Sinopsis:
Gustavo Petro ganó las elecciones en Colombia al lograr más de 11 millones de votos en la segunda vuelta presidencial realizada el 19 de junio.
La espada del Libertador Simón Bolívar, que la guerrilla del M-19 robó como su primer acto simbólico en 1974 y entregó cuando se desmovilizó en 1990, no estuvo presente durante la investidura del presidente de Colombia por mandato del saliente Iván Duque.
Tras su juramento presidencial, Gustavo Petro ordenó al Ejército traer la espada de Bolívar, en lo que se convirtió en la primera orden de su mandato.
Diez jefes de estado, incluyendo al rey de España, Felipe VI, llegaron a Bogotá para sumarse al evento. Entre ellos, los mandatarios de Argentina, Alberto Fernández, y el de Chile, Gabriel Boric, a los que Petro se suma en el nuevo giro a la izquierda en América Latina.
Ya como presidente, Petro tomó el juramento a Francia Márquez, su fórmula vicepresidencial y la primera mujer afrodescendiente en llegar a la vicepresidencia de Colombia.
Nacido en 1960 en el norte de Colombia, Gustavo Petro se lanzó por tercera vez a la presidencia como candidato oficial de la izquierda.
Durante su campaña, cargó el lastre de haber sido integrante del grupo guerrillero M-19, pero a la vez de ser uno de los líderes políticos más importantes de la historia reciente de Colombia.
Su llegada al poder ha provocado polémica y preocupación en los sectores más conservadores de la sociedad, aunque otros consideran que ya era la hora del cambio.
Durante su campaña, Gustavo Petro enfatizó que trabajará por la potencialización de los motores productivos del país y entre sus medidas está la protección del agro y el aumento de las tasas de importación.
La crisis económica desencadenada por las políticas de Iván Duque y complementadas por la pandemia de la Covid-19, conduce a que la tasa de desempleo llegue al 15 por ciento en 2021, siendo las zonas rurales las que sufren mayor desempleo.
Además, el gobierno entrante de Colombia recibe un país en el que las guerrillas del ELN, el Clan del Golfo y las disidencias de las FARC están abiertas a la posibilidad de un acuerdo de paz.
Mientras, una ola de asesinatos contra policías y militares deja al menos 36 uniformados muertos, la mayoría a manos del grupo Clan del Golfo. Además, la disidencia de las FARC ofreció una negociación con el nuevo mandatario.
Tras la firma del Acuerdo de Paz con las FARC y el entonces gobierno de Juan Manuel Santos en 2016, hasta la fecha ni siquiera se ha avanzado en la implementación total del punto uno, el cual refiere a la reforma rural integral, por el momento, se mantiene la desigualdad en la tenencia de la tierra y la falta de políticas de inversión para el sector agroindustrial colombiano.
El mandatario prometió cumplir el Acuerdo de Paz e invitó a los grupos armados a aceptar beneficios jurídicos a cambio de silenciar las armas.
A propósito de esto, Juan Fernando Petro, hermano del presidente colombiano, acaba de ser nombrado Alto Comisionado del Cuerpo de Paz, una entidad de la Organización de Estados Americanos (OEA) y tendrá la misión de tender puentes de diálogo con los diferentes grupos armados de los países que conforman a Latinoamérica.