A pesar de que Australia aplana la curva del COVID-19 con éxito y se prepara para la normalización de sus actividades económicas de forma progresiva, continúa aún la manzana de la discordia entre el gobierno federal y los estados, quienes han luchado contra la pandemia de manera casi unificada y bipartidista en casi todos los frentes, excepto uno: la educación.
El regreso a clases presenciales en escuelas y las guarderías ha dividido tanto a políticos, como a la opinión pública.
El domingo, polémica volvió a estallar cuando el ministro australiano de Educación, el liberal Dan Tehan, arremetió contra el premier de Victoria, el laborista Daniel Andrews, acusándolo de ir contra las recomendaciones médicas por su negativa de reabrir las escuelas para junio próximo.
Puntos destacados:
- El ministro australiano de Educación criticó al premier de Victoria por no reanudar las clases escolares y recomendar a que se mantenga a los escolares en casa en la medida de lo posible.
- El primer ministro australiano, Scott Morrison, había dicho a los padres que escucharan las indicaciones de los gobiernos estatales y territoriales, que tienen la competencia de la educación primaria y secundaria, respecto a la reanudación de las clases escolares.
- La experta en economía de la educación de la Universidad de Sídney, Marian Vidal-Fernández señala que cada estado y territorio tiene una realidad distinta. No es igual una escuela rural en donde se puede mantener el distanciamiento social que una pública con un gran número de niños en donde la reanudación debe hacerse de forma progresiva.
La recomendación del gobierno del estado de Victoria, que aparece en su portal web, es que en el segundo trimestre “todos los estudiantes que puedan aprender en casa deben aprender en casa. Los estudiantes que no puedan aprender en casa podrán asistir a su escuela”.
Por ello, el ministro Tehan dijo al programa Insiders de la cadena local ABC:
"La pregunta para Dan Andrews es (...) ¿por qué está tomando un mazo también contra su sistema escolar, cuando Mark McGowan en Australia Occidental, Michael Gunner en el Territorio del Norte, cuando Steven Marshall en Australia del Sur han tomado el mazo contra coronavirus pero no contra su sistema educativo?".
Pese a que el primer ministro, Scott Morrison, se había dirigido a los padres para decirles que escuchen a sus líderes estatales y territoriales respecto a las recomendaciones que se hacen sobre las escuelas, Tehan afincó que los médicos indican que la reanudación de las clases no atenta contra la seguridad de los niños y es este el consejo al que se debe prestar atención.
"¿Sabes dónde se siente el impacto? En los niños más vulnerables, en los niños de menores recursos económicos, en los niños indígenas, en los estudiantes rurales y regionales, en los estudiantes con discapacidad. Ellos son los que están siendo impactados por esto", precisó el ministro Tehan.
La misma mañana en que Tehan ofreció su crítica, se conoció que un docente de una escuela del norte de Melbourne dio positivo a una prueba de COVID-19, lo que obligó al cierre de este centro educativo.
Tras ese exabrupto, el primer ministro australiano, Scott Morrison, le llamó por teléfono. El ministro Tehan hizo un mea culpa posteriromente, para admitir que se pasó de la raya, algo que no se hace muy a menudo en la política, según apuntó la politóloga Michelle Grattan en su artículo en la revista The Conversation.
Morrison quizá quería que Tehan le diera un toque a Andrews, pero que no con toda la caballería, agregó la analista política.
El cargamontón contra Tehan
Tras las declaraciones de Tehan, la ministra de Salud de Victoria, Jenny Mikakos, manifestó que espera “que el primer ministro salga hoy y explique si los comentarios de Dan Tehan reflejan la postura del gobierno”.
Mikakos hizo el comentario al tiempo que anunció del cierre de la escuela primaria Meadowglen durante tres días, para realizar la limpieza necesaria y rastrear los potenciales contactos del profesor con coronavirus.
“Creo que los pobladores de Victoria entienden quién lidera los esfuerzos en Victoria, cómo mantenerlos seguros, cómo suprimir el número de casos que vemos en Victoria y ciertamente no es (el ministro) Dan Tehan”.
Por su parte, la portavoz laborista en materia de Educación, Tanya Plibersek, remarcó que los padres deben escuchar a los líderes de los estados y territorios.
"Esta mañana vimos al ministro de Educación federal enviando mensajes muy confusos a los padres sobre el envío de sus hijos a las escuelas, diciendo que deben hacerlo inmediatamente. Este es un momento muy difícil y estresante para las familias. Las familias están haciendo lo mejor que pueden en circunstancias extraordinarias, sin precedentes, y tener una gran pelea política entre los estados y la Mancomunidad en lo que se refiere a la escolarización es lo último que necesitan", comentó Plibersek.
A su turno, el premier de Australia Occidental, Mark McGowan, destacó la disculpas de Tehan y la importancia de la coordinación entre el gobierno federal y los estados y territorios.
“Trabajar juntos es crucial en este momento. Si observas a Australia y la comparas con otras federaciones de todo el mundo, el trabajo conjunto, la armonía, el dejar de lado la política, ha sido sobresaliente en este país cuando lo comparas con lo que ha ocurrido en los Estados Unidos, que ha sido totalmente lo contrario. Hemos tenido resultados sobresalientes, ellos han tenido resultados horribles y puedes ver que el trabajo conjunto realmente da frutos", expresó McGowan.
El gobierno australiano asegura que no hay riesgos de contagios
El gobierno federal se ha visto frustrado desde el principio con Andrews, quien junto a la premier liberal de Nueva Gales del Sur (NSW), Gladys Berejiklian, ha insistido en que se apliquen medidas drásticas contra COVID-19, incluyendo en las escuelas.
Morrison, quien no quiere que se detenga totalmente la actividad económica, quiere que las escuelas estén completamente abiertas y está exasperado la lentitud con la que se retorna a la normalidad, recalcó la analista política Michelle Grattan.
El jefe médico del gobierno, Brendan Murphy, ha afirmado que no existe ningún argumento científico que indique que el retorno a la escuela pondría en riesgo a los niños.
“Hay diferencias a través de la nación, pero en general están en los márgenes. Claramente, el gabinete nacional ha tomado una visión consistente de que quieren abrir las escuelas para el aprendizaje cara a cara tan pronto como sea posible, pero traer con ellos a los padres y maestros que todavía tienen ansiedad residual", comentó Murphy.
El Centro de Investigación y Vigilancia de Inmunización de Salud de NSW (NCIRS, siglas en inglés) publicó el mes pasado una investigación referida a los contagios en diez escuelas secundarias y cinco primarias en este estado.
Los datos recogidos de 863 contactos cercanos de 9 estudiantes y 9 empleados de las escuelas que contrajeron COVID-19 revelaron que era probable, aunque no seguro, que dos estudiantes fueron contagiados en las escuelas. Ningún adulto de estos contactos cercanos fue contagiado por el nuevo coronavirus.
SBS Spanish Source: SBS Spanish
La escuela, un refugio para los más vulnerables
La experta en Economía de la Educación de la Universidad de Sídney, Marian Vidal Fernández dijo a SBS Spanish que consideraba que el retorno a las escuelas es seguro, pero recalcó que las condiciones y la situación de cada estado y territorio diferían.
Vidal Fernández explicó que en estados como Nueva Gales del Sur o Victoria, que son los más poblados, el retorno se debe hacer de forma progresiva.
“En las escuelas que tienen muchos niños, no pueden ir todos los niños a la vez, tienen que ir poco a poco”, precisó la experta, al tiempo que indicó que otro aspecto que no se aborda en las discusiones es que si bien la salud de los profesores es importante, este gremio tiene un sindicato muy fuerte.
Vidal Fernández añadió que una de las razones importantes para reabrir las escuelas es “para proteger a los niños en riesgo por asuntos de salud mental y violencia doméstica”, dado que la escuela representa un refugio para ellos.
La investigadora catalana también manifestó que el regreso a clase presenciales era importante para no agravar la brecha de desigualdad entre los estudiantes que tienen el apoyo necesario para estudiar en línea en casa, y los que no.
Recientemente, un informe del Ministerio de Educación de Australia reveló que casi la mitad de los niños y jóvenes australianos han sido afectados negativamente por las medidas que los han obligado a estudiar a distancia.
Un 23 por ciento de estudiantes ni siquiera ha podido conectar al sistema en el primer período escolar.
En el informe se determinó que "casi la mitad (46 por ciento) de los niños y jóvenes australianos corren el riesgo de sufrir efectos adversos en sus resultados educativos, su nutrición, sus movimientos físicos y su bienestar emocional al estar físicamente desconectados de la escuela".
La enseñanza de algunas materias han sufrido más que otras, especialmente las relacionadas a las matemática, de acuerdo a este informe realizado por cinco universidades e instituciones educativas sobre el impacto de las medidas adoptadas frente al COVID-19 en los estudiantes más vulnerables.
Otras preocupaciones
En países europeos, se ha informado de la aparición de un síndrome en los niños posiblemente relacionado con el coronavirus.
La afección se asemeja a la enfermedad de Kawasaki, un síndrome vascular cuya causa sigue siendo indeterminada. Según la sociedad de cuidados intensivos pediátricos, el síndrome Kawasaki, principalmente presente en niños menores de cinco años, hace que los vasos sanguíneos se inflamen.
Vidal Fernández indicó que los padres deberían estar atentos a los síntomas, pero recalcó que lo números de niños afectados era tan bajo, y que la tasa de infección en Australia era tan minúscula, que ésto no debería convertirse en una excusa para no regresar a las clases en las aulas.
“La enfermedad de Kawasaki, tiene tratamiento a pesar de que es muy grave”, dijo.
Escucha la entrevista completa con la experta en economía de la educación, Marian Vidal Fernández, dándole click arriba.