Sinopsis
Más de 156 millones de brasileños están llamados a las elecciones generales del próximo 2 de octubre donde además de elegir al presidente y vicepresidente entre once candidatos, votarán por senadores, diputados, gobernadores y legisladores provinciales. Si ningún candidato presidencial obtiene más del 50 % de los votos, habrá una segunda vuelta el 30 de octubre.
Los candidatos protagonistas de la campaña electoral son el ex presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores y al actual mandatario ultraderechista y exmilitar Jair Bolsonaro, del Partido Liberal.
Durante más de un año, las encuestas han ubicado a Da Silva con una ventaja dominante. Ahora, un aumento en sus números sugiere que podría ganar el domingo con más del 50 por ciento de los votos, lo que evitaría una segunda vuelta con Bolsonaro.
La recuperación económica, la pobreza y el desempleo son las claves en la campaña para las elecciones del domingo en Brasil donde gran parte de la población está pidiendo un cambio que mejore su situación.
Hace cuatro años, cuando Bolsonaro ganó la presidencia de Brasil, la corrupción y la desafección general con la política se convirtieron en los temas más importantes de la campaña. Ahora, Lula da Silva busca ganar en primera vuelta con la promesa de mejorar la situación económica.
Durante la gestión de Da Silva (2003 -2010) 20 millones de brasileños lograron salir de la pobreza, la industria petrolera del país fue revitalizada y Brasil subió al escenario mundial con la organización del Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos de Verano.
Pero también bajo su mandato operaron sistemas de sobornos en todo el gobierno, y muchos de sus aliados del Partido de los Trabajadores fueron condenados por ser parte de estas operaciones.
A Da Silva también le beneficia el hecho de que se enfrenta a un presidente profundamente impopular. Las encuestas muestran que aproximadamente la mitad de los brasileños nunca apoyarían a Bolsonaro, quien ha insultado a muchos votantes con un torrente de declaraciones falsas, políticas ambientales destructivas, la adopción de medicamentos no probados en vez de las vacunas contra la COVID-19 y los duros ataques que ha realizado contra rivales políticos, periodistas, jueces y profesionales de la salud.
Si es elegido presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva sería el ejemplo más significativo del reciente giro a la izquierda de América Latina. Desde 2018, los movimientos de izquierda han protagonizado una oleada de elecciones contra los políticos en funciones en México, Colombia, Argentina, Chile y Perú.
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