios se han escalonado para reducir el impacto sobre los pacientes.
Personal de enfermería se ha quedado para tratar a los pacientes en estado crítico y preservar la vida.
Dos años después de la pandemia de COVID-19, los manifestantes reclaman aumentos salariales y una proporción de personal por paciente legislada, similar a la de Queensland y Victoria.
Además, solicitan un aumento salarial superior al tope del 2,5% establecido por el gobierno, en reconocimiento a su carga de trabajo pandémica, marcada por un trabajo cada vez más complejo.
El sindicato afirma que los cambios son necesarios para evitar una mayor pérdida de profesionales sanitarios cualificados.
Un portavoz de NSW Health reconoció que el personal ha "trabajado incansablemente durante los dos años de la pandemia de COVID-19".
El premier de Nueva Gales del Sur, Dominic Perrottet, ha afirmado que el número de pacientes por enfermero que quiere el sindicato no es efectivo, y dijo que ese sistema no había funcionado bien en otros estados.
Para la enfermera Sandra (nombre ficticio para proteger su identidad) la falta de personal es evidente.
Entevistada: Sandra, enfermera en Sídney.