Luisa Rodríguez Triana llegó a Australia en el verano de 2018 con una visa de estudiante. Sus dos primeros años en este país consistieron en aprender inglés, trabajar de mesera y niñera, realizar algunos viajes y conocer nuevas amistades, pero un día todo cambió. Llegó la pandemia y la Australia de las oportunidades se acabó para muchos.
A Luisa, como al resto de los estudiantes internacionales en Australia, se les dijo que si no podían sostenerse económicamente era mejor que regresaran a sus países de origen. Pero muchos de ellos ni siquiera pudieron salir, porque simplemente no había vuelos de regreso a casa.
En Australia, los estudiantes internacionales fue uno de los sectores más golpeados económicamente por la pandemia. Las ayudas del gobierno fueron mínimas. Y con la familia lejos, su red de apoyo en este país era casi inexistente. Además, muchos de ellos perdieron el trabajo, ya que la mayoría se empleaba en el sector de la hostelería.
Pero algunos de ellos, como Luisa Rodríguez Triana, encontraron en esta crisis una oportunidad.Luisa Rodríguez salió de su natal Colombia, a los 33 años, con la idea de vivir en el extranjero por un tiempo para mejorar su inglés. Ella eligió Australia debido a todas las maravillas que había escuchado de este país.
Luisa de visita en Sídney. Source: Supplied
“Australia tiene un ventaja sobre muchos otros países y es que al estudiante internacional se le permite trabajar medio tiempo legalmente. Para mi, eso era muy importante porque necesitaba una estabilidad económica para cumplir sueños que tenía, como viajar”, comenta Luisa.
Sin embargo, a pesar de contar con este permiso, a un estudiante internacional no le es tan fácil encontrar trabajo relacionado con sus estudios. El desconocimiento del mercado laboral, la falta de redes en su área de experiencia profesional y, sobre todo, el tiempo de duración de su visa son limitantes que ocasionan que la mayoría recurra a trabajos casuales como limpieza, cuidado de personas o en el sector de la hostelería.
Luisa estudió en Colombia Negocios Internacionales y tiene experiencia profesional de años como directora comercial regional en una firma de seguros, pero en Australia comenzó trabajando como mesera en un restaurante de la ciudad de Melbourne.Luisa veía el lado positivo de esta situación. Al interactuar diariamente con los parroquianos del restaurante su inglés estaba mejorado bastante y el sueldo que ganaba le permitía hacer alguno que otro viaje por las ciudades australianas, así que decidió extender su visa de estudiante un par de años más.
Luisa Rodríguez durante una visita a Sídney. Source: Supplied
Sin embargo, llegó la pandemia y todo se detuvo.
“La pandemia llegó llena de muchísimas sorpresas, enseñanzas y momentos difíciles. Así que decidí parar el curso; pedí a la escuela un plazo de tres meses para saber qué iba a pasar con mi vida. Porque además estaba trabajando en un restaurante y lo tuvieron que cerrar. Entonces yo me quedé sin trabajo”, detalla Luisa.
Sin trabajo, pero sí tenía las obligaciones de renta, de comida, del colegio y de las cuentas.
Durante esos tres meses Luisa trabajó repartiendo volantes, limpiando oficinas, desinfectando tranvías o lo que saliera. Lo importante era contar con un trabajo.
Los confinamientos en las grandes ciudades australianas comenzaron a hacerse más frecuentes. Varios negocios tuvieron que cerrar. Muchas personas comenzaron a moverse de trabajo. Y al ver la gravedad de la falta de mano de obra, el Departamento de Asuntos Internos y la Fuerza Fronteriza de Australia anunció que adoptaría una política flexible para los titulares de visas de estudiante que desearan trabajar más de 20 horas por semana y que estuvieran empleados en sectores denominados como críticos.
El anuncio significaba que los titulares de visas de estudiante podía trabajar legalmente más de 40 horas por quincena si estaban empleados en el sector para el cuidado de personas de la tercera edad o personas con discapacidad, empleados en el sector agrícola o empleados en el sector del turismo y la hostelería.Luisa no perdió tiempo y contactó a una empresa para que la ayudara a mejorar su hoja de vida, le diera entrenamiento para entrevistas laborales y le ofreciera consejos de cómo y dónde buscar empleo.
Las estudiantes colombianas Luisa y Liliana. Source: Supplied
Al poco tiempo, Luisa encontró una oferta de trabajo para el cargo de Bussiness Information Officer en una organización que se dedica al cuidado de personas mayores y ofrece servicios comunitarios para la comunidad judía.
Luisa solicitó el trabajo, fue elegida para una entrevista y semanas después le llamaron anunciándole que se había quedado con la plaza de tiempo completo.
La vida de Luisa en Australia dio un giro. Desde octubre de 2021, ella trabaja de tiempo completo y estudia los fines de semana un curso de Project Managment, pues aún sigue bajo visa de estudiante internacional.
Ahora Luisa está disfrutando de esta etapa, pero sabe que tiene una fecha de caducidad, cuando su visa de estudiante se termine.
Por lo pronto Luisa dice: Gracias a la pandemia obtuve una mejor oportunidad de trabajo.
“Estoy convencida que de las crisis surgen oportunidades. La pandemia trajo muchísimo aprendizaje en mi vida. Me enseñó a arriesgarme a cumplir mi sueño, a emprender y a querer crecer”, reflexiona Luisa.
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