Tras ser despedido de su trabajo como carpintero el pasado mes de octubre debido a la crisis del coronavirus, Santo Dragone superó los prejuicios y decidió convertirse en hombre de compañía o “escort”.
Con la ayuda de un amigo que lo ayudó a montar su negocio, Santo se metió en el negocio del sexo pagado, que es legal en Australia.
Pero no se trata solo de sexo: como Santo le dice a SBS Italian, las mujeres no solo buscan amor físico.
"También ofrezco 'terapia de abrazos' en mi menú, donde me encuentro con el cliente durante una hora, tal vez viendo películas de abrazos. Hay muchas mujeres que necesitan atención".
Puntos destacados:
- Santo Dragone pasó de ser carpintero a trabajador de la industria del sexo con la crisis de la COVID-19.
- La industria para adultos y de sexo pagado es legal en Australia y está regulada, aunque como todos los negocios, ha sido golpeada por la COVID-19.
- Los trabajadores sexuales y empresarios aún afrontan muchos prejuicios por parte de los bancos y otros sectores de la sociedad.
Y una de los clientes, evidentemente satisfecho con sus servicios, lo nominó al concurso que elige a las mejores escorts de Australia.
Para su asombro, Santo ganó el concurso organizado por los Australian Adult Industry Awards como "Mejor Escort Masculino 2021".
Los premios de la industria australiana para adultos también galardonó este año a diversas personas y empresas en categorías como el mejor lugar de entretenimiento adulto o tienda de productos sexuales, la mejor actuación burlesca, el mejor sitio para adultos, liderazgo empresarial y entre otros.
Esta semana, Hope Morgan , una dama de compañía de lujo de Melbourne, dijo al Daily Mail que el negocio está en auge.
Ella reveló que regularmente gana hasta 15.000 dólares los fines de semana mientras la llevan a algunos de los mejores restaurantes de Australia.
Best Male Escort 2021 Santo Dragone. Source: Santo Dragone
Morgan cobra 1.500 dólares por una cena y 4.000 dólares por una visita nocturna, y afirma que entre sus clientes se encuentran jugadores de la AFL y celebridades.
Pero, como a todos los trabajadores, la COVID-19 también ha afectado a los trabajadores sexuales y a los negocios de la industria para adultos.
En junio pasado, la asociación Eros, que representa al sector, le escribió una carta al ministro de Salud, Greg Hunt, expresando sus preocupaciones de que se cierren estos negocios por “prejuicios morales, en lugar de las preocupaciones en torno a la salud”, al argumentar que podrían operar bajo restricciones como los masajistas o los profesionales de la salud que trabajan con el cuerpo.
Entre sus propuestas incluían tomar las temperaturas con termómetros que no requieren contacto, el uso de desinfectantes, guantes, no tener sesiones grupales ni los contactos por los orificios del cuerpo.
Una industria que genera dinero, pero afronta prejuicios
La industria para el placer de los adultos en Australia es legal en Australia, pero aún se enfrenta a muchos prejuicios. Por ejemplo en 2018, la entonces defensora del pueblo para los pequeños negocios y empresas familiares Kate Carnell criticó a los bancos por su “hipocresía” al no brindar los servicios que necesitan los negocios “apropiadamente registrados y regulados”.
Su reprimenda se da en medio de las preocupaciones de que los actos discriminatorios
socaven los esfuerzos para combatir la economía sumergida y fomentar más transacciones en efectivo, que son difíciles de rastrear.
Esto es significativo, ya que se calcula que la industria australiana de los adultos emplea a 25.000 personas, con una facturación anual de 2.600 millones de dólares.
