Esta vez, sí que es un au revoir. Una fiesta deportiva de verano que comenzó bajo una lluvia torrencial el 26 de julio con una extraordinaria ceremonia de apertura en el río Sena terminó con la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos en un Stade de France empapado por la lluvia.
Con ello se ha cerrado el telón a dos eventos consecutivos exitosos que cautivaron a los aficionados y elevaron el listón para que otros los sigan. Buena suerte a Los Ángeles en 2028.
Mientras el estadio se iluminaba con los colores azul, blanco y rojo de la bandera nacional francesa el domingo (hora local), un trompetista tocaba La Marsellesa, el himno nacional de Francia, y los abanderados de los Juegos Paralímpicos ingresaron al estadio portando banderas nacionales al son de Chariots of Fire de Vangelis.
El organizador principal de París 2024, Tony Estanguet, dijo que los Juegos y las Olimpiadas habían creado un "verano histórico".
"Todos pueden ver cómo luce un mundo inclusivo", dijo Estanguet en su discurso de clausura. "Ahora no hay vuelta atrás".
Los atletas agradecieron a la multitud por su apoyo durante la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos en París. Source: AP / Michel Euler
El presidente del Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons, señaló que Francia se destacó como anfitrión en ambos Juegos.
"París 2024 ha establecido un punto de referencia para todos los Juegos Paralímpicos futuros", puntualizó Parsons.
"Para un país famoso por su moda y su comida, Francia ahora es famoso por su público".
La multitud aplaudió al ritmo de un set de breakdance antes de que Ali Stroker, ganadora del premio Tony, interpretara el himno nacional estadounidense como parte del traspaso a Los Ángeles.
La cantante francesa Santa actuó durante la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos de París 2024 en el Stade de France. Source: SIPA USA / Laurie Dieffembacq
Stroker hizo historia en 2019 al ser la primera persona en silla de ruedas en ganar un Tony por su papel de Ado Annie en la nueva versión del musical clásico de Rodgers y Hammerstein, “Oklahoma!”.
En otra parte de la entrega de la estafeta a Los Ángeles, se proyectó el Venice Beach Skatepark transformado en un escenario de 360 grados con patinadores y atletas de motocross en silla de ruedas.
Luego, la multitud rugió cuando el famoso compositor francés de música electrónica Jean-Michel Jarre comenzó a cerrar la ceremonia, que nuevamente estuvo dirigida por el director artístico Thomas Jolly.
Jarre, de 76 años, no parecía darse cuenta de la lluvia que caía sobre él.
Jolly quería convertir el estadio en una gigantesca fiesta de baile al aire libre. Más de 20 DJ siguieron al pionero Jarre en un homenaje a la música electrónica francesa con el tema Journey of the Wave.
Era el saludo de despedida de los 64.000 aficionados, y de la propia ciudad, a los más de 4.000 atletas paralímpicos.
Francia despide su verano deportivo en la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos. Source: AP / Christophe Ena
Después de los exitosos Juegos Olímpicos, había dudas de que la energía se mantuviera. Esas dudas se disiparon, ya que los atletas disfrutaron de un fuerte apoyo. No se agotaron todas las entradas, pero esto también se debió a que el período de vacaciones de verano estaba terminando y los niños regresaban a la escuela.
Una oleada de entusiasmo hizo que se vendieran 2,4 millones de las 2,8 millones de entradas, solo superadas por las 2,7 millones vendidas en los Juegos de Londres 2012.
Los lugareños que se quedaron y los aficionados franceses que vinieron de otras ciudades dieron a sus atletas un gran apoyo en ambos Juegos.
"Con los Juegos redescubrimos nuestra creatividad", dijo Estanguet, excampeón olímpico de canotaje. "La Francia que sonríe, que se ama a sí misma".
Los Juegos en sí mismos fueron un éxito para el presidente francés Emmanuel Macron. El transporte funcionó bien, hubo muy pocos fallos organizativos, los problemas de seguridad se apaciguaron, y la policía incluso bromeó amistosamente o posó para fotos con los fanáticos, algo poco común en Francia.
Todavía está por ver cuánto tiempo se mantendrá el factor de bienestar. Aún se recuerdan algunos abucheos para Macron cuando fue presentado al comienzo de la ceremonia.
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