Sinopsis:
Gustavo Petro cumplió su primer año como presidente de Colombia. Su elección fue considerada un hito en la historia política del país suramericano, pues era el primer mandatario de izquierda en 200 años.
Su pasado como guerrillero del M-19, además de sus intenciones de reformar el Estado y la disposición de restablecer los lazos con la vecina Venezuela, generaron enorme expectativa sobre su gestión.
Cuando ganó y tomó posesión, el optimismo en Colombia sobre la presidencia de Gustavo Petro rondaba el 56 por ciento.
La luna de miel se mantuvo en el primer semestre. El mandatario colombiano logró aprobar una reforma tributaria progresiva, restablecer relaciones diplomáticas con Venezuela y sentarse a negociar con enemigos políticos y grupos armados como parte de su estrategia de paz total.
Sin embargo, el segundo semestre del gobierno de Gustavo Petro se empantanó. No arrancaron los ceses al fuego de la paz total, se rompió la coalición del gobierno ante la reforma a la salud sugerida por el mandatario. Es reforma fue el detonante para las renuncias de los ministros de Salud. Primero, Alejandro Gaviria y dos meses después, Carolina Corcho.
En total, Gustavo Petro sacó a 11 de sus 18 ministros iniciales, situación inusual para un presidente en su primer año, y un símbolo de inestabilidad. El presidente no pidió a los congresistas que salvaran sus reformas sociales, sino, convocó a marchas de los colombianos.
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Según los expertos, lo positivo para Petro en el primer año de mandato es que no ha tenido un líder de oposición fuerte. Mantiene una relación cordial con el expresidente derechista Álvaro Uribe; un acuerdo para comprar tierras fértiles a los ganaderos que les expropiaran. Además, algunos campesinos han escriturado sus tierras.
Por tanto, los golpes políticos más fuertes que ha recibido el presidente Petro no han venido de sus enemigos, sino de sus más cercanos colaboradores como el exembajador en Venezuela, Armando Benedetti, y de su hijo mayor, Nicolás Petro. Ambos señalaron, en audios filtrados y ante la justicia, que las arcas de la campaña recibieron más dinero del que debían y del que reportaron.
Además, en las encuestas recientes el presidente Gustavo Petro ya sólo aparece con entre el 35 y el 40 por ciento de apoyo y la mayoría responde que Colombia va mal.
En las calles de Colombia también examinan el primer año del gobierno de Gustavo Petro.
Aunque Gustavo Petro insiste en la frase “el gobierno del cambio”, muchos ciudadanos sienten que las graves acusaciones que enfrenta su campaña que lo llevó al poder sobre el ingreso de dinero dudoso significan más de lo mismo, mientras que las promesas de transformaciones sociales se quedan en el papel.
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