La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien visita Australia la próxima semana, debería abordar con el gobierno federal la situación “más obvia” que aqueja a los refugiados y solicitantes de asilo que fueron recluidos en las islas de Manus, en Papúa Nueva Guinea, y Nauru, dijo a SBS Spanish, el director ejecutivo de STARTTS, Jorge Aroche.
“Es un problema grave que no tendría que existir...ese es uno de los problemas que Australia tiene que solucionar porque el impacto de este tipo de situaciones es tremenda y ya hace muchísimos años que la gente se encuentra en el limbo”, señaló el jefe del Servicio para la Rehabilitación de los Sobrevivientes de la Tortura y el Trauma (STARTTS, siglas en inglés).
Australia es blanco de críticas de parte de diversos organismos internacionales por el trato que le da a los inmigrantes que intentaron ingresar por la vía marítima al país desde que reactivó hace siete años su política para tramitar sus solicitudes de asilo en terceros países.
Desde agosto de 2012, unas 4177 personas fueron enviadas a Nauru y la isla Manus, en Papúa Nueva Guinea y hasta el 28 de agosto de 2019 quedaban 288 en Nauru y 306 en Papúa, además de 53 detenidos por las autoridades papuanas, de acuerdo a datos oficiales.En todo este tiempo muchos de los inmigrantes recluidos intentaron suicidarse o automutilarse, padecieron acoso por parte de los lugareños, incluso algunos fueron abusados sexualmente.
Manus Island refugee Behrouz Boochani (SBS) Source: SBS
De acuerdo a datos médicos, un 97 por ciento de los casi 600 refugiados en Papúa y Nauru evaluados tienen una dolencia física y el 91 por ciento padece de enfermedades mentales.
Entre los inmigrantes, la mayoría de ellos personas que huyen de conflictos, había niños.
“Hay niños que han crecido y se han vuelto adolescentes. Esto es sumamente dañino, es algo que probablemente va a quedar en los anales de la historia australiana y la gente que estudie dentro de veinte años este período de la historia dirá ¡¿Cómo se pudo hacer esto?'”, señaló Aroche, también presidente del Consejo Internacional para la Rehabilitación de las Víctimas de Tortura (IRCT).El año pasado, la comunidad médica alertó sobre la situación de los niños en Nauru, quienes padecían el llamado “síndrome de la resignación”, mediante el cual se abandonaban prácticamente a la muerte.
Protesters in Canberra hold up signs during a rally demanding the resettlement of children held on Nauru in November 2018. Source: AAP
Los menores, muchos de ellos que se hicieron adolescentes en Nauru, no solamente crecieron atormentados por el horror de la violencia que dejaron en sus países de origen, sino también con el terror y la angustia que causa la reclusión, una situación que parece no tener final y en la que sus padres no tienen la capacidad de ayudarlos a salir adelante.
“Su situación es más grave porque el contexto en el cual la gente tiene la capacidad de sanar es importante y en un contexto de detención el contexto es más traumatizante. Los eventos que vivieron antes obviamente van a incidir sobre su salud mental”, explicó el psicólogo de origen uruguayo.