México registró su primer caso de contagio por COVID-19 el 27 de febrero en la capital; su primera muerte ocurrió tres semanas más tarde.
A menos de cinco meses desde este primer fallecimiento, México registra 52.006 víctimas fatales atribuibles al coronavirus, 475.902 infectados y 318.368 recuperados desde el inicio de la pandemia.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) intentó relativizar el alcance de las cifras de víctimas fatales del país, esgrimiendo que México no ha sido tan golpeado por el coronavirus como otras naciones del mundo.
Sin embargo, el 6 de agosto, México se convirtió en el tercer país del mundo con la mayor cantidad de fallecimientos, después de los EEUU y Brasil. Esto, tres días después de la reapertura de la actividad económica.
En una conferencia de prensa sostenida el día siguiente, AMLO sostuvo que “en el concierto de las naciones afectadas por la pandemia, nosotros no hemos sido tan golpeados”.
El mandatario añadió que, aunque la situación le parecía dolorosa, consideraba “hasta de mal gusto” compararse con otros países.
En el ranking de número de fallecimientos por coronavirus respecto a la población de cada país, México está en el quinto lugar en el continente americano.
Respondiendo a las críticas de quienes atribuyen el elevado número de muertos a un mal manejo de la pandemia de parte del gobierno, AMLO no dudó en defender la gestión sanitaria realizada por el equipo responsable y de su subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
"No hay ningún cambio" en la estrategia ante el avance de la pandemia, dijo.
En un mensaje dirigido especialmente a los familiares de las víctimas, el presidente mexicano también indicó que “cada pérdida de vida humana es una tragedia, es una familia, no son números ni son datos.”
El médico cirujano general, el Dr. Julio Vidal, quien trabaja en Cuidad de México el Hospital General Tlahuac y en la Clínica de Especialidades Leonardo Bravo (ambos centro de salud públicos), dijo a SBS Spanish que, a pesar de la situación, afortunadamente se ha logrado evitar el colapso del sistema sanitario.
“Después de que reabrieron la economía ha habido nuevamente un aumento en los pacientes hospitalizados, pero no llega a un 70 por ciento a nivel hospitalario. Hay camas todavía disponibles por si hubiera un aumento de contagios”.
File photo of an overweight man. Photo credit: Dominic Lipinski/PA Wire Source: PA Wire
Hombres y personas con obesidad: las principales víctimas del coronavirus
El virus no se ha difundido de manera pareja en México, ni geográficamente ni tampoco en cuanto a los perfiles de las personas afectadas. Las infecciones y muertes por COVID-19 se han concentrado en zonas urbanas y fronterizas.
Entre los lugares más afectados se encuentran las ciudades fronterizas del norte, Ciudad de México y sus zonas aledañas.
La cercanía de ciertas ciudades con Estados Unidos, país que concentra el mayor número de infectados en el mundo y que tiene un constante flujo de personas con su vecino del sur, ha provocado que las urbes fronterizas estén entre las más afectadas.
En México, al igual que en otros países, son los hombres los principales afectados la COVID-19. Diferentes estudios internacionales han revelado que el virus se ceba más con los hombres y con las personas de mayor edad. Aunque en México, una particularidad preocupante, es la alta tasa de personas jóvenes que han muerto por coronavirus.
Los datos recogidos muestran que, en México, por ejemplo, cuatro de cada diez muertes correspondían a personas que estaban entre los 45 y 65 años. Una cifra bastante elevada en relación con el mismo segmento de la población afectada en otros países.
Hay quienes creen que esas cifras podrían mostrar una imagen diferente si se incluyeran todas las muertes sospechosas de coronavirus o que esperan confirmación.
Un estudio preliminar del gobierno mexicano realizado en el mes de junio, en el que se comparaban el exceso de muertes por cualquier causa entre el año anterior y el año de la pandemia, mostró que las muertes de 2020 superaban hasta en 71.000 personas en veinte Estados del país a las ocurridas en 2019. Sin embargo, hasta esa fecha, el país solo oficializaba 22.690 muertes por coronavirus en esos mismos territorios.
El Dr. Julio Vida explica que el alto número de muertos por coronavirus en personas pertenecientes a rangos de edad más bajos, podría ser la prevalencia de la obesidad y enfermedades relacionadas con ésta, como la diabetes y la hipertensión.
Diferentes estudios internacionales, como por ejemplo el realizado por el Imperial College de Londres y publicado por la revista científica The Lancet, han situado a México entre los países con más incidencia de obesidad y sobrepeso en el mundo.
Los datos muestran que en México un tercio de los fallecidos entre lo 20 y los 45 años padecía de obesidad. En el segmento etario siguiente un 28 por ciento de las víctimas también contaba con la misma característica.
Por otra parte, un 13 por ciento de los muertos por coronavirus entre 45 y 64 años sufría de diabetes. La hipertensión también es un factor que se repite en muchas de las víctimas.
La crisis económica incide en el relajamiento de las restricciones
La economía de México se ha visto muy dañada por causa de la pandemia, tal como muestra la caída de un 17,3 por ciento en el segundo trimestre del año en comparación con el período comprendido entre enero y marzo de 2020. Especialistas del Banco Central de México proyectan un desplome de aproximadamente un 10% para el fin de este año.
Esta crisis ha repercutido fuertemente también en el desempleo. El mes de junio la tasa de desocupados llegó al 5,5 por ciento en la población económicamente activa y se perdieron 901.000 trabajos formales, justamente en el mes en donde casi 6 millones de personas se reincorporaron al mercado laboral gracias a un relajo de las restricciones y una reapertura parcial de la economía.
El informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló “una primera recuperación de la ocupación y el empleo en junio respecto al mes previo, principalmente impulsada por la reapertura gradual de los negocios y empresas en actividades económicas no esenciales”.
Estas cifras fueron recibidas como una buena noticia económica, sobre todo por el gobierno de López Obrador.Los críticos de la gestión del gobierno piensan, sin embargo, que se tardó demasiado tiempo en imponer las restricciones para detener el avance del virus y que estas mismas restricciones se han levantado demasiado pronto, lo que podría extender la crisis sanitaria.
Outdoor markets start their activities after 4 months of Coronavirus lockdown on August 8, 2020 in Mexico. Photo by Eyepix/Sipa USA. Source: AAP
López Obrador ha sido criticado duramente desde el inicio de la pandemia, principalmente por sus intervenciones en donde minimizaba la gravedad del virus. “Hay quien dice que, por lo del coronavirus, no hay que abrazarse. Pero no pasa nada”, declaró, por ejemplo, en marzo en una conferencia de prensa en Ciudad de México.
Para algunos expertos, las laxas restricciones de desplazamiento y el permiso para actividades no esenciales han impedido detener el avance del virus, el que se ha cebado mayormente con los trabajadores.
Los números de la Seguridad Social (IMSS) han revelado que un elevado porcentaje de los muertos pertenecen a los sectores de trabajadores informales, pero sobre todo, al de trabajadores formales.
Se cree que las exposiciones de los sectores trabajadores al contagio se ha incrementado a medida que el país ha rebajado las restricciones y entra paulatinamente en una “nueva normalidad”. Casi dos tercios de las muertes por coronavirus corresponde a hombres y la mayoría de estos se encuentra entre los 45 y 64 años, segmento que concentra a los trabajadores remunerados que se emplean fuera del hogar.
Para el Dr Vidal, uno de los grandes problemas ha sido que la gestión de AMLO ha ofrecido mensajes contradictorios a la población.
Se daban dos mensajes. Por parte del sistema de salud, por parte de López-Gatell, (se hablaba de mantener) la distancia y usar cubrebocas, que son medidas que son muy importantes, y en cambio, el presidente decía ‘no, no pasa nada’.
Pocas pruebas de COVID-19 y credibilidad de las cifras
A pesar de las alarmantes cifras de contagios y de muertos por coronavirus, México todavía realiza pocas pruebas para detectar el virus.
Para finales de abril, por ejemplo, el número de pruebas realizadas en el país era de apenas 0.4 pruebas por cada 1000 habitantes, mientras que en promedio los países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), realizan 23 pruebas por cada 1,000 habitantes. México es el país que menos pruebas realiza entre los 37 países que integran esa organización.
Las autoridades de salud han reconocido que están muy por debajo de otros países en la realización de pruebas de coronavirus, sin embargo, tampoco parece que estén planeando elevar ese número.
López-Gatell señaló que no cambiarían de rumbo, porque cualquier otra cosa sería “un desperdicio de tiempo, de esfuerzo, de recursos”.
El bajo número de pruebas que se realiza, y que se enfoca principalmente en los casos más graves, no es el único problema, sino también la tardanza en obtener los resultados, que pueden llegar a demorarse hasta un mes por causa de la saturación de los centros sanitarios.
Estos y otros factores alientan las críticas y sospechas sobre las cifras reales de infectados y víctimas fatales por COVID-19 informadas por las autoridades del país.
Diferentes medios de comunicación, entre ellos el periódico Reforma, han señalado la posibilidad de que muchos casos de coronavirus no sean identificados como tales, sino que se registran como “neumonía atípica”.
El periódico de difusión nacional informó en abril que "médicos de distintos hospitales han denunciado que casos sospechosos de COVID-19 son registrados como neumonía atípica. Eso podría incidir en un subregistro oficial de los contagios y muertes de coronavirus".
Por otra parte, una investigación realizada por Mexicanos Contra la Corrupción reveló que hasta el día 12 de mayo existían 4.577 actas de defunción en la Ciudad de México que indicaban COVID-19 como causa confirmada o probable de muerte. Estos datos contradicen la información oficial que indicaba que hasta esa fecha en la Ciudad de México se habían registrado solo 937 defunciones por COVID-19.
Por su parte, el Dr Vidal dijo a SBS Spanish que consideraba que las sospechas son fundadas.
“Las cifras no son las reales … La realidad es que si, rebasamos los 100.000 (muertos) por lo menos”.
El gobierno ante estos cuestionamientos, y por medio del subsecretario López-Gatell, señaló que estas contradicciones en las cifras eran una “noticia repetitiva” y no representaban ninguna novedad. López-Gatell justificó la confusión diciendo que esta se debía a que “la información se recaba en ritmos más lentos”.
Situaciones como estas dejan entrever que las cifras reales de contagiados y víctimas podrían ser mucho más elevadas que los datos oficiales que transmite el gobierno.
“El gobierno se ha mantenido ahí (diciendo que) ‘a posterior vamos a hacer bien las cuentas y vamos a establecer bien el número de muertos’”, añadió el Dr Vidal, al tiempo que especuló que se podría tratar de una estrategia del gobierno para “no espantar a la gente".
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