La pandemia del COVID-19 ha obligado a unas 27,000 personas a omitir sus controles de salud cardíaca, informó la organización australiana Heart Foundation, lo que significa que cerca de 350 ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y muertes relacionadas con enfermedades del corazón no podrán prevenirse.
La Heart Foundation publicó un modelo que muestra que se producirán 345 muertes por ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas en los próximos cinco años que podrían haberse evitado con controles médicos regulares.
Esto se debe a que se realizaron 27,000 revisiones menos en un periodo de 16 meses que inició en marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia, hasta julio de 2021.
Puntos destacados:
- Hay temores de que los 27, 000 controles cardíacos omitidos durante la pandemia puedan conducir a una ola de enfermedades cardíacas.
- Sin una supervisión médica, factores de riesgo como la presión arterial alta y el colesterol alto pueden derivar en un evento cardíaco en el futuro.
- En Australia los ataques cardíacos son responsables de casi una de cada 20 muertes, mientras que la enfermedad coronaria es responsable de una de cada 10 muertes.
El asesor médico en jefe de la Heart Foundation, Garry Jennings, dijo que la gente ha dudado en acudir a sus pruebas de rutina durante la pandemia y que esto podría conducir a una "ola de enfermedades cardíacas" en los próximos cinco años.
"Menos personas que se someten a un control de salud cardíaca significa que factores de riesgo como la presión arterial alta y el colesterol alto, que generalmente son silenciosos o no presentan síntomas, no se diagnostican y pueden empeorar; lo que aumenta el riesgo de que las personas sufran un evento cardíaco en el futuro", señaló el profesor Jennings.
El cardiólogo asegura que este patrón de no acudir a los controles médicos se presenta también en otros países, donde las personas con síntomas de ataque cardíaco también han esperado más tiempo para buscar atención médica urgente debido al COVID-19.
El modelo que mostró la fundación detalla que los datos de Queensland y Australia Occidental, estados menos afectados por las restricciones del COVID-19, tenían la tasa más alta de exámenes.
En esos dos estados, se realizaron 30 controles de salud cardíaca por cada mil adultos elegibles, en comparación con 25 de cada mil en la población nacional.
El chequeo de salud cardíaca está disponible actualmente para los australianos de 45 años o más y para los australianos indígenas de 30 años o más.
Sin embargo, es un elemento temporal del Plan de Beneficios de Medicare (MBS, por sus siglas en inglés).
"Estos datos preocupantes refuerzan la urgencia de hacer que los controles de salud cardíaca sean una parte permanente del MBS", subrayó el profesor Jennings.
Los médicos tendrán que lidiar con un incremento de personas que necesiten atención médica preventiva del corazón durante los próximos años.
Actualmente en Australia, los ataques cardíacos son responsables de casi una de cada 20 muertes, mientras que la enfermedad coronaria es responsable de una de cada 10 muertes.