Hace un año que Florencia Bagnulo está viajando sola por el mundo.
Terminó su carrera de ingeniería en Uruguay y enseguida encontró un trabajo bien remunerado, con condiciones laborales óptimas y compañeros ejemplares.
Pero, a pesar de lo bien que le iba en Uruguay, sentía un vacío muy grande en su vida, en parte por algo que ella describió como “una carencia de conocimiento de si misma”.
“Sentí que vivía demasiado cómoda en Uruguay y necesitaba irme a un entorno completamente diferente para romper con lo conocido y descubrir mi verdadera esencia”, contaba Florencia a SBS español.
Pues, renunció a su trabajo y a los 28 años de edad se marchó de Uruguay para un viaje de ‘auto descubrimiento’ por Europa, el Sudeste asiático y ahora Australia.
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Adoptó su propio lema, “viajar y vivir sin que el dinero ni el tiempo sean impedimentos y sin tener ningún plan”.
Florencia reconoce que su forma de encarar el viaje fue ‘inusual’ porque según ella, "pocas mujeres uruguayas de su edad se van a recorrer el mundo sin planes, sin limitaciones de tiempo y con muy poco dinero".
Sus experiencias de viaje la han llevado a escribir un blog titulado “En manos del Mundo” en el que documenta las experiencias que le dejan huellas imborrables y que la enriquecen.
Después de un año alejada de su país natal, Florencia admite que ha tenido momentos de profunda soledad pero se apresura a añadir “que ha aprendido a disfrutar de su propia compañía porque la soledad es una gran maestra”.
“La soledad en sí misma es una construcción del ego. No es posible estar solos, nos tenemos a nosotros, ¿qué más precisamos? Somos nuestra mejor compañía, y cuando el intercambio humano sea de verdad necesario, levantá la cabeza y abrí el corazón. No vas a encontrar nada con la cabeza gacha, salí de la víctima y mirá al mundo, de seguro tu alma va a encontrar lo que necesita”. -un extracto de una de las historias de Flor en su blog.
Florencia con amigos en Indonesia. Source: Supplied by F.B
Cuenta que en sus recorridos aprendió a valorar el abrazo de una madre extraña, como si fuese su propia madre, a aceptar la generosidad de un padre, como si fuese su propio padre, a disfrutar de la conversación y compañía de una mujer mayor, como si fuese su propia abuela en Uruguay, “el mundo esta lleno de padres, abuelos y tías”, dice Flor.
La curiosidad por todo lo que es diferente a lo que ella está acostumbrada la impulsó a querer explorar la vida dentro de una familia musulmana, a participar en proyectos educativos multiculturales en sociedades herméticas y a encontrar coraje para emprender expediciones en busca de las maravillas naturales del planeta.
Está convencida de que “el mundo es hermoso y está lleno de personas amorosas”, a pesar de lo que le pasó en una región selvática de Indonesia, cuando por única vez su privacidad fue vulnerada simplemente por ser mujer.
Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer te invitamos a escuchar la historia de Flor en el Podcast arriba.
Buceando en Tailandia. Source: Supplied by F.B
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