En los últimos dos años la gran mayoría de la población se ha enfrentado a una cadena de eventos catastróficos totalmente inusual, por lo que los expertos recomiendan poner atención a las señales físicas que nos podrían indicar que esto está afectando nuestra salud mental.
Desastres naturales como incendios forestales e inundaciones, se suman a la crisis sanitaria del coronavirus. Y por si fuera poco, ahora se agrega una guerra que está teniendo repercusiones a nivel mundial. Esto está poniendo a prueba la salud mental de muchas personas.
Los primeros reportes sobre este aspecto indican que trastornos como la ansiedad, el estrés emocional y la depresión han aumentado.
Puntos destacados:
- Los niveles de ansiedad y depresión en la población infantil han aumentado considerablemente en los últimos meses.
- Pediatras y médicos especialistas piden que los niños sean la prioridad máxima para la recuperación de la pandemia.
- La calidad del sueño, la alteración en el apetito y la falta de concentración son señales físicas que nos indican que nuestra salud mental podría estar siendo afectada.
Pero, de acuerdo con el experto en salud mental y terapeuta Félix Gómez, la población infantil es la que está resultando más afectada por toda esta crisis mundial.
“Sabemos que en los últimos dos años se ha registrado un aumento de los niveles de ansiedad y depresión en la población infantil de Australia en más del 20 por ciento”, señala Gómez.
Recientemente pediatras y médicos especialistas del Royal Australasian College of Physicians (RACP) lanzaron una campaña en la que piden que la salud y el bienestar de los niños sean una prioridad máxima para la recuperación de la pandemia de COVID-19.
Esto incluye el establecimiento de un grupo de trabajo nacional para abordar los principales contratiempos que los niños y jóvenes han enfrentado debido a la pandemia.
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Para el especialista Félix Gómez, quien ha trabajado por más de 16 años con personas en situación de shock, trauma o estrés postraumático, la manera en cómo un niño o un adolescente perciben eventos catastróficos como una pandemia o la pérdida de su hogar debido a una inundación, está intrínsecamente ligada a la respuesta o actitud que los adultos a su alrededor toman frente a dicha situación.
Pero estar preparados para enfrentar las adversidades no necesariamente implica ser positivo ante cualquier circunstancia, o ser prácticos, resolver el problema y seguir con la rutina.
Definitivamente eventos como una pandemia, una catástrofe natural o una guerra tienen un impacto psicológico negativo. Pero muchas veces la vorágine de los eventos hace que la persona entre en una dinámica de respuesta inmediata a la emergencia e ignore algunas señales de algo que más adelante se puede convertir en un problema de salud mental.
¿Cómo saber si se necesita ayuda?
De acuerdo con psicoterapeuta venezolano radicado en Sídney, hay señales que podrían indicar que los eventos catastróficos de los últimos meses están afectando la salud mental de la persona.
“Hay una serie de indicadores muy precisos. Uno, ¿estoy durmiendo bien? Segundo, el apetito es otra cosa importante. Tercer indicador, mis niveles de energía, motivación para hacer las cosas… Pensamientos de desesperanza que son continuos a lo largo del día. Sentimientos de tristeza que se prolongan por dos o tres semanas. Ahí es momento de parar y de buscar ayuda”, puntualiza el terapeuta.
Además de buscar ayuda profesional, el especialista en salud mental recomienda desconectarse de las redes sociales o reducir el consumo de contenido negativo; hacer ejercicio de acuerdo con la capacidad física de la persona; reunirse con amigos o familiares; e incluso, revisar qué tipo de entretenimiento se está consumiendo.
Sobre cómo podemos ayudar a alguien que vemos que está teniendo un impacto en su salud mental, pero no lo puede ver o no le cuesta trabajo reconocerlo. Félix Gómez hace hincapié en que el primer paso para acercarse a esa persona es calmarse uno mismo.
“Conversa con una voz calmada, con una voz suave, con un genuino sentido de empatía y sobretodo escucha… Hay una pregunta muy puntual que yo recomiendo a la familia. En lugar de preguntar ¿qué piensas?, pregunta ¿cómo te sientes? Eso abre un espacio para conversar sobre las emociones”, señala Félix Gómez.
Escucha el reporte completo haciendo clic en la imagen principal.
