Frederick Federici logró ser más famoso una vez muerto que lo que logró serlo en vida, a pesar de su moderada reputación como cantante de ópera. Sin embargo, es su supuesto fantasma, el que habitaría el Princess Theater de Melbourne, el que le ha dado una fama que ha trascendido el tiempo.
Frederick Federici se llamaba en realidad Frederick Baker, y era un cantante de ópera italo-británico. En 1887, Federici se trasladó a Australia, donde actuó en Gilbert y Sullivan y otras óperas con la compañía J. C. Williamson. .
El 3 de marzo de 1888, Federici interpretó el papel de Mefistófeles en Fausto en la noche del estreno en el Princess Theatre de Melbourne. La ópera terminó con Mefistófeles hundiéndose dramáticamente por una trampilla, mientras regresaba a los fuegos del infierno, llevando a Fausto con él. Sin embargo, cuando Federici era bajado al sótano, sufrió un ataque al corazón y murió a los pocos minutos. Tenía apenas 37 años.Poco después de desplomarse, Federici fue llevado a la sala verde del teatro, donde su médico no pudo reanimarlo y lo declaró muerto.
Frederik Federici Source: Creative Commons
El reparto en el escenario, al igual que el público, no se enteró de su repentina muerte, pero cuando se les comunicó lo sucedido al final de la ópera, dijeron que acababa de estar en el escenario y que había hecho las reverencias con ellos. Desde entonces, miembros del personal del teatro han afirmado ver una figura fantasmal en traje de noche en el teatro.
Durante muchos años, un asiento de la tercera fila del patio de butacas quedó libre en su honor cada noche de estreno.
Desde el momento de su trágica muerte, la leyenda del fantasma de Federici habitando el teatro de su última aparición se volvió popular en la ciudad de Melbourne. Son muchos los artistas, trabajadores y público que ha asistido a las obras presentadas en el lugar que afirman haber visto al pálido espectro del cantante de ópera aplaudiendo o desaprobando los nuevos estrenos artísticos.Pero no solo Melbourne tiene sus fantasmas, sino que Sídney también tiene leyendas escalofriantes de espectros y almas perdidas.
Federici como El Mikado Source: Creative Commons
El ex Hospital para enfermos mentales de Gladesville es uno de esos lugares en el que la trágica realidad, lo sobrenatural y las leyendas se mezclan.
El Hospital Mental de Gladesville, antes conocido como Tarban Creek Lunatic Asylum, fue un hospital psiquiátrico establecido en 1838 en Gladesville, Sídney, en el estado de Nueva Gales del Sur. El hospital cerró oficialmente en 1993 y los últimos servicios de hospitalización cesaron en 1997.A pesar de que fue creado como una institución de salud para ayudar a quienes sufrían problemas psiquiátricos, allí se cometieron actos horribles de violencia y depravación, amparados bajo el manto de la ciencia y la salud.
The historic grounds of the old mental asylum at Gladesville in Sydney, Nov. 25, 2007. (AAP Image/Melanie Campbell) NO ARCHIVING, NO DOWNLOADS Source: MELANIE CAMPBELL, AAP.
La institución se construyó para albergar hasta 60 pacientes, pero en 1844 ya había casi 150 pacientes alojados en el lugar.
Con el paso del tiempo se supo que los abusos a los pacientes, tanto físicos como sexuales y psicológicos, eran pan de cada día.
Se descubrió en 1843, por ejemplo, que dos guardianes habían abusado sexualmente de forma rutinaria de varias pacientes.
Incluso después de que la institución cambiara su nombre de Asilo Lunático de Tarban Creek a Hospital Mental de Gladesville, los abusos continuaron.
Según un artículo de prensa publicado en 1954, una paciente sufrió quemaduras en la cabeza tras recibir constantes tratamientos de choque eléctrico.
Incluso los empleados eran objeto de abusos. En 1884, un asistente mayor murió tras recibir una patada en el estómago por parte de un paciente. Sólo cinco años después, otro asistente murió al serle fracturado el cráneo por un paciente con una escoba.
Pero quizá lo más preocupante sea lo que ocurrió con los pacientes que murieron en Gladesville.En aquella época, la salud mental estaba tan estigmatizada que las familias de los que morían en la institución solían negarse a recoger a su familiar fallecido.
Ilustración del siglo XIX sobre la vida en el Hospital para enfermos mentales de Gladesville. Source: Creative Commons
Como resultado, más de 1.200 pacientes fueron enterrados en fosas comunes bajo el manicomio.
Aunque desde entonces se han identificado los nombres y las fechas de fallecimiento de 923 de estos pacientes a través de los registros del Departamento de Salud, los 300 restantes permanecen en el anonimato.
Según testigos y amantes de lo sobrenatural, serían esas almas abandonadas y dolientes las que aún pululan por la derruida estructura lamentándose y asustando a quienes se atreven a ir a disturbar su aciaga y eterna soledad.
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