Las empresas chilenas se van hacienda hueco en Australia, y este es el caso de los productos artesanos del proyecto La Aldea, una distribuidora de artículos hechos por artesanos chilenos, donde también participa la empresa Uñu, una entidad fundada hace dos años que nació como un sueño hasta convertirse en un proyecto de innovación social que busca volver a la economía tradicional y sostenible pero en la era de la híper comunicación.
Javier García es el fundador de esta iniciativa que en sus palabras tiene un triple impacto, social, económico y medioambiental.
Uñu es el nombre mapuche para la murta, una fresa pequeña silvestre que se da en la isla de Chiloé y la empresa de este emprendedor comercializa el trabajo de los artesanos indígenas mapuches de esta remota isla que producen textiles, utensilios para el hogar y la cocina, muebles de madera y artículos de decoración hechos a mano y a la manera tradicional.
“Tratamos de conservar las prácticas antiguas sin intervenir mucho en los insumos, por lo que no tenemos grandes talleres, todo se hace con un sentido manual, como lo fueron aprendiendo los propios artesanos de sus padres y abuelos”, explica Javier.
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El sueño de Javier surgió doce años cuando un hermano de su padre compró un terreno en la isla cuando tenía 70 años y se hizo una casa allí.
“Pensábamos que era una locura, la isla está a más de mil kilómetros de Santiago con un clima inhóspito, donde llueve mucho y hay que cruzar con un ferry”, reconoce Javier.
Sin embargo, Javier se enamoró muy pronto de ese lugar que visitaban con cierta frecuencia. Su propio padre se hizo otra casa y así se insertaron en el barrio y comenzaron a conocer el talento de los vecinos:
“La señora que hacia la miel, la persona que trabajaba la madera, la tejedora… y con el afán de ayudar, porque me di cuenta de que no tenían plataformas de comercialización, son artesanos muy talentosos con unos insumos increíbles de la isla pero no tiene cómo vender sus productos.”
Javier comenzó comprando algunos productos para después venderlos y se dio cuenta de que tenían buena acogida. Javier entonces trabajaba en el mundo de la publicidad y el contraste de las dos realidades hizo mella en él por lo que decidió cambiar de vida y dedicarse en exclusiva a este proyecto.
Para Javier, su fundador, lo más importante es demostrar que “hay una nueva economía que puede funcionar desde otro plano, donde se dan modelos virtuosos donde todos se ven favorecidos. (…) Uñu genera empleo y plataformas para los artesanos que no tienen medios de comercialización”
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Ellos reciben un pago justo y el proyecto cuenta con certificaciones de comercio justo. Con parte de las ganancias, UÑU organiza reforestación de bosques nativos en los mismos campos donde los artesanos trabajan, para que con el tiempo, los productores puedan abastecerse de ellos.
En tan poco tiempo, Uñu ha recibido un premio nacional de medio ambiente además de otros reconocimientos que destacan el desarrollo sostenible.
Sus productos han participado en la feria FOMA, (Fashions of Multicultural Australia) de la mano del gobierno chileno, y para este emprendedor saltar al mercado internacional es muy importante para poder conectarse con los mercados donde están los clientes que valoran lo hecho a mano y producido en buenas condiciones laborales, con durabilidad, con materias primas alternativas al plástico y con principios sostenible que no generan basuras.
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“Nos gustaría con el tiempo posicionar a Chile como país de innovación social que pueda competir perfectamente en los mercados europeos y generar negocio para que estos emprendimientos puedan crecer y abastecer a los clientes exigentes.”
“Que Aldea sea un embajador de la marca Chile y que el emprendimiento y la economía se active a través de este tipo de visión”, explica Javier.
Escucha la entrevista completa con el fundador de Uñu.
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