“He estado expuesta a la lengua y la cultura en español durante mucho tiempo y ahora me gusta mucho bailar salsa y bachata. Siento esa conexión latina y esto me hace sentir bien, me siento más abierta a otras cosas y a conocer más del mundo”, explica la universitaria Jacinta Spies.
Ella se inició en la lengua española porque a su madre, también australiana, simplemente le pareció que era una buena idea.
“Mi mamá había estudiado un poco de español en la universidad y la profesora le dijo que era importante enseñar a los jóvenes. Yo tenía solamente 6 o 7 años, así que mi madre me llevó a aprender español.”
Jacinta acudió a las clases del club Uruguayo en Sídney y recuerda muy bien cómo ella era la única niña que no tenía familiares hispano hablantes ni conexiones personales con la cultura sudamericana. A pesar de sentirse diferente, Jacinta guarda un grato recuerdo.
“Fue divertido, porque había juegos, y éramos amigos. Pero a veces era un poco difícil, porque todos podían al menos hablar la lengua, pero yo era la única que estaba empezando de cero y era difícil comunicarme, pero con los amigos y los profesores fue divertido.”
“Me sentí diferente en una manera positiva, estaba aprendiendo mucho sobre otra cultura y no fue una problema el no tener a los padres que hablaran español, los otros niños estaban contentos de compartir su cultura conmigo y eso era bonito.”
Jacinta recuerda divertida cómo en una ocasión se tuvo que poner un traje especial y cantar el himno de Uruguay en un evento del club.
“Ya no me acuerdo del himno, pero fue una experiencia diferente porque era un himno mucha más largo que el australiano.”Jacinta continuó estudiando español en la universidad, y allí tuvo que empeñarse más en aprender los detalles de la gramática española, el aprendizaje ya se ponía serio, pero ella perseveró.
Jacinta Spies de viaje en Madrid con su madre. Source: Supplied
Al poco tiempo, se fue a vivir a Sudamérica durante un año y medio, y allí pudo disfrutar de las ventajas de hablar español.
“Mientras estaba allá pude trabajar con la ventaja del idioma. Ahora, de vuelta en Australia, siento una conexión con los australianos que tienen padres que hablan español y además he podido trabajar de guía en Sídney con gente hispano hablante”.Jacinta desvela que su madre se siente muy orgullosa del nivel de español que ha alcanzado y afirma que si algún día tiene hijos, se asegurará de que aprendan también español.
La australiana Jacinta Spies en un reciente viaje por Sudamérica Source: Supplied