La historia en Australia de Rafaela López nace de la inestabilidad política y social que atravesó España durante el régimen de Franco, el dictador que gobernó el país con mano dura entre 1939 y 1975.
Rafaela tenia 13 años cuando sus padres decidieron abandonar España por un país con mejores oportunidades económicas y libertad de expresión.Con la obediencia absoluta que caracterizaba a los niños españoles criados al principio de la década de 1960, Rafaela, su hermano y cuatro hermanas siguieron a sus padres en un viaje al otro lado del mundo sin el menor cuestionamiento.
Fotagrafia de la familia López en 1963 poco después de llegar a Australia. Source: Supplied by Latin Stories Project
Llegaron a Australia en 1963, cinco años después de la firma del Acuerdo Migratorio español-australiano diseñado para atraer mano de obra española a la industria pesada y sector agrícola.
En ese momento la política de inmigración del gobierno liberal de Robert Menzies intentaba seducir a los emigrantes europeos con pasajes y hospedaje gratuitos y la promesa de que los puestos de trabajo “abundaban en Australia”.
Rafaela recuerda lo fácil que fue para sus padres encontrar empleo en esos primeros años.
“Pasabas por una calle industrial y corriendo la gente iba y te preguntaba si estabas buscando trabajo, así que había muchísimo trabajo, no había necesidad de que el gobierno te apoyara”, dijo la española a SBS Spanish.A pesar de las oportunidades laborales, Australia en los años sesenta era totalmente diferente al país multicultural y progresista del siglo XXI y los extranjeros como Rafaela tenían que vivir bajo una serie de políticas de inmigración racistas conocidas como las normas de la Australia Blanca.
El centro de inmigrantes de Bonegilla donde Rafaela y su familia fueron alojados cuando recién llegaron a Australia. Source: Reproduced with permission of Co.As.It. the Italian Historical Society
Lo que se requería era que inmediatamente te asimilaras, esperaban que tú de un día para otro te convirtieras en un australiano, señala Rafaela.
Desde el comienzo de la federación, la política de inmigración australiana favorecía a los migrantes de Gran Bretaña y Europa del norte, pero cuando Australia comenzó a experimentar una grave escasez de mano de obra después de la Segunda Guerra Mundial, la política migratoria tuvo que ser reajustada para reflejar las nuevas necesidades económicas.
Así fue como los gobiernos comenzaron a distanciarse de las políticas de inmigración basadas en la raza y comenzaron a desmantelar el conjunto de políticas racistas de la Australia Blanca que prohibían a las personas de origen étnico no europeo, especialmente a los asiáticos e isleños del Pacífico, emigrar a Australia.
El desmantelamiento fue graudal y acabó con dichas políticas en 1973, pero el impacto en la formación de ideologías y actitudes racistas entre la sociedad australiana perduró por décadas posteriores.
"Había… mucho racismo especialmente para los europeos del Sur porque obviamente éramos más oscuros y en Australia no querían mucho de eso, querían la gente de Europa del Norte y había mucho prejuicio”.
Para Rafaela el cambio de una cultura a otra fue “bastante dolorosa por el tema de la asimilación” y también porque “ni siquiera (le) daban clases de inglés… no te ayudaban”, afirma.
Había… mucho racismo especialmente para los europeos del Sur.
Pero el daño en su persona provocado por el racismo y la negligencia institucional durante su adolescencia la impulsaron a forjar su propio camino, porque Rafaela había concluido que “no quería que nadie más tuviera (esas experiencias)”.
Abandonó el colegio a los 16 años y se infiltró en el mundo de los adultos, trabajando a tiempo completo en puestos que no requerían cualificaciones. Pero en el camino buscaba alianzas con personas que compartían ideas afines y con las que podría “cambiar el sistema” para crear servicios que apoyaran a los nuevos inmigrantes y refugiados.
Rafaela cuenta que siempre tuvo una curiosidad intelectual muy profunda e incluso de niña quería conocer el origen de todo lo que pasaba en el mundo. Por esta razón decidió estudiar una licenciatura en Historia y Antropología para “entender por qué la gente se había portado tan mal con los emigrantes en los años 50, 60 y hasta 70”.La antropología le abrió las puertas a entender la cultura anglo-australiana y otras culturas, entre ellas su propia cultura española, de una manera más profunda y con una mente cuestionadora y crítica, y sus estudios le brindaron nuevas oportunidades de trabajo remunerado y voluntario.
La canción de 1910, 'March of the Great White Policy' de W.E Naunton. Source: National Library of Australia
En 1983 fue electa presidente del Centro Español Latino Americano de Asistencia Social (CELAS, ahora rebautizado UNITED) y luego formó un grupo de psicólogos y trabajadores sociales y comunitarios hispanos dedicados a ofrecer servicios al creciente número de clientes que habían pasado por experiencias de tortura y trauma en sus países de origen.Al final este grupo de trabajo logró obtener fondos del Programa de Asentamiento para Refugiados Comunitarios del Departamento de Inmigración y así fue como crearon la Fundación para las Víctimas de la Tortura y el Trauma que originalmente dependía del trabajo voluntario de varios psicólogos y consejeros hispanos.
Rafaela en 1985 recibiendo en nombre de CELAS una placa del Festival Latinoamericano en reconocimiento al trabajo de la organización para la comunidad. Source: Supplied by Latin Stories Project
Los servicios de la organización tuvieron una buena acogida y poco después la entidad recibió apoyo financiero de la Fundación Myer, y más tarde del Departamento de Salud.
Siempre tenemos que tener tiempo para aprender algo nuevo, nunca se llega a saberlo todo, a conocerlo todo
En la actualidad esta organización se conoce como Foundation House y tiene cedes en varios barrios de Melbourne, incluido en zonas rurales de Victoria, donde clientes australianos y de todos los orígenes culturales, pueden acceder servicios y ayuda para la salud mental.
“Hay gente que está usando los extensos servicios de Foundation House, pero no tienen idea que eso salió de la comunidad hispanohablante porque ahí estábamos recibiendo en los años 70 y 80, y especialmente en los años 80, gente traumatizada, gente que había sido torturada, gente que había vivido los terribles efectos de una guerra civil como en El Salvador”, señala Rafaela con gran orgullo.A pesar de que se ha retirado del trabajo remunerado, Rafaela sigue contribuyendo a la comunidad en la que vive de manera voluntaria con proyectos destinados a ayudar a los hispanos de la tercera edad y los nuevos estudiantes internacionales que llegan a Australia. Es una labor que la llena de felicidad.
Sesión de asesoramiento en Foundation House, Brunswick. Source: Facebook (Foundation House)
Con un corazón abierto y una mente sumamente lúcida, Rafaela explica que su incansable curiosidad y asomobro por la vida la ayuda a seguir luchando.
“Siempre tenemos que tener tiempo para aprender algo nuevo, nunca se llega a saberlo todo, a conocerlo todo y, yo creo que hasta el momento que me llegue mi último respiro, voy a tratar de seguir descubriendo, de seguir desarrollando mi humanidad… es una tarea interminable”.
Escucha el resto de la historia de Rafaela López presionando sobre la imagen principal.
Esta historia es parte del proyecto de "Nuestras Voces" de "Latin Stories Australia". Para conocer otras historias de inmigrantes hispanos en Australia visita la página de internet de Latin Stories Australia en: www.latinstoriesaustralia.com y busca bajo.
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Destino: Australia |Ep 1| Cómo Ivana encontró su voz