Curiosidades de Australia | 19 septiembre 2023

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Foto de Truganini. Photographs by Alfred Winter, c. 1869. National Library of Australia.

En Curiosidades de Australia te hablamos de Truganini, una de las últimas indígenas sobrevivientes a la colonización británica de la isla de Tasmania. También te contamos sobre la rampa inflable para aviones, un invento australiano; y te contamos datos curiosos sobre los cassowaries, un ave tan hermosa como peligrosa.


Aventuras y desventuras de Truganini, una de las últimas aborígenes de Tasmania

En Curiosidades de Australia hoy hablamos de Truganini, también conocida como Trucanini o Lallah Rookh. Esta mujer indígena de Tasmania, hija de un líder aborigen, nació en 1812 y es considerada una de los últimas hablantes de las lenguas aborígenes de esa isla. Ella hablaba la lengua nuennonne, ahora extinta.

Truganini creció en la zona D’Entrecasteaux y Bruny Island, en lo que se conocía en ese tiempo como Van Diemen’s Land, ahora Tasmania. La mayoría de sus familiares directos fueron asesinados en esta suerte de guerra de guerrillas entre británicos y aborígenes conocida como Black War, en donde casi 900 aborígenes perdieron la vida, además de dos centenares de colonos británicos.

Truganini creció en un ambiente difícil debido a las guerras y también a las políticas impuestas por el gobernador George Arthur en la isla de Tasmania. En 1824 se implementaron dos políticas de parte de los colonos en relación a los indígenas, por una parte, se ofrecían recompensas por la captura de adultos y niños aborígenes, mientras que por otra parte, se les intentaba atraer de manera amistosa a los asentamientos británicos para ganar su confianza.
En su juventud, esta mujer aborigen conoció a George Augustus Robinson, conocido por ser el Jefe Protector de los Aborígenes, nombrado por el comité del distrito de Port Phillip. Este hombre intentó mediar entre colonos y aborígenes, e intentó también salvar a los pocos indígenas que quedaron vivos luego de la Black War. Sin embargo, es considerado un personaje complejo y controversial, al cual se le atribuye una buena intención inicial, pero luego un descuido y desinterés en los mismos aborígenes que supuestamente quiso salvar.

En este contexto, Robinson conoció a Truganini, a quien le ofreció protección y comida a cambio de que esta mujer lo ayudara a contactarse, entenderse y ganar la confianza de los indígenas de Tasmania. Truganini, a quien le habían asesinado y secuestrado a gran parte de su familia, tampoco tuvo otra opción más que acompañarlo por casi cinco años. Truganini, gracias a su conocimiento de lenguas aborígenes, facilitó el contacto y entendimiento entre colonos e indígenas australianos.

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Pintura de Truganini. 1831 hecha por Thomas Bock.
Robinson se trasladó con Truganini y su pareja, Woorrady, al asentamiento de Flinders Island, con los pocos sobrevivientes indígenas de Tasmania que quedaban hasta entonces, aproximadamente 100 de ellos. Lamentablemente, muchos de elos murieron ahí en el nuevo asentamiento por enfermedades importadas por los colonos.

Truganini luego ayudó a Robinson a crear otro asentamiento en Port Phillip, siempre con la intención de salvar a su gente que moría frente a sus ojos. Se dice que Truganini tuvo una hija en ese tiempo, Louisa Esmai, quien sería abuela de la famosa activista aborigen Ellen Atkinson, pero eso no está comprobado. Lo que sí se sabe de Truganini, es que después de dos años escapó de ese asentamiento junto a un par de indígenas de Tasmania y se volvieron forajidos, cometiendo robos y atacando a colonos, lo que hizo que las autoridades los persiguieran. Esto llevó a que el grupo incrementara su violencia, asesinando incluso a dos balleneros. Truganini resultó herida, y seguramente eso la salvó de la sentencia de muerte, pues la justicia, al capturar al grupo, decidió colgar a sus dos compañeros hombres en 1842.

Truganini fue reingresada al asentamiento de Port Phillip junto a los pocos indígenas de Tasmania que aún vivían. Luego fueron relocalizados en un asentamiento en Hobart. Se dice que ya para ese tiempo solo permanecían 14 aborígenes vivos en el asentamiento de Oyster Cove cerca de Hobart.

Para entender el contexto de racismo, un artículo periodístico de la época describía la vida en el asentamiento como ideal para los aborígenes, quienes, según el periódico, vivían libremente, podían cazar y eran mantenidos a expensas públicas mientras se entregaban a la bebida. Al parecer, la vida no era tan ideal para ellos, ya que para 1873 Truganini era la única aborigen viva del asentamiento.

Truganini murió en 1876 en Cascade, Hobart. Antes de morir, esta mujer indígena pidió a las autoridades coloniales que se le hiciera un funeral indígena y que sus cenizas fueran esparcidas en el canal de D’entrecasteaux. Ella temía que su cuerpo se utilizara para fines científicos. Lamentablemente, su deseo no se respetó, y su cuerpo fue exhumado dos años después de su muerte con la intención de ser exhibido en el Museo de Tasmania, en donde permaneció expuesto hasta 1947. Solo en 1976, el cuerpo de Truganini fue cremado y sus cenizas fueron repartidas de acuerdo a su deseo. Posteriormente, se descubrió que parte de sus restos también habían viajado hasta Inglaterra como parte de una colección sobre indígenas australianos para el Royal College of Surgeons de ese país. Esos restos fueron retornados a Australia en 2002.

Si bien Truganini es considerada la última hablante de una lengua indígena de Tasmania, se supo posteriormente que tres mujeres aborígenes tasmanas sobrevivieron más años que Truganini viviendo en Kangaroo Island. Sin embargo, nada de esto empaña el legado histórico de Truganini, quien tuvo que soportar la violencia, el exilio de su tierra, la persecución, la humillación, pero intentó siempre ayudar a su gente y rebelarse, cuando pudo, del poder opresor de los colonos británicos. Por esto y mucho más, Truganini es una de las grandes figuras de la historia aborigen y de la historia australiana en general.

Los cassowaries, tan hermosos como peligrosos

En Curiosidades de Australia hablamos de otro de los peculiares animales que habitan en esta isla continente, aunque estas aves no solo viven aquí, sino también en Nueva Guinea.

El cassowary es un ave bastante grande, pero que no vuela, aunque corre muy velozmente.

Estas aves, de la familia de los casuariiformes, son aves solitarias y bastante agresivas que viven en selvas tropicales lluviosas. En Australia viven en el estado de Queensland. Estas aves no voladoras llegan a medir 1.70 mt. de altura y pesar entre 55 y 75 kilos aproximadamente.
A cassowary has killed its owner in the US state of Florida. (AAP)
Un cassowary ha matado a un hombre en el estado de Florida en EE.UU. (AAP) Source: AAP
Los cassowaries se alimentan de hongos, frutas caídas y pequeños animales. Entre sus características físicas que llaman la atención, está su cuello de un llamativo azul, y su gran cresta, que es una protuberancia hecha de material esponjoso cubierta en keratina. Se dice que este casco el cassowary lo utiliza para abrirse paso en la selva, aunque también puede utilizarlo para defenderse. Algunos científicos, sin embargo, dicen que utilizan esos cascos para captar los sonidos de otros cassowaries, los que son emitidos en baja frecuencia, pero esto no está suficientemente estudiado.

Otra de las características interesantes y curiosas de estas aves es que las hembras se pueden aparear con varios machos en una temporada y arman una nidada con cada uno de ellos. Y son justamente los machos los que cuidan los huevos por unos cincuenta días, mientras la hembra se sigue apareando. Aunque luego ambos se hacen cargo de los polluelos.

Estas aves gigantes son famosas por su mal humor, pero es solo porque son muy territoriales y protegen a sus crías y también así mismas. El famoso escritor de terror H. P. Lovecraft las describía como una mezcla entre avestruz, pavo y velociraptor.

Los cassowaries pueden matar a un ser humano, y por eso se les apoda como “ave asesina”, aunque esas muertes se han dado muy pocas veces en Australia.

Los cassowaries cuando se sienten amenazados, tiemblan, bajan la cabeza, abren sus dos alas y corren para golpear con las dos patas, que son de considerable tamaño y que tienen unas grandes garras que actúan como dagas.

Otro dato curioso de estas aves es que pueden saltar hasta 1.5 metros desde el suelo, y lo hacen para atacar desde la altura. Además, pueden correr hasta casi 50 kilómetros por hora.

Lamentablemente los cassowaries están en riesgo de extinción debido a las especies introducidas que comen a sus crías, el deterioro de su hábitat y a los atropellos.

Rampa de evacuación inflable, un invento australiano que cambió la seguridad aérea

En 1965, Jack Grant, Superintendente de Operaciones de Seguridad de Qantas, la línea aérea australiana, inventó la rampa inflable de evacuación, una especie de cama inflable gigante que se desplega automáticamente desde las puertas de evacuación de un avión en caso de emergencia.

Esta fue una gran idea australiana que reemplazó a las escaleras fijas o rampas externas, que si bien funcionaban en su propósito, se tardaba mucho tiempo en instalarlas desde en las zonas debidas, aumentando así el tiempo de respuesta y poniendo en peligro a la tripulación que debía armar dichas rampas y a los pasajeros que debían esperar dentro de los aviones hasta que estuvieran listas.
PLANES EMERGENCY SLIDES
Pasajeros evacuan un Airbus A300 de American Airlines en San Juan, Puerto Rico, en esta foto de archivo del 9 de julio de 1998. Un tobogán no funcionó durante la evacuación. Funcionarios federales de seguridad afirman que es demasiado frecuente que los aviones salgan de la puerta de embarque con toboganes que no funcionarían si fueran necesarios. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte calcula que los toboganes fallan en aproximadamente un tercio de todas las evacuaciones. (AP Photo/NTSB, HO, Archivo ) Credit: NTSB/AP
Grant, al ver estas dificultades, creó una rampa inflable que podía ir adosada al avión y que se podía desplegar en poco tiempo desde las mismas puertas del aparato aéreo. Además, esa nueva rampa se podía utilizar tanto en tierra como en el mar.

Este invento australiano fue rápidamente adaptado por los mayores fabricantes de aviones en el mundo y ahora es obligatoria tenerla en todos los vuelos comerciales. Esta creación australiana cambió la seguridad aérea por siempre.

Escucha el podcast localizado en la parte superior de este artículo.


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