Costa Rica está en una situación excepcional en la región, al ser una nación que diariamente recibe a desplazados de Nicaragua y Venezuela. A la fecha, hay 500.000 migrantes y refugiados nicaragüenses y 40.000 migrantes y refugiados venezolanos en Costa Rica. El informe elaborado por la Oficina de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, OEA, para abordar la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, reconoce el esfuerzo de las autoridades costarricenses por mantener una política de fronteras abiertas y no devolución con los migrantes y refugiados venezolanos.
“Se reconocen los esfuerzos realizados por las autoridades costarricenses para aceptar el pasaporte venezolano vencido y ser uno de los pocos países centroamericanos en no colocar restricciones migratorias, como la solicitud de visa, a los desplazados venezolanos”, indica el informe.
El documento señala que las personas venezolanas que emigraron entre 2015 y 2020 a Costa Rica están en una condición mucho más vulnerable que quienes llegaron entre 2010 y 2014, debido a la profundización de la crisis en Venezuela. El perfil del migrante venezolano en Costa Rica ha cambiado y, cada vez más, quienes llegan requieren asistencia humanitaria y mayor apoyo para su integración en los mercados laborales.
“Quienes llegaron hace diez años, lo hicieron con medios económicos que les permitieron establecerse e integrarse más fácil a los mercados laborales. Esta primera ola migratoria ha servido de apoyo para los desplazados venezolanos que han llegado desde el 2014”, indica el informe.Sin embargo, en los últimos años los venezolanos “llegan en condiciones más vulnerables, con carencias de alimentación, salud, empleo y abrigo".
Llegan en condiciones más vulnerables, con carencias de alimentación, salud, empleo y abrigo
Muchos de ellos sólo cuentan con los medios económicos para comprar el boleto de avión y llegan a Costa Rica solicitando que se les otorgue la condición de refugiado”, añade.