Sinopsis
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27), que se realiza en Egipto, cierra hoy su segunda semana de conversaciones. Los primeros borradores del acuerdo final ya circulan entre los representantes de las delegaciones participantes y, al mismo tiempo, crecen las expectativas sobre las decisiones políticas, a las que se arriben en los próximos días.
Para América Latina, los anuncios para proteger la Amazonía han cobrado relevancia en esta COP27. La extensión de los "pulmones" del planeta es de 7 millones de kilómetros cuadrados; el 60 por ciento pertenece a Brasil, pero la selva se extiende a Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guyana Francesa.
Sin embargo, la selva más grande y biodiversa del planeta está agonizando debido a la deforestación, incendios, minería y la explotación económica descontrolada.
En los primeros nueve meses de 2022, se arrasaron más de 8.500 kilómetros cuadrados de bosque, un 23 por ciento más que en el mismo período del año pasado, según datos satelitales de la industria nacional de investigación espacial de Brasil.
La reciente deforestación ilegal en la parte brasileña de la Amazonía se atribuye al gobierno del derechista Jair Bolsonaro.
El mandatario habló regularmente sobre la importancia de abrir la selva tropical a la actividad comercial, retórica que los mineros de oro y los madereros de la región tomaron como autorización para talar bosques. Además, en la Asamblea General de la ONU en 2019 enfatizó que el Amazonas no representa "los pulmones de la Tierra".
Mientras el Informe Amazonía Viva, presentado en esta Cumbre de la ONU por el Fondo Mundial para la Naturaleza, alerta sobre la urgencia de detener las amenazas a la integridad de la Amazonía para proteger el 80 por ciento de la selva tropical para 2025.
Señala que, sin una acción urgente, el daño a la Amazonía podría ser irreversible, lo que afectaría directamente la subsistencia de los 47 millones de personas que viven en este ecosistema, así como a los 511 grupos de pueblos indígenas y el 10 por ciento de la biodiversidad del planeta.